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Entrevista
Martin Bengoa
Futbolista

«En Marruecos viven por y para el fútbol»

Los Leones del Atlas están viviendo el mejor momento de su historia en Qatar tras haber alcanzado las semifinaleS. En NAIZ hemos querido ampliar el foco para conocer mejor la liga marroquí a través del otxandiarra Martín Bengoa, que disputó tres cursos en la Botola Pro.

Martin Bengoa disputó tres temporadas en la liga marroquí.
Martin Bengoa disputó tres temporadas en la liga marroquí. (Martin BENGOA)

Formado en Lezama, compartió vestuario, entre otros, con Aketxe, Córdoba, Guarrotxena, Guruzeta, Iñaki Williams, Kepa, Lekue, Nolaskoain, Remiro, Sabin Merino, Saborit, Unai Bilbao, Unai López, Unai Núñez, Unai Simón, Vesga, Villalibre o Yeray, entre otros muchos antiguos miembros de la factoría rojiblanca. De la mano de Kuko Ziganda, formó parte del conjunto de cachorros que ascendió a Segunda en Cádiz, pero una grave lesión cortó su trayectoria y le tuvo muchos meses alejado del verde. Una vez recuperado, pudo volver a gozar de cierta continuidad, pero su ciclo en la cantera del Athletic tocó a su fin. De Lezama a Abegondo, para enrolarse en el segundo equipo del Deportivo de A Coruña, en el que militó durante una campaña.

Tras volver a casa para jugar en el Leioa, a Bengoa se le presentó una de esas oportunidades inesperadas que sirven para cambiar el rumbo por completo. En 2019, una oferta del Chabab Rif Al Hoceima, el principal equipo de la ciudad de Alhucemas, le hizo embarcarse en la aventura marroquí. Bengoa explica que «la experiencia que tuve, futbolísticamente hablando, fue buena. Me abrió unas puertas que no pensé que me iban a llegar en aquel momento, estaba en el Leioa y tuve la posibilidad de jugar en la Primera de Marruecos. Es cierto que su máxima categoría no es como las de Europa, pero hay grandes clubes y equipos. Fue una cosa grata para mí, hice buenos números, luego firmé en un club histórico como el Moghreb Atletico Tetuán, que ha ganado ligas y que ha jugado la Champions africana, por lo que deportivamente ha sido un gran paso para mí. Te haces un nombre, te conocen y ha sido algo muy positivo». Algo a lo que también añade el aspecto personal, «es un sitio maravilloso para vivir, con una cultura muy diferente a la nuestra, pero donde siempre me han respetado, igual que a mi mujer y mi hijo. En ese sentido, es de chapeau».

Uno de los elementos que más destaca es «la pasión». A juicio del otxandiarra, los marroquíes «viven por y para el fútbol, para ellos lo más importante que tiene Marruecos es el fútbol, tienen una pasión terrible. Yo, cuando he jugado allí, los campos siempre estaban llenos, hay muchísima afición y gente apoyándote. Es cierto que cuando las cosas no van tan bien, sientes esa presión, que quizá en otros países o clubes no existe, pero la hinchada es el punto principal. En los desplazamientos, por ejemplo, en Casablanca u otros campos, siempre venía un montón de gente y en el nuestro, con capacidad para 7000 espectadores, siempre estaba lleno. La verdad es que para un jugador, un club y, en este caso, la selección, ese apoyo es muy importante».

Sin embargo, también pone el acento a la hora de alertar de las carencias que todavía existen, tanto a nivel formativo como estructural. Algo que se traduce en los problemas que sufren muchos jugadores a la hora de cobrar: «Menos en el FUS de Rabat que es un club bastante estable, hay impagos en todos los equipos, tanto para los jugadores de allí como para los extranjeros. Deportivamente hablando me llevo una experiencia de la leche, pero son clubes que no son serios, que no te transmiten seguridad. Si ahora mismo me volviesen a llamar, no iría, también porque lo sé, te ofrecen de todo, pero luego no te van a pagar. He actuado a través de la AFE, que me ha ayudado en todo, pero acabas en denuncias a la FIFA».

El éxito de los Leones del Atlas en la copa del mundo pone la guinda al momento dulce que vive el fútbol marroquí. Una hazaña a la que hay sumar la primera clasificación en la historia de la selección femenina para el próximo mundial, el título del combinado de Fútbol Sala en la Copa Árabe, la Champions africanas ganadas por el Wydad en hombres y el AS FAR de Rabat en Mujeres o la consecución de la CAF Confederation por parte del RSB de Berkane. Junto a ello, la Academia Mohammed VI en Rabat ha convertido en el mejor complejo futbolístico del continente. No obstante, Bengoa alerta de la asimetría existente entre los logros cosechados en la parte alta de la pirámide integrada por los jugadores formados en Europa, la élite que se integra la academia o los grandes clubes, en contraposición con las carencias que se experimentan buena parte de la base, «los que están jugando ahora mismo en la selección, forman parte de equipos de las ligas europeas, que bien nacieron allí o se fueron muy jóvenes». En ese sentido, advierte de que «los jugadores contra los que yo he jugado, excepto los del Casablanca, Raja y Wydad, no tienen una idea o base futbolística que se trabaja desde pequeños y con la que te intentan formar como jugador. Conceptos básicos sobre cómo jugar, ir a presionar, cosas básicas del fútbol, creo que no lo tienen desarrollado y están retrasados en ese aspecto». Es una de las principales tareas del belga Chris Van Puyvelde al frente de la dirección deportiva de la federación marroquí, para lo que ya está intentando crear nuevos torneos sub 16 y sub 18. Bengoa, por su parte, tras dejar Tetuán, firmó por el Anagennisi Karditsas heleno en 2021, antes de regresar a Euskal Herria para incorporarse al Gernika, su actual club.

El MAT, un histórico que jugó en La Liga

El Moghreb Atlético Tetuán, uno de los dos equipos por los que pasó Bengoa, está celebrando su centenario en 2022. Un club de larga historia y con desarrollo deportivo en dos Estados. En 1922, dentro del Protectorado español en Marruecos, se fundó la Unión Deportiva Moghreb, un conjunto que jugaba únicamente con futbolistas marroquíes. Posteriormente, surgieron el Sporting de Tetuán y El Hispano-Marroquí, que acabaron fusionándose para crear el Club Athletic de Tetuán, más conocido como Atlético Tetuán. Una idea impulsada por militares hispanos destinados en el Protectorado -que cubría las regiones de Rif y Yebala al norte, y de Cabo Juby, al sur, frente a las Islas Canarias- que simpatizaban con el Atlético de Madrid. Es por ello, que dotaron al equipo de camiseta rojiblanca y pantalón azul, mientras que el escudo, en versión marroquí, se asemeja mucho al emblema del Athletic.

En 1951, el Atlético Tetuán logró el ascenso a La Liga, en lo que supuso un paso tan fugaz como significativo de la huella futbolística de la etapa colonial. Con dos marroquíes en su plantilla, Chicha y Jaco, trataron de mantener la categoría, pero acabaron siendo colistas. Eso sí, plantaron batalla, ya que en casa vencieron al Atlético de Madrid, Celta, Deportivo, Racing, Real Sociedad y Sporting, además de empatar a tres contra el Real Madrid. Sin embargo, su pobre desempeño fuera del campo de Varela -ahora Saniat Rmel- les condenó al descenso. Contra los equipos vascos, además de la citada victoria local ante los txuri-urdin, cayeron en los dos encuentros ante el Athletic y también hincaron la rodilla en Atotxa, gracias a un gol del durangarra Sabin Barinaga, que posteriormente sería seleccionador de Marruecos.

De nuevo en Segunda, apostaron por contratar entrenadores procedentes de Euskal Herria para volver a la élite, fue el caso del donostiarra Carlos Iturraspe, el eibatarra Baltasar Albeniz o el getxoztarra Antonio Barrios. Los dos últimos, además, cuentan con la peculiaridad de haber dirigido a Athletic, Osasuna y Real Sociedad a lo largo de sus carreras. Entre los futbolistas, también estuvieron el navarro Segundo Arza y el vizcaino Patxi Zelaia.

Tras el final del protectorado español y la devolución territorial a Marruecos en abril de 1956, el club se dividió en dos, creándose, por un lado, el Club Atlético Moghreb y la Sociedad Deportiva Ceuta, por otro, ya que muchos de los miembros de la entidad se trasladaron allí. Posteriormente, se fusionarían con el Club Atlético Ceuta. En la última década, el MAT, acrónimo con el que se conoce al equipo, ha ganado dos veces la Botola Pro.

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