La «rebelión de los olvidados» de Miami Heat levanta en vilo y destroza a los Boston Celtics
Jugadores no elegidos en el draft como Gabe Vincent, Duncan Robinson, Caleb Martin y Max Strus han sumado 79 puntos de los 128 que la franquicia de Florida le ha metido a unos “Orgullosos verdes” irreconocibles y que parecen haber perdido la esperanza de remontar y llegar a la Final de la NBA.
MIAMI HEAT 128 (3) - BOSTON CELTICS 102 (0)
Cada ganador levanta su propia narrativa, pero a veces es más obvia y otras, en cambio, hay que mirar debajo de las piedras. ¿Existe algo más atractivo en el mundo del basket que una Final de la NBA entre Boston Celtics y Los Angeles Lakers? Pues todo apunta a que sus incondicionales y otros nostálgicos ochenteros se vana tener que quedar con las ganas. Más aún, quizá los Lakers aún fuercen algún partido más frente a Denver, pero ya pueden espabilar los “Orgullosos verdes” si no quieren que Miami Heat los apee en su carrera por el anillo con una «barrida» con todas las de la ley.
Antes de meternos en otros vericuetos, conviene recordar que los entrenados por Erik Spoelstra vienen de haber sobrevivido en la repesca del play-in como octavo de la Conferencia Este, luego de haber perdido frente a Atlanta Hawks, recuperar el ánimo y dejar a los Chicago Bulls en la cuneta. Más tarde llegaría aquel 1-4 ante los Milwaukee Bucks –estaría bien preguntar otra vez a Giannis Antetokounmpo sobre si haber caído de forma tan contundente en la postemporada es o no un fracaso– y la victoria por 2-4 frente a los Knicks de Nueva York, antes de afrontar las Finales de Conferencia Este y bordear otra nueva victoria, apabullando a unos Celtics irreconocibles, que en este tercer duelo ya perdían por 20 puntos antes del descanso y que no han dejado ni rastro de su habitual orgullo.
Todo ello con la importante pérdida de Tyler Herro, que no juega desde mediado el mes de abril por una grave lesión en la mano derecha que lo obligó a pasar por el quirófano.
Cierto es que Jimmy Butler se ha erigido en el líder indiscutible de la franquicia de Florida, al menos sobre la pista. Su afán competitivo es célebre desde siempre y cerca de cumplir los 34 años está intentando exprimir al máximo su posibilidad de ascenso hasta la gloria. Pero sin ir más lejos, en este tercer partido ante Boston se ha quedado en 16 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias, números para nada extraordinarios para el talento del alero texano.
Esta vez “Jimmy Buckets” ha delegado su liderazgo –ha descansado todo el último cuarto– en un día en el que jugadores como Gabe Vincent –sobre todo–, Duncan Robinson o Caleb Martin han estado más atinados que él, con Max Strus también echando una mano.
Vincent se ha ido a los 29 puntos con un 6 de 9 en triples, por 5 de 7 desde la larga distancia de un Duncan Robinson que ha firmado 22 tantos, o el 4 de 7 de Caleb Martin desde más allá del arco. Todos ellos, junto con Strub –autor de 10 puntos–, coinciden en que en su día no fueron drafteados. Cierto es que los exbaskonistas Andrés “Chapu” Nocioni o José Manuel Calderón también hicieron carreras más que interesantes en la NBA pese a no salir elegidos en el draft, pero en ninguno de los dos casos su importancia llegó a ser como estos jugadores en estos sorprendentes Miami Heat.
En total, estos jugadores no drafteados con en su día han encestado nada menos que 79 puntos frente a unos Boston Celtics que se han visto superados y desesperados a un tiempo y que han calificado su actuación como «vergonzosa», en palabras de Jaylen Brown.
De la vergüenza a la épica
«No sé por dónde comenzar. Es colectivo, podemos señalar a quien quieras pero la realidad es que es vergonzoso», ha admitido el alero de los Celtics.
Boston ha dispuesto de 22 rebotes más –57 a 35– y ha tirado 17 veces más a canasta –98 a 81–, pero claro, con el acierto de Miami –27 de 46 en tiros de dos puntos y 19 de 35 en triples–, ese desfase ha quedado totalmente compensado y con creces.
«Hay que darle crédito a Miami, están jugando muy bien, con buen ritmo, tienen un plan bien definido. Siento que los dos primeros partidos estuvimos bien y hoy se nos ha ido de las manos», ha admitido el pívot dominicano de los Celtics Al Horford, siendo este un diagnóstico que también ha querido asumir el técnico de Boston, Joe Mazzulla.
«Estamos jugando contra un gran equipo. Nosotros somos también un gran equipo, pero ellos tienen la mentalidad y nosotros no. Tenemos que traerla de vuelta», ha indicado el preparador, que pese a su gran año en el año de estreno en este cargo –tiene solo 34 años–, está cargando con buena parte de los palos que están cayendo ahora en el seno de la franquicia de Massachusetts.
Los «Orgullosos Verdes», además, se han dejado vencer también por la frustración de verse sin opciones prácticamente desde el final del segundo cuarto. Han acumulado un buen número de aspavientos, berrinches y gestos de desesperación dominados por la impotencia, al punto de que Marcus Smart, fuera de sí, ha intentado dar puñetazo a Caleb Martin que los colegiados han decidido pasar por alto sin castigo.
«Aún hay que terminar esto», ha avisado por su parte el técnico de Miami Erik Spoelstra, pero él sabe mejor que nadie que todavía nadie en los play-offs de la NBA ha asido capaz de voltear un 3-0 –un 0-3 en este caso– adverso.
«Todos esos altibajos nos prepararon para este momento. Todavía tenemos una gran oportunidad de ir más lejos en los play-offs», ha añadido el pívot de Miami Bam Adebayo, lo mismo se encuentra a sí mismo hablando con su madre por teléfono en plena rueda de prensa que afirma que este amago de «barrida» a los Celtics «no es una sorpresa» para él. Cuesta creer en ese mensaje, pero viendo que los Heat, con esta trayectoria tan peculiar y esta configuración de plantilla tan poco usual –hay que recordar que el propio Jimmy Butler salió en el puesto 30, justo al final de la primera ronda del draft, de 2011–, rozan ya la Final, cualquier cosa es no solo posible, sino hasta probable.
Todo, excepto la remontada de Boston, por más que Al Horford lance un último mensaje de resistencia ante el desastre. «A veces las cosas no van como lo teníamos planeado. Ha sido muy duro para nosotros, no hay duda. Tenemos que ser capaces de responder. No estamos muertos todavía».