Los silbidos a La Marsellesa, un terremoto político en París

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Lo sucedido la noche del 14 de octubre de 2008 durante la disputa de un partido amistoso entre las selecciones de Francia y Túnez en el estadio de Saint Denis levantó una enorme polvareda en la opinión pública gala. Lo de menos fue el triunfo de los bleus por tres a uno, gracias a dos tantos de Thierry Henry y otro de un joven Karim Benzema. El foco se centró en los pitos de buena parte de los hinchas del conjunto magrebí al himno francés. Y eso que la organización había preparado con mimo el momento, invitando a las cantantes de origen tunecino Amina y Laam para interpretar La Marsellesa, encomendando a Humat Al-Mina el entonar el cántico del país africano y haciendo posar conjuntamente a ambos equipos.
Las reacciones no se hicieron esperar, llegando desde el más alto nivel, ya que el presidente francés Nicolás Sarkozy tildó lo acontecido de «escandaloso». Por su parte, la ministra de Deportes, Roselyne Bachelot señaló que, en adelante, «se suspenderá de inmediato cualquier partido en el que se silbe nuestro himno nacional». El secretario de Estado de Deporte, Bernard Laporte, fue más lejos e indicó que «no se deben organizar encuentros en París entre Francia y los países del Magreb”. Las declaraciones fueron en cascada. Jean-Marié LePen, el entonces líder del ultraderechista Front National, utilizó lo sucedido para llamar «franceses de papel» a los migrantes y calificar de «fracaso» las políticas de integración. Por su parte, Frédéric Lefevre, portavoz de la conservadora UMP, señaló que «es triste ver que franceses silban a francesas». Desde las formaciones de izquierdas, el diputado socialista Arnaud Montebourg se mostró «consternado” y dijo que lo sucedido «refleja una imagen de Francia que no queremos». En el Partido Comunista, su portavoz y antigua ministra de Deportes, Marie-George Buffet dejó una reflexión sobre la mesa: «Quizá haya que preguntarse por qué esos hombres y mujeres, en particular los jóvenes, sienten la necesidad de silbar La Marsellesa».
Dos partidos que cambiaron la legislación
No era la primera vez que sucedía, apenas once meses antes, el 16 de noviembre de 2007, ocurrió algo similar en el mismo escenario durante un choque entre los bleus y Marruecos. Para entonces, ya estaba en vigor la conocida como «Ley de desprecio a la bandera y el himno», aprobada tras lo sucedido pocos años en dos partidos de fútbol también celebrados en Saint Denis y que imponía castigos de 7.500 euros. El caso más sonado se produjo el 6 de octubre de 2001, durante el envite que midió a Francia y Argelia en París. El partido levantó una enorme expectación, tanto que en su revista semanal, L’Equipe tituló «Por fin», debido a que las selecciones absolutas de ambos países se enfrentaban por primera vez desde la independencia del país magrebí. Los únicos precedentes futbolísticos se ceñían a partidos en los Juegos del Mediterráneo de 1975, 1979 y 1987.
Con miles de hinchas argelinos en las gradas, ambos equipos posaron conjuntamente antes de iniciar el encuentro, pero pronto se palpó la tensión existente. La Marsellesa fue pitada de forma notable, con la presencia del primer ministro galo Lionel Jospin, y Zinedine Zidane, la gran estrella del combinado francés también y de origen argelino, también fue abucheado. Tras la disputa de la primera parte y con un claro dominio bleu en el marcador (4-1), sobre el minuto 65 un aficionado saltó al terreno de juego, segundos después se multiplicaron. El partido se detuvo, se vieron bastantes banderas argelinas sobre el césped y la ministra de Deportes, la anteriormente citada Marie-George Buffet, recibió un botellazo. Desde entonces, a pesar de que se especuló con la posibilidad de organizar un partido para 2020 en Argelia -desbaratado por la pandemia-, ambas selecciones no se han vuelto a enfrentar. Apenas 11 días después de lo sucedido en Saint Denis, el alcalde de París Bertrand Delanoe instaló una placa en memoria las decenas de argelinos masacrados en 1961 por la represión policial dirigida por el prefecto Maurice Papon, que años después sería juzgado y condenado al descubrirse su colaboración con el holocausto nazi. Convocados por el Frente de Liberación Nacional, protestaban contra el toque de queda impuesto a los argelinos residentes en la capital gala. Algunos de las víctimas fueron arrojadas al Sena.
El otro choque que motivó el endurecimiento legal, fue lo sucedido en la final de la Copa del Estado francés en 2002, disputada entre el Lorient bretón y el Bastia corso. La victoria fue para los primeros, por uno a cero, en un choque que empezó con 20 minutos de retraso después de que entonces el presidente de la república francesa, Jacques Chirac abandonó el palco debido a que buena parte de los aficionados isleños silbaron a La Marsellesa. No obstante, cabe señalar que el himno francés también ha sido abucheado en otros partidos disputados fuera de París. Lo fue en 2005 en Israel, en 2007 en Italia, en 2009 en Serbia, en 2012 en el Vicente Calderón y en 2019 en Konya antes de un encuentro contra Turquía. Emmanuel Macron los calificó de «inaceptables» los silbidos recibidos en territorio otomano.
10 jugadores nacidos en el Estado francés
Según datos del INSEE, el instituto de estadística galo, en 2018 había unos 300000 tunecinos residiendo en el Estado francés. Una cifra que se multiplica exponencialmente al cuantificar las personas que tienen raíces en el país magrebí. Prueba de ello es que una decena de futbolistas de la plantilla tunecina que está disputando el Mundial nacieron en suelo francés. Es el caso del portero Mouez Hassem, los defensas Montassar Talbi -que retornó a los 12 años junto a su familia al país africano-, Dylan Bronn -de padre alemán-, Wajdi Kechrida y Nader Ghandri, los centrocampistas Hannibal Mejbri, Assima Laidouni. Ellyes Skhiri, el mediapunta corso Wahbi Kazhri y el delantero Naiem Sliti.
Entre los deportistas franceses de origen tunecino, en cambio, cabe resaltar a los futbolistas Hatem Ben Arfa, Sabri Lamouchi -que disputó la Eurocopa de 1996-, la internacional Selma Bacha o el delantero del Mónaco Wissam Ben Yedder, los atletas Morhad Amdouni y Ouissem Belgacem o los boxeadores Cyril Abidi, Ferrid Kheder o Taoufil Belbouli.