El llamamiento victimista de Trump a los suyos enciende todas las alarmas
La Fiscalía de Manhattan teme amenazas e intimidaciones tras el llamamiento del expresidente Donald Trump a sus seguidores para que se movilicen contra la decisión de tomarle declaración por el caso de la actriz porno Stormy Daniels. El magnate ha vaticinado que será arrestado.
El fiscal del distrito de Manhattan (Nueva York), Alvin Bragg, ha avisado a sus subordinados de posibles amenazas y actos de intimidación después de que el ex presidente Donald Trump llamara el sábado a sus seguidores a protestar si el departamento decide finalmente imputar al magnate por el caso Stormy Daniels.
«Las fuerzas de seguridad se encargarán de que cualquier amenaza específica o creíble contra nuestra oficina sea investigada a fondo, para que las 1.600 personas que trabajamos aquí lo hagamos en un entorno seguro», ha hecho saber el fiscal a sus empleados a través de un memorándum interno publicado por el portal Politico.
El fiscal no menciona por nombre a Trump pero se refiere a una «investigación en curso desarrollada por esta oficina».
Trump se declaró este sábado convencido de que será arrestado el próximo martes en el marco de la investigación en su contra por el presunto pago de un soborno a la actriz de cine porno Stephanie Clifford, conocida como Stormy Daniels.
«Me arrestarán el martes», ha asegurado Trump a través de su red social Truth Social en un mensaje en el que cita una «filtración ilegal» sin dar detalles sobre su origen, antes de llamar a sus seguidores a «protestar» para «recuperar el país».
En línea con sus tradicionales teorías infundadas de la conspiración, el expresidente asegura que la Fiscalía del distrito de Manhattan que lleva la investigación en su contra está financiada por el inversor húngaro George Soros, objeto habitual de críticas de movimientos ultras como los defendidos por Trump durante su mandato.
La Fiscalía había ofrecido a Trump la posibilidad de declarar en este caso de presunto soborno y en el que su abogado, Michael Cohen, fue parte instrumental al entregar a Clifford unos 130.000 dólares para no hablar que mantuvo supuestas relaciones con el magnate hace casi 20 años; una gestión realizada de manera irregular al quedar escondida en las cuentas de la Trump Organization, la compañía de Trump, durante la campaña electoral de 2016.
En plena precampaña
El anuncio de Trump estuvo en el centro de una jornada en Carolina del Sur convocada por la organización Palmetto Family, defensora de los valores tradicionales, y que contó con la presencia, entre otras, de la exembajadora de EEUU en la ONU Nikki Haley y delempresario Vivek Ramaswamy, que ya han confirmado su intención de presentarse a las primarias republicanas; además de con el exgobernador de Arkanas Asa Hutchinson, y el senador Tim Scott, que sopesan hacerlo.
Todo ello pese a que en la agenda previa primaban la situación en la frontera sur, la crisis provocada por el consumo de fentanilo y la educación sobre identidad de género en las escuelas.
Mientras comparecencias como la de Haley se centraron en su propia agenda, subrayando entre otros puntos que hay dar a los cárteles mexicanos el mismo tratamiento que al grupo yihadista Estado Islámico, la de Ramaswamy fue directa a ese «elefante en la habitación» para criticar en cambio al partido en el poder por «usar la fuerza policial para arrestar a un opositor».
Desde el ala más conservadora de los republicanos el apoyo a Trump también se hizo público.
«El fiscal de Nueva York ha hecho más por ayudarle a ser elegido presidente que cualquier otra persona en Estados Unidos hoy. Se están inventando cosas que nunca han usado contra nadie más. ¿Esto es lo más importante que está pasando en Manhattan? Es un intento para destruirlo a él y a todo lo que le rodea», criticó el senador Lindsey Graham.
En Twitter, el líder de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, denunció que el posible arresto es un «vergonzoso abuso de poder por parte de un fiscal radical» que busca una «venganza política».
«Esto es lo que hacen en países comunistas para destruir a sus opositores políticos», espetó Marjorie Taylor Greene, mientras que el también integrante de la Cámara Baja Matt Gaetz apuntó que debe verse como «la patética trama partidista que es».
«Por encima de la ley»
El que fuera vicepresidente de Trump, Mike Pence, señaló que está «desconcertado» por la noticia de su eventual detención pero reconoció que «nadie está por encima de la ley».
«Con una ola gigante de delincuencia en Nueva York y un Partido Demócrata que literalmente ha desmantelado el sistema judicial penal en esa ciudad, ¿eso es lo que la Fiscalía de Manhattan considera prioritario?», criticó.
No obstante, mostró su preocupación por el llamamiento de Trump a la movilización de sus seguidores y advirtió de que «la violencia no será tolerada, y cualquiera que participe de acciones violentas será perseguido por la ley».
El que fuera abogado del magnate Michael Cohen, que ya ha mostrado su disposición a declarar en el caso Stormy Daniels, advirtió de que este nuevo «grito de guerra» de su antiguo cliente es muy similar al que emitió previo a los disturbios del 6 de enero en el Capitolio estadounidense.
«Habría sido inteligente por parte de Donald escribir 'protesta pacífica', pero él no quiere una protesta pacífica, quiere otra revuelta violenta en su nombre», vaticinó.
Desde la Administración demócrata se pronunció la expresidenta de la Cámara Baja Nancy Pelosi para subrayar que «nadie está por encima de la ley» y alegar que el anuncio de Trump es «imprudente» y fomenta la agitación entre sus seguidores.