«Lo que ha hecho Walid Regragui en cuatro meses es de 'chapeau'»
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La selección marroquí rompió el techo de cristal de los combinados africanos en una Copa del Mundo alcanzando las semifinales en Qatar. Pese a la derrota ante Francia, la vigente campeona y una de las grandes favoritas, volvieron a evidenciar su enorme identidad competitiva y el orgullo colectivo mostrado durante todo el torneo. En caso de lograr el tercer puesto, algo por lo que lucharán frente Croacia este sábado a las 16.00, redondearían una hazaña que los aficionados recordarán durante mucho tiempo. En NAIZ hemos querido poner la lupa sobre el técnico Walid Regragui, uno de los grandes artífices del éxito, conversando con dos de sus antiguos compañeros en su etapa como futbolista: el atxabaltarra José Javier Barkero, con el que coincidió en el Toulouse, y el donostiarra Juanjo Valencia, con el que compartió vestuario en el Racing de Santander.
El verano de 2000, la Real, entonces entrenada por Javier Clemente, decidió ceder a una de sus grandes promesas. José Javier Barkero, que había formado parte de la selección española que ganó el Mundial sub-20 de Nigeria un año antes en un equipo dirigido por Iñaki Sáez y en el que también estaban Casillas, Dani Aranzubia, Fran Jusue, Fran Yeste, Gabri, Marchena o Xavi Hernández, recaló en el conjunto occitano. El delantero colombiano Víctor Bonilla, que había llegado a la entidad realista con la difícil misión de suplir a Darko Kovacevic, también tomó el mismo destino.
El de Aretxabaleta recuerda que «mi experiencia en Toulouse son dos en una; por un lado, la personal y, por otro, la futbolística, que fue bastante mala, ya que apenas jugué tres o cuatro partidos. Llegué a un club donde el director deportivo quería contar conmigo, pero el entrenador no me conocía y, sin saberlo, me vi metido en mitad de una guerra. Sin embargo, personalmente fue algo muy positivo, pude conocer otro país e idioma, me fui a vivir con mi hermano, en modo de ayuda. Nos lo pasamos muy bien, ir a Toulouse fue muy enriquecedor, es una ciudad universitaria con mucho ambiente joven y que da muchas opciones. Fue muy bonito, hice muy buenos amigos que he podido mantener, aunque apenas estuve cuatro o cinco meses allí porque el fútbol era lo más importante y yo no jugaba». En el mercado invernal, regresó a Donostia y fue cedido al Eibar, haciendo un recorrido inverso al de Xabi Alonso, que había comenzado la temporada en Ipurua y volvió a la Real. Con los armeros, de la mano de Blas Ziarreta y en un equipo en el que también destacaba un joven Luis Prieto, gozó de continuidad y pudo volver a la plantilla txuri-urdin.
«Una persona muy maja, humilde y familiar»
En el cuadro occitano, entonces entrenado por el mítico Alain Giresse, estrella de los bleus y el gran Girondins de los ochenta, conoció a Walid Regragui, un lateral nacido en las cercanías de París y de origen marroquí. Barkero visualiza perfectamente el tiempo que pasaron juntos, «tengo un recuerdo muy bueno de él, nos llevábamos muy bien, me ayudó mucho, sabía castellano y para mí fue muy importante tanto en el equipo como en la calle. Me asistía con el idioma, era joven y tampoco jugaba, igual que yo, pasábamos mucho tiempo juntos en los entrenamientos, al no ir convocados compartíamos las sesiones y comidas de los fines de semana». E incide a la hora de resumir sus virtudes futbolísticas: «Era muy listo, tácticamente era muy bueno, trabajador, callado y tenía mucho recorrido físico. Técnicamente no era el mejor del mundo, pero se defendía».
Un aprecio que también irradia al describirlo fuera del campo, ya que le considera «una persona maja, humilde, tranquila y familiar, alguien muy normal. Yo creo que actualmente también transmite esa sensación al frente de la selección marroquí». Con su labor en el Mundial de Qatar, se ha erigido en la gran referencia de Los Leones del Atlas, destacándose su liderazgo. El de Aretxabaleta, que lo conoció hace más de dos décadas, señala que «no diría que fuera líder en la caseta, con nosotros no lo era, pero sí que diría que lo era a través de su trabajo. Es alguien que puedes poner siempre como ejemplo, no ponía nunca una mala cara, aunque no jugase, de esos líderes silenciosos que hace que los demás le siguiesen gracias a su trabajo, quizá sin la expresión exterior de ahora».
Algo que ha mostrado en su gestión del equipo durante la Copa del Mundo: «Está claro a qué ha jugado, al final ha querido centrar toda la presión en él. Marruecos siempre ha tenido problemas en los Mundiales donde nunca habían tenido grandes resultados. Regragui ha visto la oportunidad de hacer bien las cosas con un buen equipo y ha querido centrar toda la presión en él, protegiendo al grupo y dándole tranquilidad. Prueba de ello es que haya llevado a los familiares a Qatar, especialmente a las madres, todas las pistas apuntan a esa protección y la de liberar de presión a los futbolistas». No obstante, el hecho de haber alcanzado cotas de éxito anteriormente inexploradas, para Barkero ha provocado que «esa presión haya ido in crescendo y ante ello también ha subido el tono. Ha escuchado críticas y se ha plantado diciendo que aquí no todos jugamos igual y que hay diferentes formas de hacerlo. Ahora la tendencia es a hacerlo con la pelota, pero a veces nos olvidamos de que el fútbol tiene ya muchos años y que se ha jugado y ganado de maneras diferentes. Él defiende su estilo y creo que eso le ha reforzado ante el grupo».
«Las críticas no tienen sentido»
Comentarios que, fundamentalmente, aparecieron desde que apearon a las selecciones española y portuguesa, tras las que reivindicó la figura de Simeone y la prensa inglesa le ha comparado con Mourinho. Para el exjugador guipuzcoano, «las críticas no tienen sentido», destacando que «lo que ha hecho Walid en cuatro meses es de chapeau» y cree que «a su equipo le ha venido muy bien dicho estilo, ya que la mayoría de los futbolistas del equipo no juegan en grandes equipos y están acostumbrados a ese tipo de juego ejecutándolo muy bien. Además, han creído en ello, lo han hecho suyo y han ido a muerte con el entrenador, es algo que se ha notado». Un entusiasmo con el que también remarca que «me hubiera gustado que ganase Marruecos».
En enero de 2005, el Racing de Santander, en la búsqueda de la permanencia, reforzó su plantilla fichando, entre otros, al lateral Walid Regragui y al portero Juanjo Valencia. El donostiarra llegó procedente del Sporting, equipo por el que firmó años antes tras pasar unos meses en el Sevilla. No obstante, la etapa más conocida de su trayectoria es la de su estancia por la primera del Athletic, en la que irrumpió el verano de 1992 de la mano de Jupp Heynckes junto a Carlos García y Julen Guerrero. Sus recuerdos no son tan nítidos como los de Barkero, ya que el modelo relacional de muchos vestuarios de Primera dista de la camaradería que puede existir en clubes como el Athletic, Real u Osasuna. No obstante, compartieron vestuario y lograron la permanencia, con una participación relevante del jugador marroquí.
Para Valencia, los comentarios recibidos por el modelo de juego propuesto por Los Leones del Atlas tampoco tiene mucho sentido, ya que «Marruecos se ha metido ahí por méritos propios, aunque pasó dos rondas por penaltis. A partir de ahí, con Francia se enfrentaron dos estilos distintos y fue un reto espectacular». En ese sentido, reflexiona señalando que «la guerra de estilos actual es una polémica que no tiene mucho fundamento, nunca le he escuchado ni a Guardiola ni a Simeone que otro estilo diferente al suyo no sirva. En mi opinión todos tienen cabida, todas las fórmulas son válidas y cada uno busca su forma de conseguir objetivos». El que fuera meta rojiblanco es claro al mostrar un principio vital y deportivo que le acompaña: «Yo respeto cada manera de jugar y creo que eso es lo bonito del fútbol, si jugásemos todos igual creo que no se sería tan interesante, por lo que hay que respetar y valorar». Barkero se muestra en la misma línea ahondando en que «en el Mundial hemos visto jugar a la contra a Argentina, Brasil, Francia o Marruecos, parece que vemos un cambio respecto al ciclo empezado con el Barcelona de Guardiola. Vamos a un escenario más físico, la tendencia igual es no jugar tanto con la pelota, defender bien y aprovechar los espacios».
«Hemos visto un nivel altísimo en los porteros»
Tras acompañar a Kuko Ziganda en su breve experiencia en el Xerez, posteriormente, el donostiarra ejerció como preparador de porteros tanto en el Eibar como en el Ibiza. Actualmente, desarrolla la misma labor dentro del cuerpo técnico del Leganés, dirigido por Imanol Idiakez y en el que también se encuentra Ander Murillo. Cuestionado sobre el rendimiento de los guardametas en el Mundial, en el que ha destacado sobremanera Yassine Bounou, Valencia considera que «creo el nivel de porteros del mundial de los porteros en el Mundial está siendo espectacular porque además de los ya megaconocidos como pueden ser Neuer, Llorios Courtois o Allisson, estamos viendo a gente de un rendimiento altísimo como Bounou, Emiliano Martínez o Livakovic, que aunque ya están en grandes equipos europeos no tienen ese renombre. Esto viene a confirmar que la calidad ha crecido muchísimo y que las diferencias son cada vez menores».
Un crecimiento que el que fuera cancercebero del Athletic, Sevilla, Sporting, Racing o Nastic explica que se ha debido a «el entrenamiento de porteros y las nuevas metodologías han dado un salto de calidad enorme al puesto. Esto es algo que hace que la base técnica, táctica y también sicológica sea altísima». En definitiva, «una gran noticia para nuestro mundillo», apostilla el donostiarra.