INFO

Encuestas dan a Lula ocho puntos por delante de un Bolsonaro que insiste en arrojar dudas

El actual presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, continúa sembrando dudas sobre el recuento en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, en las que se impuso el candidato del PT Lula da Silva, a quien sondeos otorgan una ventaja de ocho puntos para la segunda ronda.

Lula se impuso a Bolsonaro en la primera vuelta con una ventaja de cinco puntos. (Nelson ALMEIDA | AFP)

El candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a la Presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, podría obtener en la segunda vuelta hasta un 51% de los votos frente al Partido Liberal (PL) del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que alcanzaría el 43%, según una encuesta difundida por la consultora Ipec en la noche de este miércoles.

Además de los que ya han decidido su voto, un 4% de los encuestados ha confesado que aún no han decidido, una cifra pequeña pero que podría decantar las elecciones de un lado u otro, según ha recogido el diario ‘O Globo’.

Igualmente, dentro de las dos campañas finalistas, el 92% ha afirmado estar seguro de su voto, mientras el 8% restante podría cambiarlo de aquí hasta el próximo 30 de octubre, cuando se celebrarán los comicios.

En el sureste de Brasil, el 45% de los votantes dice votar por Lula y el 42% por Bolsonaro. En el noreste, en cambio, el 69% indica votar por el PT, contra el 25% que votaría por el actual presidente.

En el norte del país, el 50% prefiere a Bolsonaro, mientras que el 42% opta por el expresidente. En el sur, la Bolsonaro registra una mayor intención de voto: el 53% frente al 36% de Lula, tal y como ha informado ‘Folha de S.Paulo’.

En la primera vuelta, el domingo pasado, Lula obtuvo el 48,4% de los votos válidos, frente al 43,2% de Bolsonaro. El tercer lugar fue para Simone Tebet (MDB), que ya ha oficializado su apoyo a Lula para la segunda ronda, con 4,2% de los votos. Ciro Gomes (PDT), que también llama a votar por el candidato progresista, recabó el 3% de los votos y quedó en cuarta posición.

También el expresidente Fernando Henrique Cardoso ha declarado en las últimas horas su apoyo expreso a Lula, su histórico rival, de cara a la segunda vuelta.

Bolsonaro agita las dudas

Entretanto, el actual mandatario insiste en sembrar dudas sobre el escrutinio de las elecciones del domingo en Brasil.

El líder ultraderechista, en una transmisión en directo en sus redes sociales, ha manifestado su extrañeza sobre el cambio que se produjo en las tendencias del vencedor durante el escrutinio, dando a entender que parecía fruto de un algoritmo programado.

«Parece que si tuviéramos otros cinco minutos más de escrutinio, nuestro oponente habría garantizado la elección en la primera vuelta (al obtener más de la mitad de los votos)», ha subrayado el jefe de Estado.

Bolsonaro lideró la votación durante la mayor parte del tiempo y llegó a estar con cuatro puntos porcentuales de ventaja, y Lula tan solo apareció en el primer lugar con el 70% de los votos escrutados y terminó venciendo con una ventaja de cinco puntos.

El presidente, sin embargo, no ha llegado a poner en duda la transparencia del sistema electoral brasileño -–como lo venía haciendo antes de las elecciones– ni a desconocer el resultado del escrutinio, lo que se temía que podía ocurrir si perdía.

«Tuvimos el escrutinio y algunos problemas aparecieron, pero ya dejamos atrás esos problemas», afirmó.

El jefe de Estado también ha criticado las firmas encuestadoras, que llegaron a prever la elección de Lula en la primera vuelta, y las acusó de haber intentado manipular a los electores.

Las últimas encuestas antes de las elecciones preveían que Lula obtendría más de la mitad de los votos y le sacaría una ventaja de 14 puntos a Bolsonaro, y ninguna percibió el resultado del candidato ultraderechista.

«Fue un escándalo lo de los sondeos, que realmente influyeron en el resultado de las elecciones. Todas las encuestas se equivocaron y eso induce al elector a votar en el que las lidera. Todos se equivocaron contra mí. Está claro que fue de mala fe para atender intereses de quien financiaba las encuestas», ha afirmado.