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La UE busca un acuerdo para vetar el petróleo ruso, salvo el que abastece a Hungría

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE intentan cerrar un acuerdo que desbloquee el sexto paquete de sanciones contra Rusia y permita embargar el petróleo importado en buques, dejando para una segunda fase el que llega por oleoducto a Hungría y Eslovaquia. Y seguirán sin vetar el gas ruso.

Los jefes de Gobierno de Luxemburgo, Xavier Bettel, y Hungría, Viktor Orban, y el presidente francés, Emmanuel Macron, hablan antes de la reunión de este lunes. (Emmanuel DUNAND | AFP)

«El sexto paquete de sanciones está sobre la mesa desde hace semanas y creo que las próximas horas es el momento de tomar decisiones, de dar un paseo adelante», ha declarado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a su llegada a la reunión extraordinaria de este lunes en Bruselas.

Finalmente las sanciones llegarán a la mesa de discusión de los mandatarios de la UE tras los escasos avances logrados a nivel de embajadores durante las horas previas, con el objetivo de mostrar la «unidad» del bloque y poder cerrar «en días» el acuerdo formal que permita prohibir las importaciones de petróleo por vía marítima, tanto crudo como refinado.

Michel ha dicho que se han conseguido «avances en las últimas horas» que responden a las «sensibilidades y preocupaciones» de algunos de los socios, por lo que ha confiado en que en esta cita se dé el «momento de la verdad» que permita a la UE mostrar su «fortaleza».

Menos optimista se ha mostrado la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, al indicar que no tiene «expectativas» de acuerdo «en las próximas 48 horas» porque aún no está «maduro» el consenso, si bien ha matizado que espera que la solidaridad del bloque permita un acuerdo poco después.

Una fórmula con excepciones

El borrador de acuerdo sobre el que trabajan a Veintisiete incluye «algunas excepciones temporales» con las que asegurar el suministro de combustible a los Estados miembro más dependientes a través del oleoducto de Druzhba, lo que en la práctica supone eximir a Hungría, Eslovaquia y República Checa del embargo de manera indefinida, según han explicado diversas fuentes.

Así, contempla el embargo –del que queda fuera el gas natural– en «dos fases», de modo que quede aplazado a más adelante concretar la prohibición de importar por oleoducto, algo que los socios quieren que ocurra «tan pronto como sea posible», según un alto funcionario europeo, pero que no queda plasmado con un calendario concreto en el texto legal que redactan las delegaciones.

El oleoducto de Druzhba es uno de los más grandes del mundo y abastece a media docena de Estados de la Unión, si bien la exención se contempla como una medida para salvar el rechazo de Hungría a las sanciones y beneficiará también a Eslovaquia y República Checa.

Polonia y Alemania, que también se abastecen por este ducto, han expresado su compromiso de aplicar las sanciones de manera total y cortar de aquí a finales de año todas las importaciones de petróleo ruso.

Sobre la segunda fase, más controvertida también por el temor de socios como Países Bajos o Italia a que este trato privilegiado distorsione la competencia en el mercado energético comunitario, el trabajo llevará más tiempo hasta que se materialice. Fuentes diplomáticas añaden que llevará «varias semanas» resolver las cuestiones planteadas por las delegaciones húngara y eslovaca.

Por otro lado, el petróleo importado gracias al transporte marítimo supone unos dos tercios del comprado por el conjunto de los socios de la UE.

Orban ve insuficiente la última oferta

En todo caso, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha avisado a su llegada a la cumbre que considera insuficiente esta propuesta porque, a su juicio, no ofrece garantías suficientes de que su país tendrá asegurado el suministro en caso de que algo falle en el oleoducto exento de las sanciones.

«Necesitamos garantías de que en caso de un accidente en el oleoducto ruso a través de Ucrania tendremos el derecho a obtener petróleo ruso por otras vías. Si lo tenemos, estará bien», ha argumentado, para reclamar «soluciones antes que sanciones» y achacar a Bruselas la responsabilidad de la falta de acuerdo.

«Si cada país europeo solo piensa en sí mismo, nunca avanzaremos», ha reivindicado, por contra, el primer ministro de Letonia, Arturs Krisjanis Karins. «Letonia ha sido muy dependiente de las importaciones de energía rusa, estamos cortando con esto y no tenemos problemas con ello. Es solo dinero, los ucranianos están pagando con sus vidas por ello», ha añadido.

La primera ministra de Finlandia, Saana Marin, también ha expresado la disposición de su Gobierno de dar luz verde a las sanciones del sexto paquete, al tiempo que advertido de que el acuerdo debe ser «lo suficientemente fuerte para que afecte a la economía rusa».

Por su parte, el jefe del Gobierno de Países Bajos, Mark Rutte, se ha mostrado «seguro» de que los Veintisiete llegarán a una «solución política» sobre el embargo del petróleo ruso, pero ha reconocido que «puede que lleve un poco más de tiempo».

Gazprom cierra el grifo a Países Bajos

Mientras en Bruselas debaten sobre el embargo del petróleo ruso, Gazprom sigue cerrando el grifo de los gasoductos que llegan a Europa Central desde Rusia.

Este lunes, el gigante gasístico ruso ha anunciado que a partir de este martes cortará el suministro de gas a la empresa GasTerra, uno de los principales proveedores de este hidrocarburo para Países Bajos, después de que se negara a pagar en rublos a través del banco de Gazprom (Gazprombank).

GasTerra es propiedad conjunta de los gigantes energéticos Shell y Esso, la compañía de gas holandesa EBN y el propio Estado neerlandés, que tiene una participación del 10%.

Anteriormente, Rusia decidió cortar el suministro por el mismo motivo a Polonia, Bulgaria y Finlandia. Al mismo tiempo, Moscú afirma que cerca de la mitad de los importadores extranjeros del gas ruso ya han abierto cuentas en Gazprombank para efectuar el pago por el esquema propuesto por el Kremlin, que prevé la conversión de divisas a rublos.