Crisis en Paraguay por traslado del ataúd de un guerrillero a la prisión donde esta su hermana
El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, ha cesado al ministro de Justicia, Édgar Taboada, horas después de que fuese designado en el cargo por permitir la entrada del ataud del guerrillero Osvaldo Villalba en la cárcel del Buen Pastor, donde está presa su hermana guerrillera Carmen Villalba.
El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, destituyó este martes a su recién nombrado ministro de Justicia, Édgar Taboada, después de que se autorizara la entrada del féretro del líder guerrillero del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) en la cárcel del Buen Pastor de Asunción donde permanece encarcelada su hermana Carmen Villalba, histórica militante del EPP.
También fue destituida la directora de la cárcel, Marian Vázquez.
El jefe del Gabinete Civil, Hernán Huttemann, argumenta que el Código de Ejecución Penal prevé el otorgamiento de permisos de salida a los reclusos en caso de fallecimiento o enfermedad grave del padre, cónyuge, hermano u otro familiar cercano, «pero no así para el ingreso» a centros penitenciarios.
«La autorización de ingreso a una penitenciaria, como cualquier otra decisión administrativa, tiene que estar justificada, considerando todas las circunstancia que rodean al caso. El precedente que se podría generar permitiendo este tipo de situaciones que no están previstas en la ley podría ser nefasto para el futuro», añade.
El féretro de Osvaldo Villalba permaneció durante cinco minutos en la cárcel del Buen Pastor, bajo una fuerte custodia policial y una nutrida presencia de medios.
El permiso se concedió después de que el ataúd fuera llevado inicialmente hasta las puertas de la prisión en su recorrido hacia el cementerio de la Recoleta, uno de los principales de Asunción, pero se le negó el acceso.
Después de permanecer un tiempo en el camposanto a la espera de la autorización oficial, la caravana fúnebre se trasladó nuevamente hasta la cárcel para el ingreso del cuerpo.
La desaparición de «Lichita», hija de Carmen Villalba
Se da la circunstancia de que la hija de Carmen Villalba, Carmen Elizabeth «Lichita» Oviedo Villalba, de 14 años, desapareció el 30 de noviembre de 2020 en el Cerro Guazú (Amambay) de Paraguay durante un operativo de las Fuerzas de Tareas Conjuntas del Ejército paraguayo.
Debido a la militancia en el EPP de Carmen Villalba, de sus hermanos Osvaldo y Liliana Villalba, y de su exesposo y padre de «Lichita» Alcides Oviedo –también preso–, gran parte de la familia se exilió en Argentina, donde vivía la pequeña.
En noviembre de 2019, Laura Villalba, otra de las hermanas, viajó a Paraguay con sus sobrinas Carmen Elizabeth «Lichita» y su hermana gemela Tamara Anahi, para que visitaran a sus padres presos.
Le acompañaban su hija María Carmen Villalba y sus sobrinas, Lilian Mariana Villalba, ambas de 11 años, y Tania Tamara Villalba (19), de padres guerrilleros. A causa de las restricciones impuestas por la pandemia no pudieron regresar a suelo argentino.
El 2 de setiembre de 2020 se vieron envueltas en un operativo del Ejército. María Carmen y Lilian Mariana, ambas de nacionalidad argentina, fueron detenidas con vida, torturadas y asesinadas. Sus ropas fueron quemadas. Fueron vestidas con uniformes guerrilleros. El presidente paraguayo las presentó como «niñas guerrilleras» muertas en combate.
«Lichita» y su hermana Tamara Anahí, así como su tía Laura y su prima Tania Tamara lograron escapar y esconderse en el monte. Sin embargo, el 30 de noviembre se perdió el rastro de Lichita. Laura fue detenida y trasladada a un fortín militar. Tamara Anahí y Tania Tamara consiguieron sobrevivir durante dos meses en la selva y contactar con sus familiares.
El 30 de diciembre de 2020 prestaron su testimonio ante la Relatoría de Ejecuciones Extrajudiciales y el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas.
Según el testimonio de Tania Tamara Villalba, ese 2 de septiembre habían terminado de desayunar y estaban todos dispersos en el campamento guerrillero, en su mayoría mujeres, cuando empezaron los disparos, sin ningún aviso.
«Los testimonios recogidos por Naciones Unidas por parte de Tamara Anahí Oviedo Villalba y Tania Tamara Villalba, testigos presenciales del operativo de la FTC, confirman las denuncias realizadas por diversas organizaciones de Argentina y Paraguay sobre la ejecución, luego de la detención, de las dos niñas el 2 de setiembre durante un operativo de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) del Ejército, que fuera presentado como ‘exitoso’ por el propio Mario Abdo Benítez», resaltó Pablo Pimentel, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos-Matanza de Argentina durante una conferencia de prensa realizada en el Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) en Buenos Aires para presentar la campaña internacional «¿Dónde está Lichita? – Eran Niñas».
Entre el 18 y 31 de julio de 2021, delegadas y delegados de diversos organismos de derechos humanos y organizaciones sociales de Argentina realizaron una misión humanitaria a Paraguay para investigar los hechos y tratar de localizar a «Lichita».
«El gobierno paraguayo debe saber que los crímenes cometidos contra las dos niñas son de lesa humanidad y esos no prescriben nunca», subrayó el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquibel sobre este caso.