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Sorpresas y decepciones en la fase de grupos, aunque acabarán estando los de siempre

Sorpresas, decepciones, méritos hacia el título... La fase de grupos del Mundial ha tenido de todo, aunque ahora que llega lo bueno, todo apunta a que acabarán estando los de siempre en la pelea por hacerse con el cetro. Brasil, Francia e Inglaterra son los que mejores sensaciones han dejado.

Marcus Rashford ha sido uno de los cinco futbolistas que han marcado tres dianas en la fase de grupos.
Marcus Rashford ha sido uno de los cinco futbolistas que han marcado tres dianas en la fase de grupos. (Paul ELLIS | AFP PHOTO)

Llega la hora de la verdad, el todo o la nada para algunos combinados que han puesto muchas esperanzas en hacerse con el entorchado mundialista. Los cruces de octavos que se iniciarán hoy cribarán al selecto grupo de aspirantes al título, aunque algunos de ellos ya se hayan quedado por el camino en una fase de grupos que, como viene siendo tradición, ha contado con sonoros petardazos.

Los más llamativos los han protagonizado Alemania y Bélgica. La Mannschaft repite decepción, después de que en Rusia 2018 también se quedase fuera de las eliminatorias. Su enorme tropiezo ante Japón después de que pudiese golear en el primer tiempo le ha supuesto un enorme lastre del que no se ha recuperado, pese a sumar ante España y ganar a Costa Rica.

Su técnico, el valorado Hansi Flick, ya ha reconocido que no solo hace falta pasar página, sino también dar a futuro un mayor protagonismo a los jóvenes valores que vienen y que gozan de un indudable talento. El mismo que asomaba en la generación de oro del fútbol belga, pero que ha visto cómo han ido pasando los años y ello no se ha traducido en título alguno que llevar a sus vitrinas.

Al menos, en anteriores citas de calado, los dirigidos por Roberto Martínez –el entrenador catalán ha dado por cerrado su ciclo con los diablos rojos– llegaron a cotas más elevadas, como el tercer puesto en Rusia o el cuarto en la última Eurocopa. En esta ocasión, no les ha dado ni para pasar el corte, pese a disponer de una pléyade de jugadores en equipos punteros del viejo continente, dejando una pobrísima imagen.

A otro nivel, las eliminaciones de dos históricos como Uruguay y México también pueden considerarse como llamativas, dado su palmarés deportivo y la intensidad con la que se vive el fútbol en dichos países. Seguro que sus respectivas parroquias no se habrán quedado para nada contentas con el rendimiento ofrecido, pero ambos conjuntos sí que pueden contraponer que pelearon el pase hasta el último segundo y que estuvieron a punto de conseguirlo.

Lo han logrado Argentina y Croacia, pero dejando muchas dudas por el camino. Los liderados por Lionel Messi estuvieron al borde de la bancarrota con su inesperado debut frente a Arabia Saudita, pero se repusieron ante los aztecas y fueron muy superiores a Polonia, yendo in crescendo en cuanto a nivel futbolístico y acierto anotador.

La última de Messi

Esa clara línea ascendente les ha permitido un cruce a priori bastante favorable contra Australia, si dejan atrás algunos de sus lapsus por exceso de confianza, y vuelve a colocarles en el selecto grupo de conjuntos que aspiran a todo, habida cuenta de que potencial tienen para ello y de que entre sus filas está el todavía futbolista más desequilibrante del mundo, ávido de subir a su palmarés el único entorchado que se le resiste.

Seguramente no con un objetivo tan elevado, pero sí con la misma ilusión de continuar haciendo historia y, por qué no, dar algún nuevo susto a rivales de un teórico superior nivel, todo un elenco de florecientes selecciones asoman a estos octavos con la intención de prolongar su sueño.

Encabeza esta lista una Marruecos que, imbatida y con sus siete puntos, se ha hecho con el liderato de un grupo en el que también estaban Croacia y Bélgica, nada menos. Con la calidad de Ziyech y la última eficacia goleadora de En-Nesyri, los leones del Atlas han destacado sobre todo por conformar un bloque sólido que va a tener una auténtica prueba de fuego contra España.

En-Nesyri celebra uno de sus dos goles contra Canadá. (Paul ELLIS / AFP PHOTO)

En el ránking de sorpresas inesperadas le sigue una incombustible Japón, que ha logrado tumbar a los hispanos y a Alemania. La escuadra nipona es la mejor expresión de la globalización fútbolística, pues la gran mayoría de su plantilla se encuentra desperdigada por las mejores ligas del mundo, algo que no es novedoso en los últimos años, pero que sí ha propiciado elevar su nivel balompédico. Croacia medirá si ese crecimiento es flor de un día o tiene continuidad.

Otro bloque asiático, Corea del Sur, también ha dejado buena muestra de su capacidad competitiva, pasando el corte en otro grupo muy exigente, guiados por el talentoso Heung-min Son. Si solventa sus lagunas de concentración durante algunas fases de los encuentros, la campeona africana, Senegal, todavía tiene mucho que decir, con Koulibaly como bastión defensivo. Meritorias también han sido las clasificaciones de Estados Unidos y Australia, aunque está por ver si dispondrán de la fuerza mental para llegar más lejos en este Mundial.

Reforzadas en sus opciones

Esta fase de grupos ha reforzado las opciones de algunos de los combinados que ya partían con la vitola de favoritos antes del pistoletazo de salida en Jor. Brasil, Francia e Inglaterra encabezan todas las quinielas, pues su desempeño sobre el césped hasta el momento confirma semejantes expectativas, aunque una mala tarde puede mandar al traste esas optimistas perspectivas.

La canarinha, única selección que cuenta sus envites por victorias y que podría formar dos equipos competitivos con sus integrantes, se asoma como el adversario a batir, ante la posibilidad de que obtenga su sexto enorchado dos décadas después y ponga tierra de por medio respecto a Alemania e Italia.

Tratará de impedirlo Francia, que buscar reeditar el título logrado en Rusia y que, pese a sus importantes bajas, ha sabido mantenerse como un grupo muy compensando en todas las líneas y que dispone de la magia de Mbappé. Sin un futbolista que marque diferencias y sí con la misma solidez, Inglaterra ha puesto de manifiesto solvencia y pegada como para ser un aspirante con galones. Portugal y España, que han desplegado rachas de buen fútbol, quedan a la expectativa de si repetirán esa imagen en unos octavos que se presentan apasionantes.

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