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EEUU, Gran Bretaña y Australia retan a China con un gran programa de submarinos en el Pacífico

Con la compra de cinco submarinos nucleares a EEUU por parte de Australia y el lanzamiento de un nuevo submarino de última generación, los socios de la alianza Aukus (EEUU, Gran Bretaña y Australia) han presentado un espectacular programa militar en el Pacífico, con el plan de «disuadir» a China.

El presidente de EEUU, Joe Biden, con el primer ministro británico Rishi Sunak, y el australiano, Anthony Albanese, en su encuentro en la base militar de San Diego, en California. (Jim WATSON | AFP)

Joe Biden presentó el lunes un espectacular programa militar en el Pacífico, fuertemente criticado por China, con un gran pedido de submarinos australianos por parte de Canberra y con el posterior lanzamiento de un nuevo submarino de última generación entre Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia.

El presidente estadounidense, Joe Biden, el primer ministro británico, Rishi Sunak, y el primer ministro australiano, Anthony Albanese, se han reunido en una base naval de San Diego para formalizar el proyecto de los nuevos submarinos para Australia, que enfureció al Estado francés cuando se anunció hace dieciocho meses.

«Nuestro proyecto fortalece durante décadas la capacidad industrial de nuestras tres naciones para producir y desplegar submarinos de propulsión nuclear, desarrolla nuestra presencia submarina en el Indo-Pacífico y contribuye a la seguridad y estabilidad global» aseguraron los tres líderes en un comunicado de prensa conjunto.

El programa se desarrollará en tres fases y la Casa Blanca asegura que cumplirá el principio de no proliferación nuclear, asegura el ejecutivo estadounidense.

Australia compra 5 submarinos nucleares

En primer lugar, una fase de familiarización de Australia –que no tiene submarinos de propulsión nuclear, ni tecnología nuclear, ni militar ni civil– con estas máquinas, mediante la formación de marineros, ingenieros, técnicos de tripulaciones americanas y británicas, así como en astilleros y escuelas especializadas en Estados Unidos y Gran Bretaña.

El objetivo es desplegar, a partir de 2027 y según un principio de rotación, cuatro submarinos estadounidenses de la clase ‘Virginia’ y un submarino británico de la clase ‘Astute’ en la base australiana de Perth (oeste).

En un segundo paso, y sujeto a la luz verde del Congreso estadounidense, Australia comprará tres submarinos estadounidenses de propulsión nuclear de la clase ‘Virginia’, con opción a dos buques sumergibles adicionales.

Los submarinos deben ser entregados a partir de 2030.

Una nueva generación de submarinos de ataque

Finalmente, esta es la tercera y más ambiciosa etapa del programa, EEUU, Australia y Gran Bretaña unirán fuerzas para construir una nueva generación de submarinos de ataque, llamados SSN-AUKUS.

Estos submarinos, de propulsión nuclear y armamento convencional, supondrán un gigantesco esfuerzo industrial en los tres países.

Los anuncios no han dado una cifra precisa o un desglose de los costos, en particular con respecto a la suma que tendrá que pagar Australia, que tendrá que construir un nuevo astillero en Adelaide, en el sur.

Gran Bretaña ya ha anunciado aumentos en su presupuesto de defensa, al igual que EEUU. Precisamente, el Pentágono ha anunciado este jueves su proyecto de presupuesto de 842.000 millones de dólares para el año fiscal 2024, una cifra que supone un aumento del 3,2% respecto al año anterior y que tiene en su punto principal a China.

Washington debe decidir si se requieren «inversiones adicionales» para apoyar este desarrollo forzado, según la nota de prensa del Gobierno estadounidense.

Los nuevos submarinos, de diseño británico y que incorporan tecnologías estadounidenses avanzadas, serán construidos y desplegados por Gran Bretaña y Australia.

Se entregarán a fines de la década de 2030 y principios de la de 2040.

Los submarinos de propulsión nuclear son difíciles de detectar, pueden viajar grandes distancias durante largos períodos de tiempo y pueden transportar sofisticados misiles de crucero.

China en el objetivo

El objetivo, según el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, no es «ir a la guerra» sino «disuadir todo conflicto».

La conclusión de la alianza Aukus, que ha impulsado la carrera de armamentos en el Pacífico, y con el corolario de la cancelación por parte de Canberra del contrato para la adquisición de 12 submarinos franceses, dio lugar en 2021 a una crisis diplomática con el Estado francés, que se sintió traicionado por sus aliados y que se quedó sin un jugoso negocio militar.

Desde entonces, París ha ido rebajando su malestar y cediendo a los intereses de EEUU tras intensas maniobras diplomáticas, incluida una visita de Estado del presidente francés Emmanuel Macron a Estados Unidos a principios de diciembre. 

Si París se indignó por este desaire, el enfado de Pekín se debe a una amenaza directa que sus rivales no ocultan.

«Hacemos un llamado a Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia para que abandonen la mentalidad de la Guerra Fría y los juegos de suma cero» y «hagan más cosas para fomentar la paz y la estabilidad regionales», señaló el portavoz del Ministerio chino de Exteriores Mao Ning antes de conocerse el plan de los submarinos.

Nueva Zelanda reafirma el veto

El primer ministro neozelandés, Chris Hipkins, por su parte, ha reafirmado este martes que vetará la entrada de los submarinos de propulsión nuclear, en línea con la política de desnuclearización adoptada por el país en la década de 1980.

«Nueva Zelanda está orgullosa de ser un Estado desnuclearizado. Nuestra posición no va a cambiar», ha manifestado Hipkins a los periodistas en Wellington.

Y ha insistido en que «no formamos parte del pacto en torno a los submarinos de propulsión nuclear y ni tampoco vamos a formar parte de ese acuerdo».