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Irak se asoma a una nueva guerra civil, esta vez entre chiíes

Los enfrentamientos en la Zona Verde de Bagdad tras la irrupción de miles de seguidores del clérigo chií Al Sadr se recrudecen. Las milicias pro-iraníes, que controlan las Fuerzas de Seguridad iraquíes, disparan a matar. Ya van 35 muertos y 250 heridos. Irak se asoma al abismo de una guerra civil.

Milicianos de las «Brigadas de la Paz» protegen a los manifestantes en la Zona Verde. (Ahmad AL-RUBAYE | AFP)

Las manifestaciones en Bagdad y otros puntos del país han continuado durante toda la noche después de que la víspera, el influyente clérigo y líder político chií, Moqtada al- Sadr anunciara su retirada definitiva de la política en protesta por el bloqueo que sufre el país, lo que provocó que miles de sus seguidores salieran a las calles e irrumpieran en el Palacio Presidencial y en la sede del Gobierno.

Bagdad es el centro de los enfrentamientos y la Zona Verde, el área fortificada de Bagdad que alberga los principales edificios gubernamentales, se ha convertido en un campo de batalla.

Las Fuerzas de Seguridad iraquíes afirmaron hoy que cuatro misiles impactaron en la Zona Verde y que fueron lanzados desde la inmensa barriada chií de Medina al-Sadr en el este de la capital, donde el movimiento sadrista es muy fuerte.

Bagdad es el centro de los disturbios y la Zona Verde, el área fortificada de Bagdad que alberga los principales edificios gubernamentales como el Palacio Presidencial y el de Gobierno, se ha convertido en un campo de batalla.

Tras el asalto de ayer, el Gobierno iraquí impuso un toque de queda en Bagdad que luego extendió a todo el país, pero las protestas prosiguen y se amplifican por todo el centro sur de Irak, de mayoría chií.

En primera línea de los enfrentamientos están las milicias, también chiíes pero pro-iraníes de Hachd al-Chaabi (Brigadas de Movilización Popular), que lideraron la guerra en Irak contra el Estado Islámico (ISIS) y aprovecharon su adquirido prestigio para controlar a las Fuerzas de Seguridad iraquíes.

Enfrente tienen a las Brigadas de la Paz, una milicia a las órdenes de Al-Sadr heredera del Ejército de El Mahdi, grupo armado que se enfrentó a la ocupación estadounidense.

Najav, Nassiriya, Babilonia...

El último balance eleva a 35 los muertos, la inmensa mayoría seguidores sadristas. Los funerales se celebrarán en Nayaf, «ciudad santa chií» de la que es oriunda la estirpe de líderes religiosos Al-Sadr.

Sus seguidores se han hecho ya con el control de las sedes gubernamentales de Nassiriya (sur) y de Babilonia, en Hilla.

La tensión es máxima e Irak, que desde la invasión estadounidense ha sufrido guerras intestinas entre la mayoría chií y las minorías suní y kurda, se asoma al abismo de una guerra civil, esta vez entre chiíes.

Moqtada al-Sadr anunció sorprendentemente el lunes su retirada de la vida política. El país vive un bloqueo total de las elecciones de octubre, en las que el sadrismo fue otra vez la primera fuerza (73 diputados) y las fuerzas pro-iraníes las grandes derrotadas.

No obstante, con el padrinazgo de Teherán, han bloqueado todos los intentos de Al-Sadr de articular un gobierno con suníes y kurdos.

Al-Sadr respondió forzando la dimisión de sus diputados y lanzando a sus seguidores a ocupar los edificios gubernamentales. Los pro-iraníes respondieron con contra-acampadas.

Los sadristas exigen la disolución del Parlamento y nuevos comicios para acabar con la corrupción del país. Los pro-iraníes aceptan nuevas elecciones pero después de formar gobierno para encarar con «garantías» una nueva cita electoral.