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Abando, sede del primer Gobierno de Euzkadi bajo la amenaza franquista

Iniciada ya la Guerra del 36 tras el golpe franquista, el 7 de octubre echó a andar el primer Gobierno de Euzkadi, encabezado por Jose Antonio Agirre. Con solo Bizkaia sin ser tomada por los sublevados, el Ejecutivo provisional se estableció en diferentes edificios de Bilbo, especialmente en Abando.

En las escaleras del Hotel Carlton aún se pueden ver los respiraderos del búnker del Gobierno Vasco. (Asier ROBLES)

La pasada semana comenzaron las visitas guiadas organizadas por el Ayuntamiento de Bilbo para reforzar la memoria histórica de la Guerra del 36 y sus consecuencias en la Villa. Bajo el título ‘La Guerra Civil en Bilbao’, este programa se alargará hasta octubre con recorridos mensuales por Abando, Santutxu, Artxanda y el Casco Viejo.

Siguiendo la cronología histórica, este mes de mayo las visitas tienen lugar en Abando donde, tras el alzamiento franquista y el comienzo de la guerra, el primer Gobierno de Euzkadi (así se llamaba entonces) se estableció en diferentes edificios emblemáticos.

Contexto: Comienzo de la guerra y creación del Gobierno

Tras un largo trámite, acelerado finalmente por el inicio de la guerra, el 1 de octubre de 1937 las Cortes de la Segunda República Española aprueban el Estatuto de Autonomía del País Vasco, dando así fin a un largo proceso iniciado en 1931. Ante la imposibilidad de celebrar elecciones, el 7 de octubre los concejales de los Ayuntamientos no franquistas eligen en la Casa de Juntas de Gernika al primer lehendakari: el jeltzale Jose Antonio Agirre. Este forma un gobierno de coalición junto a fuerzas republicanas, aunque liderado por los nacionalistas vascos.

Para aquel entonces, Nafarroa, Araba y finalmente Gipuzkoa ya habían sido tomadas por los franquistas, por lo que el nuevo Gobierno solo tenía mando en Bizkaia. Mientras alrededor de Bilbo se iba construyendo el Cinturón de Hierro, las consejerías se establecían en algunos de los edificios emblemáticos del centro de la capital.

Un paseo por Abando

El recorrido comienza en el majestuoso edificio de la Sociedad Bilbaina, construido en 1913 bajo el diseño del arquitecto Emiliano Amann Amann para acoger la sede de dicha sociedad elitista de recreo y cultura. Al inicio de la guerra el edificio es incautado. En los primeros meses pasan por él el Gobierno Civil de Bizkaia comandado por José Echevarría Novoa (fiel a la república) y la CNT, y a partir de octubre la Consejería de Gobernación del primer Gobierno de Euzkadi, dirigida por Telesforo Monzón, que pasó a residir ahí.

En la sede de la Sociedad Bilbaina se estableció la Consejería de Gobernación, dirigida por Telesforo Monzon. (A.R.)

Como en el resto de edificios, en el sótano del edificio se instaló un refugio antiaéreo. Por otro lado, Tomás Bilbao, director general de Obras Públicas del recién creado Gobierno, se encargó de cegar las entradas a la biblioteca que había en la sede. Este hecho salvó íntegramente dicho espacio y su valiosa biblioteca de 30.000 volúmenes.

Continuamos el paseo por la Gran Vía hasta llegar a la actual sede del BBVA. Se trata de un edificio diseñado por Pedro Guimón y reformado posteriormente por Ricardo Bastida y Francisco Hurtado de Saracho Epalza. Hasta el comienzo de la guerra fue la sede del Banco del Comercio, una entidad fundada por dos de los hombres de negocios más influyentes de Bizkaia, Víctor Chavarri y Ramón de la Sota. Aproximadamente entre el 17 de octubre de 1936 y el 16 de junio de 1937 este edificio fue usado por la Consejería de Industria y la Consejería de Hacienda del gobierno provisional, encabezadas respectivamente por los jeltzales Julio Jáuregui y Eliodoro de la Torre.

Cuando Bizkaia quedó aislada del resto de territorios fieles a la república, De la Torre decretó emitir monedas en Bélgica, y billetes por el Banco de España en Bilbo, teniendo así el Gobierno de Euzkadi moneda propia por un tiempo. Los billetes mostraban motivos de la cultura y la economía vascas, como la Universidad Pontificia de Oñatei la ría de Bilbo, los Altos Hornos o escenas de pesca y laboreo, y estaban sellados con el escudo de Euskadi. Caída Bilbo en manos de los franquistas, la Generalitat de Catalunya autorizó el uso de estos billetes, llamados “Eliodoros”, en su territorio.

Billetes de 100 y 500 pesetas emitidos por el Gobierno de Euzkadi durante la Guerra del 36. (A.R.)

Desde esta sede bancaria salimos de la Gran Vía y vamos a los jardines de Albia por la calle Alameda de Mazarredo. Aquí nos encontramos con dos edificios que también albergaron consejería del ejecutivo vasco: La Equitativa y el edificio de oficinas Sota-Aznar. El primero, tras expropiarlo, lo utilizó entre noviembre de 1936 y junio de 1937 el Departamento de Obras Públicas y Transportes, cuyo director era el político del PCE Juan Astigarrabia Andonegi.

En cuanto al entonces edificio de la naviera Sota-Aznar, no hizo falta expropiaciones. Los herederos del propietario recién fallecido, el jeltzale Ramón de la Sota y Llano (1857-1936), lo cedieron voluntariamente al Gobierno y se convirtió en sede del Departamento de Justicia y Cultura, liderado por Jesús María Leizaola. De este edificio también se pusieron a resguardo sus importantes obras de arte, guardándolas en el Depósito franco del Muelle de Uribitarte.

El edificio de la naviera Sota-Aznar fue la sede del Departamento de Justicia y Cultura, liderado por Jesús María Leizaola. (A.R.)

Continuamos por la Alameda Mazarredo hasta llegar a la actual sede del Athletic, el Palacio Ibaigane. Comenzada la guerra, bajo la iniciativa de Telesforo Monzon, el Gobierno disolvió los cuerpos de seguridad existentes en Bizkaia (Guardia Civil y Guardia de Asalto) y creó un nuevo cuerpo policial, llamado Policía Militar de Euzkadi primero y Ertzaña después. La palabra “Ertzaña” fue creada por Esteban Urkiaga «Lauaxeta», escritor que fue fusilado por los franquistas el 25 de junio de 1937.

Los Sota cedieron su palacio, conocido ahora como Ibaigane, donde se instaló la Ertzaña. (A.R.)

Desde aquí volvemos otra vez hasta el centro de Bilbo dirección plaza Elíptica. Pero por el camino tenemos otros dos edificios. Primero, en la calle Juan de Ajuriagerra nos detenemos en el Colegio Escolapios. Este edificio fue utilizado en un principio para acoger a familias guipuzcoanas que huían de los franquistas, y más tarde como hospital y lugar de alojamiento para los batallones del ejército vasco. Más adelante tenemos el Club Deportivo que fue inaugurado en 1931 e incautado en 1936 para establecer un hospital de convalecencia.

Por último, llegamos a la Plaza Elíptica y dirigimos nuestra mirada al Hotel Carlton. Aquí estableció su sede el Departamento de Presidencia y Defensa, dirigido por el propio Lehendakari Jose Antonio Agirre. Desde el balcón de este edificio Agirre pronunció sus dos discursos más relevantes, el 22 de diciembre de 1936 y el 7 de abril de 1937.

El Lehendakari Agirre en el balcón del Hotel Carlton, usado como sede del Gobierno. (Sabino Arana Fundazioa)

También en este edificio se establecieron los equipos radiofónicos que sirvieron para informar de la guerra, y desde aquí los periodistas internacionales dieron a conocer el Bombardeo de Gernika. Desde la emisora de la radio, en mayo de 1937 se realizo un programa especial sobre la masacre perpetrada por la aviación nazi. En el hotel se construyeron dos refugios antiaéreos, uno para los miembros del gobierno y otro para el resto de la población. De hecho, en las escaleras todavía se pueden ver los respiraderos del búnker.

Otros palacios ya desaparecidos también acogieron sedes del Ejecutivo. Es el caso del Palacio Eskauriza, que fue ocupado por el Departamento de Sanidad, o el Chalet de Estrauza donde se situó el Departamento de Asistencia Social.

El Palacio Eskauriza, ya desaparecido, fue ocupado por el Departamento de Sanidad.

Los edificios, en manos franquistas tras la guerra

Tras la caída de Bilbo, el Gobierno de Euzkadi abandonó los edificios y se dirigió a Enkarterri. Las autoridades franquistas confiscaron la mayoría de ellos. Por ejemplo, en el Hotel Carlton se estableció la Radio Requeté, en Escolapios una cárcel, y la Sociedad Bilbaina fue brevemente utilizada por la FET y de las JONS.

En el caso de la familia Sota, no recuperaron su patrimonio después de la guerra. Tres años después de su muerte, en 1939, el Tribunal de Responsabilidades Políticas condenó a Ramón de la Sota a pagar una multa de cien millones de pesetas por «conspiración para la rebelión militar», por lo que sus bienes fueron embargados, entre otros los 40 barcos de sus compañías que se utilizaron para evacuar Bilbo. De esto se beneficiaron los herederos de su antiguo socio, Eduardo Aznar, de quien desciende el expresidente español. Ya a finales del siglo XX, los Sota fueron parcialmente indemnizados.

El próximo mes visitaremos Santutxu, donde, tomada ya la capital vizcaina, los franquistas establecieron varias cárceles.