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Rusia insta a un alto el fuego en plena ofensiva militar azerí contra Armenia

Rusia, casualmente enfangada en un revés militar en Ucrania, ha apelado a su papel mediador para instar a un alto el fuego en la cuarta ofensiva militar azerí en dos años contra Armenia y lo que le queda del enclave de Nagorno Karabaj. Turquía se alinea con Bakú e Irán no oculta su nerviosismo. 

El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, posa con el presidente ruso, Vladimir Putin, el pasado 7 de setiembre en el foro económico de Vladivostok. (Valery SHARIFULIN | AFP)

El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinian, ha cifrado en medio centenar las bajas mortales armenias en la ofensiva militar de Azerbaiyán en varios puntos de la frontera.

Pashinian, que ha informado de que se ha dirigido a Rusia, a la alianza militar postsoviética OTSC e incluso al Consejo de Seguridad de la ONU, ha apuntado que «la intensidad de los combates ha disminuido», si bien ha hecho hincapié en que «los ataques azeríes continúan en una o dos direcciones».

En espera de que se confirme, este relativo frenazo en la ofensiva coincide con el anuncio por parte de Rusia de un acuerdo de alto el fuego entre Armenia y Azerbaiyán. «Esperamos que el acuerdo alcanzado con la mediación rusa y que entró en vigor a las 09.00 hora de Moscú (06.00 GMT) el 13 de septiembre, se cumpla plenamente», ha indicado el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado.

Rusia, que también medió un alto el fuego entre las partes tras la guerra de 44 días en otoño de 2020 por el control de Nagorno Karabaj, ha instado a las partes a que «cumplan estrictamente» los acuerdos alcanzados por los líderes de Rusia, Azerbaiyán y Armenia del 9 de noviembre de 2020, el 11 de enero y 26 de noviembre de 2021 para una resolución pacífica del conflicto.

La venganza de 2020

Azerbaiyán lanzó en setiembre de 2020 una primera ofensiva para hacerse con el control de Nagorno Karabaj, un territorio con población mayoritariamente armenia que es foco de conflicto desde que decidiera separarse en 1988 de la región de Azerbaiyán, integrada entonces en la Unión Soviética.

Las hostilidades se prolongaron durante seis semanas y dejaron miles de muertos. Finalmente, los dos países alcanzaron un acuerdo sobre el alto el fuego con la mediación de Rusia, por el que se permitía que las fuerzas de paz rusas se establecieran en Nagorno Karabaj por un periodo de cinco años.  

Entonces, Bakú recuperó el control de territorios que en su día formaban parte de Azerbaiyán y que fueron anexionados por Ereván como «zonas de seguridad» en torno a Nagorno Karabaj.

Sucesión de ofensivas de desgaste

Desde entonces, Bakú ha llevado a cabo varias ofensivas militares, en mayo y noviembre de 2021, y el pasado mes de agosto de este año. Tras ellas Bakú se ha hecho con el control de territorio de Nagorno Karabaj y se ha asegurado el control del paso de Lachin, además de la comunicación terrestre entre Azerbaiyán y el enclave azerí de Najichevan.

Si la ofensiva coincidió en 2020 con lo peor de la pandemia de la covid-19, Azerbaiyán ha aprovechado en estos meses la concentración de Rusia en su guerra contra Ucrania.

Esta última ofensiva coincide con el mayor revés militar ruso desde que comenzó la invasión.

Pashinian ha tildado de «absoluta mentira» e «informaciones falsas» las acusaciones de Azerbaiyán de una provocación precia por parte de Armenia con «actos de sabotaje en las direcciones de Dashkesan, Kelbajar y Lachin», en la frontera común.

Según Pashinian, la agresión azerbaiyana está relacionada con la falta de voluntad de Bakú para avanzar en las negociaciones de paz, como asegura «quedó patente» durante una reciente reunión con el autócrata azerí, Ilham Aliev, en Bruselas.

Turquía e Irán

Por contra, el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Cavusoglu, ha hecho suya la versión azerí y ha instado a Armenia «a cesar en sus provocaciones y a concentrarse en las negociaciones de paz».

Turquía es aliado de Azerbaiyán, autocracia con mayoría chií pero cuya población, los azeríes, es turcomana.

Irán, que alberga dentro de sus fronteras una importante minoría azerí. ha advertido, por boca del portavoz del Ministerio de Exteriores, Naser Kananí, que Teherán «no aceptará ningún cambio en las fronteras de la República de Azerbaiyán y la República de Armenia» y ha instado a ambas partes «aresolver sus disputas pacíficamente y de acuerdo con las leyes internacionales».

Igualmente, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha mostrado su «profunda preocupación» por los enfrentamientos y ha reclamado un fin «inmediato» de las hostilidades.

En paralelo, el líder armenio ha abordado la escalada en la frontera con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien precisamente auspició el encuentro entre los dirigentes de Armenia y Azerbaiyán en Bruselas.