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Pequeña Velocidad (Irun); ¿lugar de memoria protegido o huella histórica difuminada?

El Pleno del Ayuntamiento de Irun este viernes ha reflejado dos opciones radicalmente distintas para Pequeña Velocidad, espacio que fue campo de concentración desde 1936; un plan urbanístico puede hacerlo desaparecer pero memorialistas han pedido oficialmente que se declare lugar de memoria.

Una concentración ha defendido Pequeña Velocidad como lugar de memoria. A la izquierda, Peli Lekuona, que ha intervenido en el Pleno. (Foku)

Pequeña Velocidad es el curioso nombre de un espacio en Irun (inicialmente pabellón ferroviario) que constituyó uno de los cuatro campos de concentración franquistas de la localidad. Estuvo vigente entre 1936 y 1942, pero es ahora cuando cobra actualidad, porque hay dos proyectos enfrentados que se han visualizado este viernes en el Pleno del Ayuntamiento de Irun; mientras el equipo de Gobierno impulsa una reforma urbanística que lo haría desaparecer (en el mejor de los casos dejando algún recuerdo simbólico), la asociación Kepa Ordoki-Memoria Historikoa Bidasoan ha dado a conocer la petición oficial al Gobierno español para que sea declarado lugar de memoria histórica, y por tanto protegido.

Esta demanda se ha trasladado tanto en la sesión plenaria que ha abordado la reforma urbanística, con una intervención desde el público, como en el exterior, mediante una concentración.

La asociación Kepa Ordoki se puso manos a la obra tras conocer el proyecto de reforma del Plan General de Ordenación Urbanística de Irun relativo a «entorno estación». En él se plantea construir una nueva pasarela entre la estación ferroviaria y la calle Sebastián Errazu, a través de un convenio entre el Ayuntamiento, Lakua y Adif, con un coste de 105.000 euros (dentro de una reforma global de 6,2 millones de euros).

Otro proyecto paralelo, denominado ‘Vía Irun’, agrava la alarma en torno al futuro de este espacio de memoria. En la tramitación de este segundo, la asociación Kepa Ordoki ha hecho ver al Ayuntamiento su preocupación por la desaparición directa de Pequeña Velocidad, pero este «ha hecho oídos sordos» y prevé «la demolición de la zona».

Sobre este ‘Vía Irun’, el equipo de gobierno ha argumentado en el Pleno, a través del teniente de alcalde Miguel Angel Páez, que «queremos ahí un espacio con vida todo el día». Y al final de su intervención ha apuntado la posibilidad de instalar un pequeño espacio de memoria que recuerde la represión franquista: «Aunque estemos hablando de urbanismo, tenemos sensibilidad con este tema».

«Eliminar las pruebas de la represión»

Así las cosas, la asociación –según ha dado a conocer hoy mismo su secretario, Peli Lekuona, en el Pleno– ha apelado a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, planteando en primer lugar medidas cautelares y solicitando en última instancia que Pequeña Velocidad sea declarado lugar de memoria.

Las razones son obvias: «Las personas que pasaron por Pequeña Velocidad son víctimas del franquismo, así lo dice el sentido común y también la Ley de Memoria Democrática. Para mantener su recuerdo resulta indispensable mantener como está Pequeña Velocidad, para que Irun tenga en la memoria lo que allí ocurrió y no se vuelva a repetir. Destruirlo es eliminar las pruebas de esa represión, como desearían los verdugos». Y ha recordado como ejemplo lo ocurrido en Gurs, donde se borró la huella del campo de concentración.

En paralelo, se propone al Ayuntamiento destinar los 5 millones comprometidos por el Gobierno de Lakua para la reforma del edificio Aduana a levantar un museo de la memoria que englobe Aduana y Pequeña Velocidad, sensibilizando sobre la represión franquista.

Desde EH Bildu, Jokin Melida ha respaldado esta demanda considerando que podría convertirse incluso en una referencia a nivel estatal. Esta fuerza ha votado por tanto contra el inicio de la tramitación de la reforma urbanística calificando de «subsanable» la situación: «Que se construya la pasarela, pero respetando nuestra memoria», ha planteado.

En el tema ha terciado finalmente el propio alcalde, José Antonio Santano (PSE): «La memoria va a estar ahí y creo que podremos llegar a un acuerdo. La memoria no son piedras, son espacios», ha añadido.

La reforma del Plan General (inicio de este proceso) se ha aprobado finalmente con los votos de la mayoría de gobierno que conforman PSE y Elkarrekin Podemos. Santano ha saludado el momento como «histórico». El PNV ha votado en contra al igual que EH Bildu, aunque no por la cuestión de Pequeña Velocidad sino porque defiende otro plan urbanístico diferente.

¿Qué fue Pequeña Velocidad?

Pequeña Velocidad fue el principal campo de concentración de Irun. Estuvo operativo entre 1936 y 1942, puesto que aunque oficialmente se cerró en 1939 fue mantenido tres años más dado el gran número de personas que pasaban por ahí tratando de huir.

«Era un espacio pobre, donde los presos tenían estancias cortas, para ser derivados después a otros campos de concentración como La Magdalena, San Pedro de Cardeña o Miranda de Ebro», explica Kepa Ordoki-Memoria Historikoa Bidasoan, para la cual «fue punto de inicio de la represión sufrida por miles de personas».