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La feria de Santo Tomás vuelve a Bilbo con 238 casetas y el enfado de los baserritarras

La feria de Santo Tomás, que se celebrará el próximo 21 de diciembre, vuelve a Bilbao tras dos años de parón por la pandemia, con un total de 137 productores distribuidos en 238 casetas. Los puestos de la Plaza Nueva se trasladarán al Arenal, algo que ha causado enfado entre los baserritarras.

La feria de Santo Tomas regresa a Bilbo tras dos años de parón por la pandemia. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

La directora de la organización de la feria y de la Obra Social de BBK, Nora Sarasola, ha presentado este jueves la programación y las novedades de esta 73º edición de la feria de Santo Tomás en Bilbo. Una edición que, tras dos años de parón por la pandemia, regresa con un total de 137 productores distribuidos en 238 puestos y con la novedad de que todas las casetas se ubicarán en el Arenal y la feria no contará con puestos de animales vivos.

La directora de la Obra Social ha destacado la «apuesta del BBK por el sector primario como sector económico de futuro» y que Santo Tomás reúne «la tradición de la cultura local y de los usos de la tierra».

Respecto a la modificación de trasladar todos los puestos al recinto del Arenal, incluidos los de los agricultores, que hasta ahora se situaban en la Plaza Nueva, el concejal de Obras y Planificación Urbana, Asier Abaunza, ha señalado que responde al objetivo «de potenciar la feria, unificando todos los puestos en el mismo entorno».

Sin embargo, lo baserritarras se muestran enfadados con esta decisión. El sindicato de agricultores vascos ENBA ha denunciado que esta nueva organización «perjudica» a muchos productores. En esa línea acusaron al Ayuntamiento bilbaino de priorizar la actividad del ocio, como las terrazas de los bares, frente a los baserritarras».

Preguntado por las quejas de los baseitarras, Abaunza ha respondido que las recibe como «la inquietud y las dudas que genera cualquier cambio, como cada vez que se plantea cualquier tipo de modificación».

Sin puestos con animales vivos

Otro cambio significativo de este año es que no habrá puestos con animales vivos. Preguntada por esto, Sarasola ha asegurado que se debe a «la situación de la gripe aviar» y que «no tiene nada que ver con la organización de la feria ni con Santo Tomás».

Esta situación afecta al único puesto con estas características que persistía en el mercado, el de Juan Antonio Zabala, un ganadero de Getxo que regenta un caserío en el que cría vacuno y aves, y que lleva más de 40 años acudiendo a la feria, donde exponía capones para la venta.

Este año no habrá puestos con animales vivos. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

Sin embargo, su sucesor, Beñat Bilbao, ha explicado que tras realizar la solicitud para acceder a un puesto del mercado de la feria, una administrativa de una empresa externa de la BBK les comunicó que el reglamento de este año recoge «la prohibición expresa de puestos de animales vivos».

Además de afear que la organización no haya contactado directamente con ellos «aún sabiendo de la importancia que tiene este día para una persona que lleva cuarenta años acudiendo a la cita», ha lamentado la pérdida económica que les supondrá no acudir a la cita de este año, donde solían vender alrededor de 30 capones, recibían «múltiples encargos» y percibían la cuantía de los Premios Santo Tomás «por ser los únicos» en la modalidad de animales vivos.

Otras novedades

Otra de las novedades de esta edición es su apuesta solidaria con la venta de putxeras y una subasta de pintxos, cuya recaudación se destinará a Aspanovas, la asociación vizcaína de familias con niños y adolescentes con cáncer.

La preparación de estos alimentos correrá a cargo de Bisubi, una fundación de compuesta por más de 150 cocineros que trabajan en Bizkaia con el objetivo «intentar mejorar la sociedad, haciendo felices a las personas a través del estómago, sobre todo a quien más lo necesita».

Prepararán 5.000 raciones de alubias con sus sacramentos elaboradas con putxeras tradicionales, que se podrán degustar por tres euros la ración.

También se celebrarán dos subastas solidarias, una de pintxos elaborados con productos comprados en la misma feria, y otra que incluye una putxera vacía, diseñada para la ocasión por la Cofradía de la Putxera de Balmaseda, que este octubre no pudo celebrar su clásico certamen por un incendio forestal.

En los puestos de este año, además de los clásicos talos, se venderán hortalizas, conservas, frutas, quesos, miel, pan y pasteles, plantas, carnes y derivados, así como txakoli y sidra.