«Cuando juegan las Black Stars, el tiempo se detiene en nuestro país»
En el Mundial de 2010, Ghana estuvo a punto de colarse en semifinales pero cayó en la tanda de penaltis contra Uruguay. Tras su ausencia en la cita de Rusia, las “Black Stars”, con Iñaki Williams al frente, regresan con gran ilusión, tal y como destaca a NAIZ el periodista Okarawu Ampofo.
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La noche del 3 de julio de 2010, en el Soccer City de Johanesburgo, Ghana y Uruguay se jugaban una plaza en semifinales del mundial. Tras el empate a uno, con tantos de Muntari y Forlán, durante los noventa minutos reglamentarios, el desarrollo de la prórroga parecía encaminar el partido, de forma inexorable, hacia la tanda de penaltis. Sin embargo, de repente, algo cambió.
El árbitro asistente señaló rigurosa una falta lateral, sumamente peligrosa, de Fucile a Adiyiah. Ante ello, aparecieron los nervios y se produjo una acumulación de futbolistas de ambos equipos en el área uruguaya, ya que aquello se había convertido en un todo o nada: La gloria eterna o la incertidumbre derivada de los lanzamientos desde los once metros. John Paintsil, entonces en las filas del Fulham, se dispuso a sacar la infracción, mientras se sucedían los agarrones entre atacantes y defensores. El balón comenzó a volar, pero el envío se quedó algo corto, por lo que Kevin Prince Boateng prolongó de cabeza enviándolo hacia el área pequeña. La concatenación de acciones efectuadas milésimas de segundos obligaron al meta Fernando Muslera a salir de puños para evitar el remate de Annan y aunque el arquero ejecutó su cometido de forma defectuosa, logró evitar el tanto.
En primera instancia, eso sí, ya que el esférico cayó a los pies de Appiah, que disparó a bocajarro a menos de un metro de una línea de gol en la que Luis Suárez evitó el tanto de forma milagrosa. El rebote cogió altura y, nuevamente, apareció Adiyiah para rematar con todo. Un cabezazo fuerte y poderoso, con el portero fuera de su meta, que superó a Fucile pese al escorzo del defensor para intentar frenarlo. Lo consiguió Luis Suárez, otra vez, sobre la mismísima línea. Esta vez, en cambio, lo hizo efectuando una parada a dos manos, momentáneamente, salvadora. Tarjeta roja para el delantero uruguayo y penalti a favor del combinado africano.
Ghana tenía la oportunidad de romper el techo de cristal de las selecciones africanas, situado en unos cuartos de final que ya habían alcanzado también los cameruneses en 1990. Asamoah Gyan tenía el destino de su equipo y la esperanza de todos los seguidores de las Black Stars en sus pies. Su lanzamiento, duro y centrado, fue escupido por el larguero, sumiendo al conjunto ghanés en el desconcierto y la melancolía interna de lo que pudo haber sido y no fue.
Por contra, los charrúas encontraban una bola extra que no iban a desaprovechar: «Uruguay no más», gritaban los narradores de la televisión del paisito. En los penaltis, Gyan se desquitó de su error, pero los fallos de Mensah y Adiyah permitieron al Loco Abreu la posibilidad de finiquitar la tanda. El veterano exjugador de la Real, con toda la calma y sutileza del mundo, batió al cancerbero africano con un lanzamiento a lo Panenka. Ghana, que ya había hecho historia, estuvo a un paso de la hazaña, pero se quedó con la decepción.
Cuatro años después, en 2014, a pesar de obtener un empate ante Alemania -la futura campeona- el desempeño de las Black Stars fue mucho más discreto, quedando eliminadas en la primera fase tras caer ante EEUU y Portugal. Tras no clasificarse para Rusia, el equipo ghanés ha retornado al Mundial repleto de ilusión y con nuevas piezas con las que sus aficionados sueñan con volver a escribir páginas similares a las que vivieron en Sudáfrica. Ahora, volverán a cruzarse con charrúas y lusos, además de con el equipo de Corea del Sur.
«Los hinchas aman a Iñaki Williams»
Horas antes del estreno del combinado africano, en NAIZ hemos pulsado el ambiente en torno a la selección ghanesa charlando con el periodista Okurawu Ampofo, de 3 Sports y Opta Analyst, y que está siguiendo el Mundial en directo. Según destaca, «los aficionados esperan que el equipo pueda clasificarse para los octavos de final, quizá no tengan tanta confianza como en campeonatos anteriores, pero se cree que este joven conjunto puede hacer grandes cosas». Quince de los convocados son menores de veinticinco años, un elenco de promesas en el que sobresalen Lamptey, Kudus, Sowah, Sulemana o Issahaku, delantero de apenas 18 años que milita en el Sporting de Portugal.

Ampofo considera que las opciones ghanesas pasarán «por el impacto que pueda tener el trabajo del entrenador». Por lo que todas las miradas están puestas en Otto Addo, un hijo de ghaneses que nació y creció en Hamburgo, jugó en varios equipos de la Bundesliga, trabajó como entrenador en las academias del Borussia Dortmund o el Hamburgo y que accedió al cargo de seleccionador en septiembre de 2021. En su liderazgo y el desempeño del equipo están depositadas las esperanzas de más de 31 millones de personas residentes en Ghana y también las de los integrantes de una amplia diáspora.
La expectación ante el debut mundialista es enorme, «hay un seguimiento y amor masivo hacia la selección, cuando juegan las Black Stars se para el tiempo en nuestro país, hay depositadas grandes ilusiones en que el equipo sorprenda al mundo y pueda llegar lejos en la competición». En ese sentido, subraya que «el sueño es intentar replicar el éxito de 2010, aunque será difícil». Es parte de la búsqueda de la alegría y la esperanza para un país que necesita buenas noticias, ya que actualmente Ghana ocupa el puesto 141 del mundo, en atención a los datos del Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas.
Uno de los nombres propios del torneo, tanto en Euskal Herria como en Ghana, es el de Iñaki Williams. El delantero del Athletic optó, finalmente, por representar a la selección del país de sus padres y se ha convertido de forma inmediata en uno de los referentes del equipo. Ampofo explica que «los aficionados le aman, durante mucho tiempo han estado esperando a un delantero que pudiese ocupar el hueco dejado por Asamoah Gyan y creen que con Iñaki lo han encontrado, ya que confían en que puede ser muy útil en la copa del mundo». Asimismo, cuestionado sobre el encaje del jugador vasco en el equipo, afirma que «se ha adaptado muy bien y parece estar muy contento sobre los compañeros».
Así las cosas, con la solidez que aporta contar con jugadores como Amartey, los hermanos Ayew, Kyereh, Kudus, Lamptey, Partey, Salisu o el propio Williams, Ghana aspira a dar la sorpresa en Qatar. Algo que remarca el periodista de 3 Sports y Opta al concluir que «el límite del equipo está en su mentalidad, ya que creo que tienen todo lo necesario para llegar hasta el final».