Cine de bodas, lunas de miel, funerales y herencias familiares
UNA HERENCIA DE MUERTE
GB. 2022. 96 Tit. orig.: ‘The Estate’. Dtor. y guion: Dean Craig. Prod.: Sarah Jessica Parker, Marc Goldberg, Sarah Gabriel y Alison Dawson. Int.: Toni Collette, Anna Faris, David Duchovny, Kathleen Turner, Rosemarie DeWitt. Fot.: Darin Moran. Mús.: Will Bates.
Al británico Dean Craig se le puede comparar con un fotógrafo de ceremonias y banquetes nupciales, porque tanto en su primera etapa como guionista, y ya después en la realización, se ha especializado en comedias de enredo sobre celebraciones y reuniones familiares.
Se debe a que su fama internacional la alcanzó al escribir el libreto de la exitosa comedia satírica ‘Un funeral de muerte’ (2007), que dirigió Frank Oz. Luego escribió para el australiano Stephan Elliot ‘A Few Best Men’ (2011) que le ligó al mundo de los casamientos, motivo por el que su ópera prima como director fue el remake anglosajón de ‘Plan de table’ (2012), y que en su versión traducida del inglés se tituló ‘Amor. Boda. Azar’ (2020). Su siguiente y segundo largometraje ‘The Honeymoon’ (2022), no podía sino abordar la luna de miel de una pareja en Venecia.
Siguiendo con la lógica del proceso para su tercera película dirige y escribe un vodevil sobre disputas familiares en torno a una herencia, que para su distribución se ha titulado en el Estado español ‘Una herencia de muerte’ (2022), a fin de que el público la relacione automáticamente al ver el cartel con la mencionada ‘Un funeral de muerte’ (2007).
No en vano la fórmula coral se repite, otra vez con un combinado de actrices y actores británicos, estadounidenses y australianos. Algo que favorece las diferencias internas y malentendidos en general, pese a que todos hablan el mismo idioma, pero con distintos acentos representativos de hábitos culturales contrapuestos.
Las hermanas Macey (Toni Collette) y Savanna (Anna Faris) han de trazar un plan para salvar de la ruina su destartalada cafetería, por lo que convienen en ganarse la confianza de su adinerada tía Hilda (Kathleen Turner), que sufre un cáncer terminal. Pero la herencia también la codician su prima Batrice (Rosemarie De Witte) y el primo Richard (David Duchovny).