Lakua produjo en 2022 más del doble de electricidad de la que consumió
La factura eléctrica de la Administración autonómica creció en 2022 un 67% sobre la de 2021, debido a la subida de las tarifas. Pero resulta que las instalaciones del EVE producen más del doble de la electricidad que consumen Lakua y sus organismos públicos.
Las medidas adoptadas a partir del 1 de setiembre para ahorrar energía, como los límites de temperatura y los horarios de iluminación, no tuvieron reflejo en el consumo eléctrico de la Administración de la CAV y sus organismos autónomos y su consiguiente factura. En 2022 este consumo fue de 301,3 GWh, un 2,27% más que los 294,6 GWh de 2021. Pero por ellos tuvo que pagar 93,1 millones de euros, lo que supuso una subida del 67% sobre la factura de 55,7 millones del ejercicio anterior.
Estos datos figuran en la respuesta enviada por la consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno, Olatz Garamendi, a una solicitud de información realizada por el parlamentario de EH Bildu Mikel Otero.
Generación basada en el fósil
Pero Otero preguntó también por la generación de electricidad de las instalaciones propiedad del Ente Vasco de la Energía (EVE) y en las que tiene participaciones. En total, la producción de estas instalaciones en 2022 fue de 2.868,5 GWh, pero la participación pública en la misma sumó 629,6 GWh. Esto supone más del doble que los 301,3 GWh consumidos por la Administración.
Lo que llama la atención de esa generación es que 2.231,7 GWh, el 77,8% del total, provienen de la Central de Ciclo Combinado de gas de Bahía Bizkaia Electricidad, donde la participación pública es de la cuarta parte. Otros 598,5 GWh salen de la quema de residuos sólidos urbanos en Zabalgarbi.
Según la consejera Arantxa Tapia, la inmensa mayoría de esa electricidad se vende en el mercado mayorista. Por ejemplo, toda la que se produce en la central térmica de ciclo combinado de gas de Bahía de Bizkaia.
El análisis de Mikel Otero
El parlamentario de EH Bildu, que es quien hace seguimiento del consumo y la generación eléctrica de la Administración autonómica, destaca de estos datos que «a diferencia de otros lugares, el sector público de la CAPV genera una cantidad de electricidad bastante considerable. Sin embargo –añade–, esos 629 GWh generados, el equivalente al consumo eléctrico doméstico del 25% de la población, tienen una orientación hacia el mercado cuando perfectamente podrían cumplir una función social».
Sostiene que «se podría cerrar el círculo con una comercializadora pública que entregara esa energía en condiciones favorables para las personas consumidoras y, especialmente, a las personas más vulnerables». Añade que «no debemos olvidar que más de 200.000 personas tienen serias dificultades para pagar las facturas energéticas en nuestro país».
Otero subraya también la gravedad de que «más del 95% de la electricidad generada desde el sector público no sea renovable, es decir, que venga directamente de quemar gas fósil o incluso residuos, mientras que la electricidad renovable del sector público no alcanza el 4%».
Según el parlamentario de EH Bildu «esto es un lastre de cara a las emisiones que provocan el cambio climático y tiene que cambiar radicalmente, porque estar todo el día hablando de la ejemplaridad de la Administración pública no es compatible con estas cifras».
A su entender, «la coherencia exige un cambio profundo». Otero apunta, mirando al futuro, que «en esta década, nos deberíamos deshacer de los activos fósiles públicos y conseguir así, de paso, una gran capacidad de inversión en renovables».