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Arrigorriaga, Árbol Malato y el mito fundacional del Señorío de Bizkaia

Según la leyenda, en la Batalla de Padura del siglo IX los vizcainos consiguieron vencer a las tropas del reino asturleones que intentaba someter el territorio. Tras esta victoria, Jaun Zuria, que dirigió a los vizcainos, fue nombrado el primer señor de Bizkaia y Padura renombrada como Arrigorriaga.

El Árbol Malato, en Luiaondo, marcaba el limite juridiscional del Señorío de Bizkaia. (Asier ROBLES)

A lo largo de la historia, las leyendas y los mitos han hecho de elemento fundacional y vertebrador en las diferentes sociedades o naciones y han servido para justificar el poder de los gobernantes sobre el resto de los humanos. La voluntad divina que corona reyes y emperadores, la leyenda de Rómulo y Remo en Roma, Tenochtitlan en la civilización azteca, el Jarrón de Soissons en Francia, la Batalla de Covadonga en España… son muchos los ejemplos.

Salvando las distancias y las repercusiones que han tenido unos y otros, el Señorío de Bizkaia, que dirigió los designios del territorio y sus habitantes durante la Baja Edad Media, también tiene su mito fundacional. Según la tradición, ocurrió en el siglo IX en las cercanías de la localidad que hoy se llama Arrigorriaga. De hecho, la leyenda también une el nombre de este pueblo a esta batalla mítica.

Uno de los máximos impulsores de esta leyenda fue el banderizo e historiador Lope García de Salazar (Muskiz, 1399 - Portugalete, 1476), autor de ‘Las Bienandanzas e Fortunas’, aunque la leyenda ya había sido escrita por el portugués Conde de Barcelós a mediados del siglo XIV.

Batalla de Padura

Según García de Salazar, alrededor del siglo IX el Rey asturleonés Alfonso III envía a su hijo a someter Bizkaia bajo su mando y cobrar los impuestos. Tras arrasar varios pueblos, llega hasta Bakio. Los vizcainos tañen las bocinas de las merindades y deciden enfrentarse con los invasores. Así se lo hacen saber al rey: «enbiaronle desir que querian poner este fecho en el juysio de Dios e de la batalla aplastada a donde el quisiera». Sin embargo, el monarca les contesta que solo se enfrentará contra otro Rey o alguien de sangre real. Por ello, los vizcainos eligen a un tal Jaun Zuria (nombrado así por su tez blanca noreuropea) para que les capitanee, ya que, según la leyenda, este era descendiente de un rey escocés que había arribado en Mundaka años atrás.

La contienda es convocada en Padura, un campo cercano al actual municipio de Arrigorriaga. Tras una violenta batalla, en la que hubo muchos muertos por ambas partes, los vizcainos logran vencer a los leoneses, matando al hijo del Rey, el príncipe Ordoño. Las piedras de Padura se tiñen de sangre y por ello Padura pasa a llamarse Arrigorriaga (lugar de piedras rojas).

Los invasores comienzan la huida, y los vizcainos les persiguen hasta Luiaondo, donde Jaun Zuria marca en un árbol el límite jurisdiccional del Señorío de Bizkaia y el árbol pasa a denominarse Árbol Malato. Jaun Zuria se erige así como el primer señor de Bizkaia. Los vizcianos le juran lealtad y aseguran que pelearán junto a él siempre que lo requiera. Sin embargo, deberán recibir un sueldo si van a la guerra más al sur.

Jaun Zuria jura defender los fueros de Bizkaia. (Cuadro de Anselmo Guinea, de 1882)

Seiscientos años después, este último juramento es recogido en el Fuero Viejo de Bizkaia de 1452, y la Ley V del Título primero del Fuero Nuevo de 1526.

Vestigios de la leyenda más de un milenio después

Los historiadores coinciden en que este relato no es más que una leyenda, y no han encontrado ninguna prueba sobre la existencia de Jaun Zuria o la propia Batalla de Padura. Aunque no sería de extrañar que, en diferentes momentos de la historia, algunos vizcainos rechazasen el poder asturleonés, se negasen a pagar tributos y esto generase enfrentamientos.

Fuera como fuera, la leyenda ha llegado a nuestros días, y no solo por el libro de García Salazar, persona que da nombre a una calle bilbaina. Durante siglos, los nobles vizcainos han utilizado esta fábula, entre otras, para justificar el fuero vizcaino.

Ahí está el nombre Arrigorria, al que muchos unen a la mítica batalla. Sin embargo, otros más prosaicos afirman que el nombre se debe a las minas de hierro que hubo en la localidad y que teñían de rojo el monte Ollargan. Del mismo modo, otros señalan que “gorri” no sería por la rojez, sino por la desnudez de las piedras por la falta de vegetación debido a las minas.

También la sierra de Gorobel se denomina en castellano Sierra Salvada. Y es que según la leyenda, los asturleoneses huyeron por ahí de los vizcainos, poniéndose a salvo.

Pero los vestigios de la leyenda van más allá. En el pórtico de la Iglesia de Santa María Magdalena de Arrigorriaga hay un sarcófago que la tradición lo identifica con el del príncipe Ordoño fallecido en la batalla del siglo IX. Por desgracia para los románticos, los historiadores, teniendo en cuenta la tipología del sepulcro, lo han datado varios siglos más adelante, entre XIII-XV.

Sepulcro del príncipe leonés Ordoño, según la leyenda. (Asier ROBLES)

Caminando por Luiaondo, que hoy en día pertenece a Araba, se puede encontrar el lugar honorífico del Árbol Malato. Ahora hay una cruz con una inscripción de 1730 que reza así: «Este es el sitio donde estuvo el memorable Árbol Malato del que hablan las historias y la ley quinta del título primero del Fuero del Muy Noble y Leal Señorío de Bizkaia». El árbol había desaparecido, al menos, un siglo antes. Entre los siglos XIX y XX se plantó un retoño del Árbol de Gernika, pero fue atacado y destruido décadas más tarde. Hoy en día, tras la cruz, hay plantado otro árbol. Hay quien asegura que el roble que aparece en la heráldica vizcaina es el Árbol Malato y no el de Gernika.

Leyenda o realidad, a lo largo de la Edad Media la batalla se erigió como el mito fundacional del Señorío de Bizkaia, dando identidad propia a los vizcainos. Asimismo, es utilizada, como se puede ver con el Arbol Malato, para marcar las relaciones y obligaciones entre el Señor y sus vasallos.