INFO

Luis Martorell y la Inteligencia Artificial elevada al arte

Con 50 años de trayectoria profesional a sus espaldas, el ilustrador de Bera Luis Martorell ha conocido de primera mano la evolución de su oficio, desde el pizarrín a los ordenadores, hasta la Inteligencia Artificial, a la que eleva al arte. Una exposición en Iruñea repasa su actividad creativa.

‘La mosca del vino’, realizada por la Inteligencia Artificial a partir de un boceto del ilustrador Luis Martorell. (Luis MARTORELL)

Cincuenta años de trayectoria dan mucho de sí para haber conocido las más diversas técnicas y, sobre todo, herramientas para ilustrar y dibujar. Y así queda en evidencia en la exposición retrospectiva que en el palacio del Condestable de Iruñea muestra hasta el 19 de marzo una selección de la obra del creador de Bera Luis Martorell.

La muestra se articula en tres espacios para recoger su evolución a través de las correspondientes etapas, en un recorrido artístico que arranca en 1972, cuando contaba 20 años, y que en su primera fase, se caracterizó por carteles de temas de actualidad, como el que realizó para Muthiko Alaiak sobre la liberación de la mujer y que fue prohibido por la dictadura franquista.

El espacio dedicado al periodo entre 1983 y el año 2000 muestra sus obras para campañas institucionales, la pintura y su implicación en el mundo del cómic en proyectos como ‘TMO’, siempre con un fuerte acento de compromiso social.

Cartel para la CAN y pegatinas de Radio Paraíso y para crear un parque en la Vaguada, en Donibane. (Luis MARTORELL)



Y finalmente, se ofrece las creaciones de la etapa más reciente, en la que Martorell ha seguido cultivando su espíritu investigador en el arte experimentando con nuevos programas informáticos, nuevos desarrollos técnicos y, especialmente, con la Inteligencia Artificial.

Como se puede apreciar, es un recorrido de medio siglo en el que ha pasado de la tiza a las tecnologías más punteras, como señala el propio creador para NAIZ. «Cuando era pequeño, en el parvulario, utilizábamos un pizarrín, una pizarra pequeña, y la tiza. En Primaria, ya se usaba el tintero con la tinta azul y la pluma, luego los bolígrafos y la tinta china», desgrana.

Más adelante, «ya en los 80, llegaron los ordenadores, arrancando con los Spectrum y luego cogimos los Commodore de la serie Amiga, y ya Macintosh. La informática y los ordenadores fueron el paso definitivo». Durante diez años, trabajó en una agencia de publicidad, «donde aprendí mucho sobre el oficio y, sobre todo, a adaptarme a los estilos. Después me puse por mi cuenta y ya llegó la Inteligencia Artificial».

¿Cómo se hace arte a través de la Inteligencia Artificial? Martorell utiliza dos métodos. En un caso, a través de una serie de instrucciones escritas y, en otro, a partir de una imagen. En el primero, «cuento con cincuenta palabras para darle las instrucciones concretas de lo que me interesa, si quiero un rostro, un árbol y cómo deben ser, por ejemplo». A partir de esos apuntes, «el algoritmo busca en internet imágenes relacionadas con lo que le he pedido. Después hace un collage y le mete una especie de filtros que generan el ruido de la imagen, que después reconstruye con sus tonos, luces, sombras y demás, hasta crear una imagen nueva que, en esencia, es un collage».

‘Arquera’ y ‘Anatomía de Minotauro’, obras realizadas por la Inteligencia Artificial a partir de bocetos. (Luis MARTORELL)



Otra opción pasa por ofrecerle a la Inteligencia Artificial una imagen concreta a partir de la cual empezar a trabajar. Por ejemplo, Martorell carga bocetos que ha realizado a ‘vuelapluma’ para ser completados siguiendo las indicaciones que le ofrece. Así,«le puedo decir el porcentaje de influencia que debe tener el texto que le escribo. Si quiero que la imagen sea prácticamente el boceto, lo pongo en el 70%, si no, igual en el 45%. Y también le indico si lo va a trabajar mucho o poco, si va a dar, por ejemplo, seis pasos o 24, es decir, que cuando genere esa imagen, la trabaje más o menos».

En ambos casos, debe estar atento al resultado final, ya que «la Inteligencia Artificial tiene problemas con algunas extremidades, como las manos o los dedos. Igual pone 15 dedos, saca dos brazos en lugar de uno o llega a poner una cara dentro de otra».

El dilema de un boom

El ilustrador navarro recuerda que la posibilidad de recurrir a la Inteligencia Artificial se ha disparado desde que «el año pasado dejaron el código abierto, lo liberaron para que todo el mundo lo pueda usar y que incluso los usuarios puedan hacer añadidos para potenciarlo. Al liberarlo, se ha registrado un boom».

Esa expansión ha agudizado una controversia que ya estaba presente en este ámbito y que consiste en que para sus creaciones, el algoritmo llega a utilizar todo lo que aparece en internet, «chupa de todo lo que hay y por ese motivo, hay plataformas de artistas que han puesto un prohibido para Inteligencia Artificial».

Al respecto, Martorell reconoce que surge «un dilema». Por un lado, el ilustrador recuerda que las creaciones finalmente obtenidas «son imágenes exclusivas, no existen en internet» y también pone el acento en el caso de autores que, como Marcel Duchamp, han recurriendo al collage para crear una imagen nueva a partir de partes de otras preexistentes.

‘Isla resort’ y ‘Edificio victoriano’, terminados por la IA a partir de esbozos a ‘vuelapluma’. (Luis MARTORELL)



Pero también es plenamente consciente de que «hay un problema con gente que trabaja manualmente, que hace unas cosas artísticas, mete el trabajo en una plataforma y, de repente, van cogiendo de ahí y lo van adaptando. Es algo que me ocurre a mí, con imágenes que se parecen a lo que he hecho, pero qué le voy a hacer. Se están basando en un trabajo que he hecho, pero yo también me he basado en el trabajo de otros». Sobre esta cuestión, matiza que «el problema creo que está en vender como propio algo que ha hecho otro. Entiendo que quien ha hecho un trabajo está en su derecho a denunciar y protestar. Mi política pasa por no usar nada que tenga derechos de autor, aunque sí que lo vea para inspirarme o resolver cosas que no sé hacer, y luego uso software libre».

Arte asequible a todo el mundo

A pesar de que la Inteligencia Artificial presenta estas aristas en el ámbito de la creación, Martorell pone en valor y considera fundamental que «está haciendo que el arte sea asequible a todo el mundo. Me hace mucha ilusión, por ejemplo, ver en alguno de mis viajes a un niño de una favela que está con un móvil y que con él puede hacer lo que estoy haciendo yo. Es cuestión de sentimientos, imaginación y de comunicación».

El ilustrador destaca que «en cuanto hemos compartido las ideas y los conocimientos, avanzamos muy rápido. La Inteligencia Artificial no es un ente abstracto, la hemos hecho nosotros. Es algo que hemos trabajado todos, compartiéndolo. Lo que estamos haciendo es combinar el conocimiento de todos». Recuerda que «me costó muchísimo aprender a usar el aerógrafo, que ahora es algo ridículo, y en el oficio había muchos secretos. En cambio, ahora, si quieres aprender algo, buscas un tutorial y lo consigues. Ahora aportamos todos el conocimiento y es accesible a todos, que es lo que importa».

Una labor conjunta que trae consigo «un tiempo nuevo, vienen cosas nuevas, como sucedió con internet y los móviles. Viene una nueva época que va a afectar a todos los ámbitos: trabajo, medicina, arquitectura... No sé a dónde irá, pero lo disfruto», reconoce.

Como señala, Martorell disfruta de la Inteligencia Artificial, pero también del resto de técnicas y herramientas que ha utilizado a lo largo de sus cincuenta años de carrera artística, porque «no se abandona nada. Sigo utilizando la acuarela y demás, aunque sobre todo el ordenador, pero dependiendo del trabajo que esté haciendo. En el fondo, es hacer lo mismo, pero utilizando herramientas distintas. Lo que no ha cambiado es la cabeza, siempre pensando en lo que vamos a hacer», concluye entre risas.

‘Pitón verde arborícola’, realizada con acrílico sobre madera. (Luis MARTORELL)