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La guerra en Ucrania provoca ataques a la libertad de prensa en los países bálticos

La guerra en Ucrania ha provocado ataques a los medios de comunicación en los países bálticos. Así, en Letonia se han reforzado los poderes del Gobierno, que ya ha actuado contra varios medidos acusados de «distribuir propaganda del Kremlin».

Los ministros de Exteriores de los tres países bálticos, reunidos en Riga junto a su homóloga alemana, Annalena Baerbock, el 20 de abril.. (Gints IVUNSKANS | FRANCE PRESSE)

La solidaridad de los países bálticos hacia Ucrania ha generado sucesivos intentos por controlar desde sus gobiernos la información sobre la guerra, algo que los medios afectados denuncian como ataques a la independencia de los medios.

Letonia, la central de las repúblicas bálticas, ha concentrado la mayor parte de las polémicas –por ejemplo, después de que el ministro de Defensa cuestionara la financiación de la televisión pública por una entrevista controvertida– pero otras se han producido también en Lituania y Estonia.

Tras el inicio de la guerra en Ucrania, el parlamento letón o Saeima amplió los poderes del regulador de medios, el Consejo Nacional de Medios de Masas Electrónicos (Neplp), que hasta entonces sólo tenía potestad sobre los canales comerciales de radio y de televisión.

El Neplp dispone ahora de la capacidad de bloquear páginas de internet que sean consideradas un «peligro para la seguridad nacional», lo que ha hecho ya con más de 70 portales informativos acusados de «distribuir propaganda del Kremlin», además de vetar casi todos los canales de televisión rusos.

Nellija Locmele, editora jefe de la revista independiente ‘IR’, ha criticó que «Letonia no debería imitar a Rusia con restricciones a la libertad de prensa y limitaciones al acceso a la información».

Fue prontamente denunciada en redes sociales como «instrumento del Kremlin», mientras que su difunto marido, exdirector de LTV, fue acusado de haber sido un informante de la KGB en tiempos soviéticos.

Despojar de la ciudadanía

La Saeima también ha aprobado una ley que permite al Gobierno revocar la ciudadanía letona de cualquiera que exprese apoyo a los presuntos crímenes de guerra rusos y a la invasión de Ucrania.

Ya que el derecho internacional impide convertir a un ciudadano en apátrida, la medida está dirigida contra personas con doble nacionalidad y, en concreto, parece ser apuntar contra el oligarca ruso Petr Aven, al que fue otorgado un pasaporte letón en base a sus orígenes y a sus actividades caritativas en el país báltico.

Por otro lado, a principios de abril el ministro de Defensa letón, Artis Pabriks, criticó con dureza a la televisión pública letona (LTV) por invitar al periodista ruso Leonid Ragozin, afincado en Letonia y que escribe para diversos medios internacionales como ‘Politico’ y Al-Jazeera.

Ragozin se opone a la guerra de Ucrania y a la política del presidente ruso, Vladímir Putin, aunque cree que los países occidentales hicieron sentir a Moscú aislada y bajo amenaza.

Tras la participación del periodista en una tertulia, Pabriks afirmó que sería necesario plantearse si la televisión pública debería recibir los 17 millones de euros adicionales de financiación que ha solicitado para mejorar su programación.

Un editor de LTV de origen ruso, Ilja Kozins, que preside en la actualidad la Asociación de Periodistas Letones, también se ha visto expuesto a una tormenta de críticas e insultos en redes sociales que según diversos observadores no hubiera recibido un «letón puro».

Campaña contra los medios

Anda Rozukalne, profesora de comunicación en la Universidad Stradins de Riga, explicó a Efe que los ataques contra los medios públicos son parte de una campaña para socavar su independencia y reputación.

«Las críticas dirigidas a los medios públicos y sus periodistas son tan amplias, regulares y profesionalmente preparadas que parece que se han invertido grandes recursos en monitorear el contenido y en el uso de herramientas y contenidos de comunicación digital», sopesó.

Además, Rozukalne encuadró el posicionamiento del ministro de Defensa en el marco de las elecciones al Parlamento letón de este octubre y habló de «técnicas de comunicación populista».

Para la profesora, se trata de una estrategia de comunicación política que tiene el objetivo de reducir la relevancia de los medios públicos como entes independientes capaces de evaluar la labor de los políticos.

En el caso de Estonia, Marcus Turkovski, editor del canal de televisión público ERR News, explicó a Efe que en relación a la cobertura de la guerra de Ucrania «ha habido acusaciones por parte de otros medios pero también de parte de políticos que apoyan restringir el acceso a páginas rusas».

La agencia reguladora estonia, la Autoridad Reguladora Técnica para la Protección del Consumidor (TTJA ) también ha bloqueado el acceso a un pequeño número de webs rusas con la justificación de que suponen un riesgo para el orden público.

En Lituania, un redactor de uno de los periódicos más importantes del país, que no podía expresarse de manera oficial, contó a Efe que los medios lituanos tratan de ignorar los comentarios enfadados que reciben en las redes sociales.