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Primer goleador de la Croacia independiente, mundialista con Bélgica

Croacia y Bélgica se enfrentan este jueves en la tercera jornada de la fase de grupos. Ambos buscan hacerse un hueco en los octavos. Los balcánicos son líderes del grupo F con cuatro puntos, mientras los belgas son terceros con tres puntos. La historia de Josip Weber une a estas dos escuadras. 

Josip Weber con la camiseta del Círculo de Brujas.
Josip Weber con la camiseta del Círculo de Brujas. (PHOTO NEWS)

Pocos futbolistas pueden presumir de haber anotado cinco goles en su estreno con una selección. Josip Weber contaba con semejante logró en su currículum, el delantero del Círculo de Brujas que marcó un repoker de tantos ante Zambia el 4 de junio de 1994 en un partido que concluyó nueve a cero a favor de Bélgica. Lo logró rozando la treintena, tras un proceso de nacionalización que le permitiría disputar la copa del mundo de EEUU y con la llamada de un gigante como el Anderlecht tocando a su puerta. Era la culminación de una trayectoria que ya contaba con un dato de trascendencia histórica: El 8 de julio de 1992, había anotado el primer gol de la selección croata después de que la independencia del país fuese admitida por Naciones Unidas. 

Nacido el 19 de noviembre de 1964, con el nombre de Josip Veber, en Slavonski Brod, la sexta ciudad de Croacia, parte de la región de la Slavonia y muy cerca de la frontera con Bosnia. Creció en un entorno rural, donde la agricultura y las industrias alimentaria y textil formaban los ejes económicos principales. Sus primeros pasos futbolísticos fueron en el NK Borac Podvinje de su localidad natal, para después pasar al vecino BSK Slavosnki Brod en el que estuvo tres campañas. Su primera gran oportunidad le llegó con su fichaje por el Hajduk Split en 1985. El conjunto dálmata, primer icono futbolístico partisano en la era de Tito y al que se le ofreció trasladarse a Belgrado para convertirse en el gran referente yugoslavo, contaba con una ingente cantidad de talento.

Prueba de ello, es que durante los dos cursos que jugó a orillas del Adriático compartió vestuario con mitos como el bosnio Blasz Sliskovic, que luego ficharía por el Marsella, o los gemelos Vujovic, que fueron internacionales en numerosas ocasiones. Encabezaban una larga relación de futbolistas, que, como Weber, posteriormente se expandirían por Europa, siendo Asanovic y Jarni los más conocidos. Dos futuras estrellas que pasarían por La Liga, al igual que Andrijasevic, Bursac, Gracan, Jerkan, Milanko, Miljus, Stimac, Vardovic o Vulic. La factoría croata no dejaba de producir futbolistas con gran proyección, siendo el delantero Alen Boksic, que después ganaría la Champions con el OM y jugaría en la Lazio o la Juve, uno de los más destacados. Su irrupción en el primer equipo del Hajduk cerró las puertas de la titularidad a Weber.

En busca de nuevas oportunidades, bajó un escalón para firmar por el Dinamo Vincovci, un club ahora llamado HNK Cibalia. La segunda categoría yugoslava estaba dividida en dos grupos de 18 equipos. En uno se agrupaban las escuadras de Bosnia, Croacia y Eslovenia, mientras que el otro lo conformaban los elencos de Kosovo, Macedonia, Montenegro y Serbia. El buen rendimiento de Weber en el equipo de la región de Sirmia llamó la atención del Círculo de Brujas. Dos elementos facilitaron su traspaso, en primer lugar, contar con raíces belgas y, por otro, un cambio burocrático decisivo producido en 1988. Hasta entonces, los deportistas yugoslavos no podían abandonar el país hasta cumplir 28 años, pero el fichaje del baloncestista Drazen Petrovic fue determinante para modificar la legislación. La fórmula utilizada la explicó el donostiarra José Antonio Arizaga, el agente del Genio de Sibenik, en el programa Informe Robinson: «Te dicen como te decían entonces en esos países, y te dicen todavía hoy en España... "pero eso cuesta mucho": ¡Pues venga, vamos a ver cuanto cuesta! Se llama corrupción. Se pone en marcha una enorme maquinaria burocrática en marcha y, de repente, estaba hecho y Petrovic pudo venir».

El cambio produjo la salida de numerosos deportistas hacia otros países. Dentro de una larguísima relación, por ejemplo, Osasuna firmó a Dusko Milinkovic, un delantero que con el Rad del barrio belgrandense de Bajinca había sido el máximo goleador del campeonato yugoslavo. Sin embargo, en Iruñea apenas marcó un tanto en 18 partidos. Weber, por su parte, llegó a Brujas junto con Ivo Jerolimov, antiguo compañero suyo en el Hajduk. En Flandes, salvaron la categoría con apuros en su primera campaña, coincidiendo en la plantilla con el zambiano Kalusha Bwalya, uno de los mejores jugadores africanos de los ochenta. Pese a su acierto realizador en Bélgica, Weber no fue convocado para el Mundial de 1990, debido a la enorme competencia que existía en Yugoslavia. Ivica Osim citó a Boksic, Pancev, Savicevic, Suker y Vujovic, dejando fuera unos prometedores Meho Kodro y Pedja Mijatovic, a Bursac pese a sus 16 goles con el Toulon, a los delanteros del Estrella Roja Binic y Lukic, al punta del Torino Haris Skoro, al goleador del Lucerna Samir Tuce o al jugador del Bayern Radmilo Mihajlovic. 

Tres veces máximo artillero liguero

Desde un primer momento, el impacto del delantero croata en el equipo fue enorme, siendo el máximo goleador en las seis campañas que lució la elástica del Círculo de Brujas. La temporada 1990-1991, sus 20 tantos volvieron a mantener a los flamencos en la máxima categoría. El salto cualitativo llegó al consagrarse como el mejor artillero del campeonato belga, ganando durante tres compañas consecutivas, de 1992 a 1994, el trofeo a máximo realizador. Eran, además, los años más duros de la Guerra de los Balcanes.

Después de 45 años, la selección croata volvió a jugar un partido el 17 de octubre de 1990 en el Maksimir de Zagreb, el mismo escenario que había presenciado en mayo de ese año una brutal batalla entre facciones del Dinamo y Estrella Roja, en lo que supuso un punto de no retorno en la fractura social entre croatas y serbios. Aquel encuentro también pasó a la historia por la patada que le dio Zvonimir Boban a un policía. El jugador fue sancionado y excluido del Mundial de Italia. Meses más tarde, en un contexto de creciente tensión, regresó el cuadro ajedrezado, que venció por dos a uno a EEUU. Semanas después, en el debut de Boban, Jarni o Suker, los vatreni ganaron a Rumanía. En 1991, el 19 de junio, apenas seis días antes de la declaración de independencia de ambos países, Croacia viajó a Eslovenia para medirse en la ciudad de Murska Sobota. Ese día, Gregor Zidan, que jugó con Croacia ante EEUU, se enfundó la elástica eslovena por primera vez. 

No fue hasta enero de 1992 cuando tanto la Comisión Económica Europea (CEE), con el impulso de Alemania, como Naciones Unidas (ONU), aceptaron la independencia croata. Seis meses más tarde, la selección de fútbol se dirigió a Australia, un país con una gran comunidad de oriundos de Croacia, para disputar tres encuentros amistosos. Con Stanko Poklepovic como técnico, Weber fue parte de una convocatoria en la que también estuvieron Slaven Bilic, Drazen Ladic, Dubravko Pavlicic, Goran Vlaovic, Goran Vucevic –que ese verano firmó por el Barça–, Igor Stimac o Nikola Jerkan. Los socceroos ganaron el primer partido por uno a cero y también se impusieron en el segundo choque. Sin embargo, pese a al tres a uno final, el tanto marcado por el delantero del Círculo de Brujas en el minuto 34 supuso el primer gol de la Croacia independiente. En el tercer envite, empataron a cero.

El reconocimiento oficial de la FIFA llegaría meses después, pero el primer partido oficial no lo disputarían hasta septiembre de 1994 en Estonia, en el marco de la fase clasificación para la Euro de Inglaterra. Por el camino, Weber recibió la invitación de los diablos rojos para jugar el Mundial de EEUU. Tres elementos favorecieron su nacionalización: el tener un abuelo belga, llevar seis años en el país y que los tres partidos que disputó con Croacia no estaban reconocidos oficialmente. Aceptó y debutó en los choques de preparación para la copa del mundo, anotando cinco dianas ante Zambia y otra ante Hungría. En la cita norteamericana, en octavos, donde los belgas cayeron eliminados, el defensa alemán Helmer cometió un claro penalti sobre el delantero de origen croata, pero no fue señalado y los germanos ganaron por tres a dos.

Su carrera parecía lanzada con su fichaje por el Anderlecht, pero una grave lesión de rodilla truncó su trayecto. En tres campañas apenas pudo jugar 25 encuentros en los que metió 16 goles. Se retiró en 1997 y dos décadas después, con apenas 52 años, falleció a consecuencia de un cáncer de próstata. El Círculo de Brujas, el club en el que es todo un mito, invitó a su viuda Irena a realizar el saque de honor antes de un choque contra el Anderlecht. Un gesto que fue correspondido con la donación de las botas que utilizaba para perforar las redes contrarias a principios de los noventa, la época en la que también marco el primer gol de una Croacia independiente.

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