Municipales en el Estado: PP y Vox al alza, y una batalla voto a voto en Barcelona y València
El 28M puede traer cambios y que en muchos casos no gobierne el más votado. Los pronósticos, para contener la respiración: cuádruple empate en la capital catalana y posible pérdida de la izquierda en la valenciana, mientras que Madrid mantiene viva la esperanza de arrebatar el Consistorio al PP.
Las municipales de fines de mayo prometen una cosa segura en el Estado; nadie se aburrirá. El 28M devolverá unos resultados que, según las encuestas, no serán parecidos ni a 2019 –con hegemonía socialista–, ni a 2015 –con la irrupción de las mareas y Podemos–, ni tampoco a 2011, con un huracán azul conservador. Este 2023 será un híbrido de los tres previos con la aritmética parlamentaria de sumas de mayorías como vedette principal.
Como explicaba en entrevista con NAIZ la semana pasada Miguel Díaz López, el codirector de la consultora y encuestadora Electomania, la tendencia es un crecimiento generalizado del PP y Vox, debido especialmente a que ambos devoran la casi totalidad de los votos que ha perdido Ciudadanos, además de la consolidación de los soberanismos y regionalismos y de la incertidumbre que aparece en algunas regiones por la irrupción de la España Vaciada. Esa tendencia que se ve en las autonómicas se repite en la batalla de las municipales.
La mayor ciudad del Estado, Madrid, volverá a darle el triunfo al PP tras un 2019 en el que el Más Madrid de Manuela Carmena había ganado con el 31%. Ya sin la exalcaldesa y con el efecto Ayuso como contexto, el alcalde Martínez-Almeida posiblemente revalide su cargo. Sin embargo, en caso de entrar al Consistorio Unidas Podemos si sobrepasa el 5%, y con una abstención del grupo de Begoña Villacís (la vicealcaldesa de Cs), la izquierda puede ilusionarse con volver al Palacio de Cibeles.
Lo que tiene en contra la izquierda de la capital es que sus dos principales candidatas –Rita Maestre (Más Madrid) y la tercera en las encuestas, la exministra Reyes Maroto (PSOE)– no logran movilizar al electorado progresista, ni de cerca, como lo hizo Carmena.
Su otra contra: el ratio de participación electoral en los barrios ricos suele ser casi un tercio mayor que el del cinturón rojo sureño. Pero tienen a favor que, sorpresivamente, Vox no despega y empeoraría sus resultados con respecto a 2019 (7%).
Barcelona y València, tensión hasta el final
La capital de Catalunya es tal vez la disputa más intensa que tendrá lugar el cuarto domingo de mayo. «Barcelona presenta un escenario hiperfragmentado, con un cuádruple empate en la primera posición. Quien gane se va a definir por muy pocos votos», señala Díaz López.
La paridad se da entre Junts, el PSC, En Comú Podem y ERC, cuyos resultados oscilarían entre el 16 y el 19 por ciento, con un reparto bastante simétrico de los 41 escaños. La encuesta que más apunta al empate es la que ha difundido ‘El Periódico de Catalunya’, encargada por Esquerra, en tanto otras muestran un desmarque a favor del exconvergente Xavier Trias (el favorito de los sondeos) y el socialista Jaume Collboni. La actual alcaldesa Ada Colau presenta el desgaste de ocho años de mandato y el republicano Ernest Maragall no lograría repetir su triunfo de 2019, cuando obtuvo el 21,4% de los votos.
Las encuestas dejan fuera del Consistorio a Vox y ponen al PP en el margen de quedar fuera por no alcanzar el suelo electoral. La situación es de tal empate que las conversaciones por pactos están a la orden de día y de hecho, el PSC ha afirmado que se abre a la posibilidad de gobernar con Junts, algo que Colau ha asegurado esta semana que la deja «perpleja».
La capital del País Valencià también mantendrá en vilo hasta el final a los votantes. Aquí el empate es entre bloques: el PP y Vox crecen a expensas de Cs, mientras que el alcalde de Compromís durante los últimos ocho años, Joan Ribó, presenta desgaste. «Allí la situación va a depender de si Unides Podem logra o no entrar al Consistorio. Si no lo logra, las posibilidades del gobierno de derechas son muchas. Además, casi todos los votos de Cs van a la derecha porque, al haber un gobierno de partido más identitario, el Cs local era más conservador y sus votos no van al PSPV», afirma Díaz López.
En 2019, la diferencia entre los bloques de izquierda y derecha fue de 385 votos, mientras que Unides Podem se quedó sin escaños por alcanzar solamente el 4,2%. Este año la tendencia es más favorable a las formaciones conservadoras y el PP extenderá su triunfo por más puntos porcentuales que hace cuatro años. Sin embargo, la suma con Vox podría no alcanzarle y Compromís, primera fuerza progresista, en unión con el PSPV, podría ganarle por un solo regidor, según Sigma Dos.
Otras encuestas dan segura la mayoría PP-Vox. Si los morados cruzan el umbral del 5%, podría haber un tripartito que impida el regreso de las derechas a València. Las críticas a Ribó (un independiente progresista dentro de la coalición valencianista que funciona como un tercer vértice entre Joan Baldoví y Mónica Oltra) no son pocas por no aceptar una alianza con UP que hubiera ayudado a blindar su triunfo.
También en la región mediterránea, Palma de Mallorca tiene buenas noticias para la derecha. Su medio millón de habitantes expresa en los sondeos hartazgo con el tripartito de PSOE, soberanistas de Més y Podem, y se augura una casi segura mayoría PP-Vox (la ultraderecha acaricia el 19%), ante el desplome de Cs y una ligera caída en las preferencias de los tres miembros que cogobiernan el actual Consistorio.
Donde la ultraderecha también registra un repunte es en Las Palmas de Gran Canaria, capital de la comunidad autónoma del archipiélago africano y en donde por primera vez entraría al Consistorio. Sin embargo, la ruptura de Coalición Canaria y la doble oferta de regionalistas conservadores será funcional al PSOE, que gracias a la resistencia de los escaños de Podemos y del soberanismo progresista de Nueva Canarias lograría revalidar el gobierno.
Pocos cambios y dos rarezas
El crecimiento de la derecha en términos generales en Andalucía no modificará el mapa municipal de sus dos grandes urbes: el desgaste socialista hace que decrezca en votos, pero está asegurado que, aunque pactando, el PSOE mantenga para sí el Consistorio de Sevilla. En tanto, el histórico alcalde de Málaga, el ‘popular’ Francisco de la Torre (padre de la modernización y peatonalización de la gran urbe malagueña), volverá a rozar la mayoría absoluta.
En Galiza, los sondeos no prevén cambios en el mapa municipal. El PSOE y Galicia en Común (la confluencia local de Unidas Podemos) volverán a sumar mayoría absoluta en A Coruña y Santiago de Compostela, mientras que en Vigo arrasará una vez más el PSOE de Abel Caballero y en Pontevedra, el BNG conservará su principal bastión en coalición con el PSOE. Una sana particularidad gallega, a la vasca: en ninguno de los principales cuatro Consellos de Galiza obtendrá representación Vox.
En otras capitales relevantes, como Zaragoza y Valladolid, se augura una revalidación de la alcaldía al PSOE con la colaboración de Podemos y regionalistas (en la capital aragonesa haría falta el apoyo de la Chunta), mientras que en Santander, el PP perdería el mayor consistorio cántabro a manos del regionalismo de Revilla, si acaba pactando con los socialistas.
La arena municipal presenta algunas peculiaridades que merecen su párrafo aparte. Uno es el caso de Badajoz, la mayor ciudad extremeña: allí gobierna Ciudadanos, el consistorio más importante a su cargo. Bueno, gobernaba: el PP ha fichado a Ignacio Gragera y será su candidato el 28M. Un golpe de mesa que algunos conocedores de la realidad política local ponen en duda que surta éxito, porque podría no gustar a un sector de las bases más conservadoras del PP.
Otra peculiaridad se abre paso en Gijón, la mayor ciudad de Asturies y que este año presenta un escenario fuera de lo común: la actual alcaldesa, Ana González, es tan impopular que debió renunciar a ser candidata y ha implicado una baja del PSOE en las encuestas, mientras que se ha disparado la intención de voto para la candidata de Foro Asturias, Carmen Moriyón.
«Foro está en un proceso de cambio, intentando pasar de estar escorado a la derecha a girar más al centro, quiere transformarse en una especie de PNV asturiano. Además, tiene un sector interno que es más identitario y respalda el proceso de oficialidad del asturianu», explica Díaz López. Esto hace que se presente una particularidad: las formaciones conservadoras podrían sumar, pero debido a la radicalización local de Vox por el debate del asturianu, haría muy difícil un cogobierno con Foro Asturias, por lo que podría darse un consistorio transversal entre centroderecha y centroizquierda por primera vez.
Asturies es la única comunidad autónoma, junto a Aragón, en donde Podemos e Izquierda Unida no lograron pactar, lo que puede perjudicar a la izquierda a la hora de repartir los escaños. En su capital, Oviedo, el triunfo del PP será rotundo.
En menos de un mes, se reconfigurará el mapa del poder municipal del Estado, el primer peldaño en la escala de la representación política con el ciudadano. El resultado será leído, cómo no, como la antesala de las estatales de fin de año e impactará de lleno en el curso político. Se abre el tiempo de descuento.