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A las puertas de «conclusiones importantes» sobre la muerte de Neruda

La presentación del informe preliminar que incluye «importantes conclusiones» sobre la muerte del poeta chileno Pablo Neruda, fallecido dos semanas después del golpe militar de Pinochet de 1973, fue suspendida el 3 de febrero por «problemas técnicos». Las conclusiones se conocerán en próximos días.

En esta foto de archivo, de 1971, Pablo Neruda, entonces embajador en el Estado francés, responde a los periodistas junto a su esposa. (AFP)

La expectación era máxima el pasado viernes ante la posibilidad de que fueran dados a conocer los resultados del informe preliminar sobre la muerte del poeta chileno Pablo Neruda que, según se había filtrado, incluía conclusiones relevantes sobre la posibilidad de que hubiera sido enveneado. En concreto, lo que está por esclarecer es si la bacteria que se encontró en el cuerpo del premio Nobel hace seis años, clostridium botulinum, es de origen tóxico o no.

Sin embargo, habrá que esperar. La suspensión está motivada por «problemas técnicos» ya que, según explicó a los medios la magistrada del caso, Paola Plaza, es debida a que uno de los peritos, llamado Romilio Espejo, se encuentra en una ciudad del sur de Chile que en estos momentos sufre un grave incendio.

Rodolfo Reyes, sobrino del escritor, añadió que algunos de los peritos internacionales que participaron en la elaboración del informe y que se encuentran fuera de Chile, también tuvieron problemas de conexión. Ante los medios concentrado en el Palacio de Tribunales de Santiago de Chile, Reyes dijo que «es vergonzoso y me duele mucho, pero tenemos que seguir esperando. Había mucha expectativa. Todo el mundo quiere conocer la verdad sobre la muerte de Pablo Neruda».

En 2017, el segundo panel de expertos detectó «clostridium botulinum» en el molar de Neruda y concluyó que no estaba en riesgo vital cuando ingresó en la clínica.

El panel de expertos, integrado por científicos de Canadá, Dinamarca y Estados Unidos, reunidos de manera virtual y presencial desde el pasado 24 de enero, tenía como objetivo dilucidar el origen de la bacteria clostridium botulinum encontrada en un molar del poeta en 2017.

Dicha bacteria es responsable del botulismo, y es un bacilo que se encuentra por lo general en la tierra. La clave está en determinar si la muestra hallada fue alterada en un laboratorio e inoculada después, lo que demostraría la intervención de terceros. 

«Están matando gente»

Transcurridos cincuenta años desde su fallecimiento y doce desde que se inició la primera investigación judicial encaminada a aclarar la causa verdadera de la muerte de Pablo Neruda, el misterio sigue rodeando un episodio que pudo haber caído en el ostracismo de no ser por el empeño de Manuel Araya, antiguo chófer del poeta y que siempre sostuvo que Neruda fue envenenado por el régimen de Pinochet cuando acudió por un empeoramiento de su estado de salud a la Clínica Santa María, en Santiago.

En dicho centro, Neruda le dijo a su compañera sentimental Matilde Urrutia: «Están matando a gente, entregan cadáveres despedazados. La morgue está llena de muertos, la gente está fuera por cientos, reclamando cadáveres. ¿Usted no sabía lo que le pasó a Víctor Jara?, es uno de los despedazados, le destrozaron sus manos… ¿Usted no sabía esto? ¡Oh Dios mío! Si esto es como matar a un ruiseñor, y dicen que él cantaba y cantaba y que esto les enardecía».

El poeta falleció el 23 de septiembre de 1973, doce días después que el dictador Augusto Pinochet y una parte del Ejército golpista, con el apoyo de la alta burguesía chilena y con el apoyo de Estados Unidos, ejecutara el golpe militar que derivó en una cruenta dictadura.

La versión de la dictadura, y que fue avalada por la Fundación Pablo Neruda, fue que el autor de obras como ‘20 poemas de amor y una canción desesperada’ murió por un cáncer de próstata en fase terminal. Una conclusión que fue cuestionada desde el primer día por gente muy cercana al poeta. Entre ellos, la propia Matilde Urrutia, el urólogo que atendía al escritor y, sobre todo, el chófer del poeta (Manuel Araya), quien señaló directamente a la dictadura militar como responsable de la muerte.

Según recordó el amigo de Neruda y también poeta, el colombiano José Luis Díaz Granados, «el 11 de septiembre, todo estaba perdido. ‘Tal vez no sea tan horrible’», le comentó Matilde a Neruda para tranquilizarlo. «No –respondió el poeta–, es el fascismo». 

Según su versión, le fue suministrado veneno a través de una inyección que acabó con su vida y que le fue suministrada en el mismo centro hospitalario en el habían fallecido en condiciones muy extrañas algunos dirigente de la izquierda chilena. En su libro ‘Sombras sobre Isla Negra. La misteriosa muerte de Pablo Neruda’, el periodista e historiador Mario Amorós recoge diversos testimonios relacionados con el caso y en ellos queda patente que muchas de las declaraciones de Matilde Urrutia y Manuel Araya no coincidían o resultaban contradictorias. No obstante, Amorós destaca que Neruda fue «una víctima de la dictadura de Pinochet, del sufrimiento que le causó el bombardeo al Palacio de la Moneda y de la represión que padecieron sus compañeros y amigos; es esto, sin duda, lo que le condujo a la muerte».

Intervención de terceros

Sin embargo, el testimonio del exchófer no cayó en saco roto y sirvió como soporte a la querella criminal que fue presentada por el Partido Comunista chileno el 31 de mayo de 2011, que la Corte de Apelaciones de Santiago -a través del ministro Mario Carroza- admitió a trámite.

Dos años después, tuvo lugar la exhumación del cuerpo de Neruda en Isla Negra y poder someter sus restos a análisis con el fin de determinar si falleció del cáncer que padecía o fue envenenado.

Cabe recordar que en la casa-museo de Isla Negra, una localidad situada a 100 kilómetros al oeste de Santiago, reposan los restos del premio Nobel de Literatura junto a los Matilde Urrutia.

En dicha investigación participaron cuatro peritos de la Universidad de Chile y cuatro expertos internacionales, uno de ellos el antropólogo forense Paco Etxeberria. Etxeberria, conocido por su intervención en las autopsias de los restos del que fuera presidente chileno Salvador Allende y el cantautor Víctor Jara, explicó que no habían encontrado agentes o sustancias extrañas en el cuerpo del poeta: «Hemos llegado a una conclusión técnica y científica que se debe complementar con la investigación judicial. La verdad final la determinará el juez Mario Carroza. Lo que nosotros hemos determinado es que ‘no hemos encontrado restos de veneno’, pero eso no significa que no haya sido envenenado y otro equipo con otras técnicas pueda hallar restos», declaró.

En marzo de 2015, el Gobierno chileno entregó un informe que añadía estos términos: ‘Altamente probable intervención de terceros’. Una cuestión relevante si se tiene en cuenta que Neruda, poco ante de fallecer, le dijo a Matilde Urrutia que no se encontraba bien después de que le fuera suministrado «algo».