Xi presenta a Zelenski su plan de paz y enviará una delegación a Kiev

El presidente chino, Xi Jinping, presentó su plan de paz a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, en su primera conversación desde el inicio de la invasión de Ucrania, subrayando que «el diálogo es la única salida». Pekín enviará, además, una delegación a Kiev para avanzar en una solución.

«El diálogo y la negociación son la única salida» al conflicto con Rusia, aseguró el jefe de Estado chino, Xi Jinping, a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, en su primera conversación telefónica desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania. «China siempre ha estado del lado de la paz y su posición fundamental es promover el diálogo de paz», insistió Xi.

Simultáneamente, Pekín anunció que enviará una delegación a Ucrania para buscar un arreglo político al conflicto.
Por su parte, Zelenski confirmó una reunión «larga y significativa» con Xi, del que espera «un poderoso impulso para el desarrollo de las relaciones bilaterales».

El portavoz de la Presidencia ucraniana, Serhiy Nikiforov, observó «determinados puntos de coincidencia, en particular respecto a la no proliferación nuclear».

A la vez, Kiev anunció el nombramiento de su embajador en China, cargo vacante desde febrero de 2021. 

Por su parte, Moscú señaló que «toma nota» del esfuerzo de China por implicarse en un proceso de negociación entre Rusia y Ucrania, pero advirtió de que el problema no es la falta de buenos planes sino el rechazo de Kiev a «cualquier iniciativa sensata destinada a solucionar la crisis política y diplomática».

Xi ha medido los tiempos de su conversación con Zelenski, que la había pedido durante meses. En este tiempo, China ha aumentado considerablemente su cooperación política y económica con su vecino ruso, empujado por el hostigamiento común por parte de EEUU. Pekín publicó en febrero un documento de 12 puntos que presentaba su posición sobre el conflicto en Ucrania instando a Moscú y a Kiev a entablar conversaciones al tiempo que pedía respetar tanto la integridad territorial como las «legítimas preocupaciones de seguridad de los países».

También el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, planteó su plan de paz para Ucrania en la gira que ayer le llevó al Estado español.

Frente a las críticas de los aliados de Kiev a su postura, insistió en que Brasil condena la violación territorial por parte de Rusia, pero añadió que «este error ha ocurrido, la guerra ha comenzado (...) ahora es inútil decir quién tiene razón, quién no. A partir de ahora, lo que hay que hacer es acabar con esta guerra».

En Madrid, Lula lamentó que cuando llama a la paz parezca predicar en el desierto. Reiteró su deseo de crear un «G20 por la paz», un grupo de países que trabajen por el fin del conflicto, enviará a su principal asesor en política exterior, Celso Amorim, a una reunión con  Zelenski.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, constató las diferencias con Lula y la postura de la UE, recordando que «en esta guerra un agresor y un agredido».

Juicio contra un exalcalde ruso por criticar la campaña en Ucrania

En un tribunal de Yekaterimburgo comenzó ayer el juicio contra el exalcalde de esa ciudad de los Urales de más de un millón de habitantes Yevgueni Roizman, acusado de desprestigiar a las Fuerzas Armadas de Rusia. «Todos los riesgos están claros: el artículo contempla una pena de hasta tres años», señaló Roizman antes del comienzo de la vista, en la que se declaró «no culpable». El exalcalde fue detenido en agosto del año pasado por, según la instrucción del caso, intentar en una transmisión de vídeo persuadir al público del «carácter negativo de los objetivos del empleo de las Fuerzas Armadas» en Ucrania. Poco después de su arresto fue declarado «agente extranjero». Roizman se ha pronunciado en repetidas ocasiones contra la campaña militar rusa, motivo por el que ya fue multado. Tuvo que dejar el Ayuntamiento en 2018 después de que el partido del Kremlin eliminara las elecciones directas al Consistorio.

Por otro lado, el opositor Alexei Navalni afirmó ayer que se le ha abierto otro caso penal, esta vez por «terrorismo», y que será un tribunal militar e que le juzgue en esa enésima causa que puede acarrearle cadena perpetua o hasta 35 años de cárcel. El caso por «terrorismo» se ha separado del de «extremismo», que se inició contra el jefe del ilegalizado Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK) y sus colaboradores.