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Últimas ilusiones en Lezama

El Amorebieta despide temporada y categoría enfrentándose a la Ponferradina. El descenso ya es inevitable pero los azules quieren un adiós con victoria. Jon Pérez Bolo también se despide del banquillo berciano.

El Amorebieta ha ganado sus cuatro últimos partidos como local. En la imagen, el capitán Seguín en un lance del choque contra el Mirandés. (Oskar Matxin | Foku)

Lezama abrirá sus puertas mañana (18.15, Movistar+) para acoger el último partido del Amorebieta en Segunda. Los azules se despiden de la que ha sido su casa esta temporada, de la Liga y de la categoría con una última ilusión, brindar un último triunfo a una afición que no les ha abandonada pese al exilio forzoso al que les sometió la Liga y que, indiscutiblemente, es uno de los factores que les han impedido alcanzar su objetivo.

Será la única motivación de los futbolistas, algunos de los cuales afrontarán también su último choque con la camiseta azul. Como mínimo los cuatro jugadores cedidos, Gaizka Larrazabal, Peru Nolaskoain, Javi Ros y Sergio Moreno –el delantero, lesionado, no podrá despedirse desede el césped– a los que, previsiblemente, se unirán otros como Gorka Guruzeta, muy solicitado tras su excelente campaña, que salda con, de momento, trece goles.

En muchos casos es una incógnita, también para el cuerpo técnico porque como recordó Jon Larrea el pasado martes, ante la inminente celebración de elecciones a la Junta Directiva –a las que concurrirá la actual, encabeza de nuevo por el propio Larrea–, no se tomarán decisiones hasta que el proceso concluya. Lo reconoce el propio Haritz Mujika, que no sabe si será su último partido en el banquillo, del que se hacía cargo el pasado marzo tras la destitución de su «jefe» Iñigo Vélez de Mendizabal. «El año que viene ya se verá –zanja el entrenador guipuzcoano–. En lo que pienso, lo que quiero y lo que más me gustaría es acabar esta etapa en Segunda con una victoria contra la Ponferradina para dar una alegría a la afición».

No es sólo una cuestión sentimental. «Siempre es mejor quedar el cuarto por abajo por lo que pueda pasar en el futuro» desliza Mujika, confiado en que su equipo pueda conquistar su quinta victoria consecutiva en Lezama, que ha acabado convirtiendo en su fortín.

Lo intentará con un equipo en el que no estarán los lesionados Santamaría y Moreno y en el que anuncia cambios aunque «no una revolución» porque «nos tomamos muy en serio esta cita y los futbolistas que jueguen jugarán porque se lo han ganado en los entrenamientos. Sacaré un equipo competitivo», asegura.

Bolo deja la Ponferradina

Enfrente estará una Ponferradina que también se llevó un chasco considerable la semana pasada, cuando la derrota ante el Leganés en El Toralín le dejaba fuera de la pelea por el play-off. Los bercianos, por tanto, también llegan a la cita con la despedida dulce como única motivación.

Especialmente en el caso de su entrenador. Jon Pérez Bolo ha anunciado este mediodía que el de mañana será su último partido al frente de la Ponferradina, poniendo fin a un exitoso periplo de cuatro años, en los que ha enlazado el ascenso a Segunda, una permanencia ajustada en su primer curso en la categoría de plata, más holgada la del curso anterior y metido en la pelea por el play-off hasta la penúltima jornada en esta, en la que incluso llegó a liderar la clasificación en la primera vuelta.

«Notaba que no tenía la misma fuerza y gasolina que al final de otras temporadas», ha explicado Bolo, que asegura no haber negociado con otros clubes antes de comunicar su decisión a presidente y plantilla y que no cierra la puerta a un futuro regreso. «Ojalá pueda os tener una próxima oportunidad porque he sido muy feliz estoy muy orgulloso de haber defendido este escudo», ha asegurado el entrenador vizcaino que, sin poder evitar las lágrimas, ha agradecido el haberse sentido «muy querido por todo el mundo» y mostrado su deseo de ser recordado como «una buena persona porque el ser entrenador va más allá de las técnicas y las tácticas y lo más importante es saber gestionar personas».