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Unicaja se embadurna de barro para ganar en el Palau y romper el factor cancha (79-88)

Pese a los puntos de Tyson Carter, Kalinoski y Kravish, la clave de la victoria de los pupilos de Ibon Navarro ha estado en su concentración, de forma que han tomado la delantera desde el 1-12 inicial y han sabido salir airosos frente a la dura defensa de contactos planteada por el Barça.

Unicaja ha sabido pelear con la misma intensidad y los mismos contactos que ha propuesto el Barça. (S. GORDÓN | ACB PHOTO)

BARCELONA 79 (1) - UNICAJA 88 (1)

El Palau Blaugrana estaba siendo un feudo inexpugnable en esta Liga ACB 2022/23. En buena medida, esa imbatibilidad se ha debido a la capacidad física que ha alcanzado el cuadro de Saras Jasikevicius en su cancha, sin dudar en aplicar contactos de mucha contundencia cuando ha visto las cosas complicadas.

Pero Unicaja, en el segundo partido de semifinales de la Liga ACB, ha conseguido romper ese candado, por mucho que para ello los de Ibon Navarro se han tenido que revolcar en el barro hasta las cejas. La escuadra andaluza ha logrado romper el factor cancha merced a un desgaste brutal y una concentración a prueba de rachas de un rival que, a diferencia del primer duelo de esta serie, jamás ha ido por delante en el marcador de manera continuada.

El resultado final es más que engañoso, aunque lo cierto es que los malagueños han conseguido arrancar un parcial de 1-12 para pasmo de un Palau Blaugrana frío. Por más que los blaugrana se han puesto las pilas enseguida en las tareas defensivas, esa losa ha terminado pesando mucho más de lo esperado.

Ya fue capaz Unicaja de pelear el primer partido luego de haber ido claramente por detrás en el juego y el marcador. «Llegamos diez minutos tarde al partido», dijo entonces Ibon Navarro, apenado por el 84-81 final. No ha sido el caso ni cuando el Barça ha empezado a meterlas, ya que Unicaja ha dado una nueva prueba de una voluntad como el pedernal, a pesar de los golpes que jugadores como Barreiro se han llevado, así como el sibilino intento de agresión de Jan Vesely sobre Kravish, que no ha derivado en tangana porque Will Thomas ha parado a su compañero de equipo con un placaje, igual que Ibon Navarro, con la piel curtida ya de las veces que en su carrera ha tenido que saltar del banquillo ha separar una posible –o ya en marcha– trifulca.

Unicaja ha sabido aguantar la defensa de contactos del Barça y también el «cimbreante» criterio arbitral con las faltas, que han pasado de no sancionar agarrones clamorosos a pitar personales que solo constan en el manual. Ciertamente, hay que decir que este criterio variable ha estado en las dos zonas, pero ha llegado a ser desquiciante por momentos, con las técnicas que se ahn ganado por ello jugadores como el blaugrana Abrines o el propio Ibon Navarro, que después de verse amenazado con la expulsión ha cambiado de táctica para dársela a la sonrisa irónica.

Y en estas, Unicaja ha llegado por delante al descanso, aunque con un exiguo 37-40, con una anotación más que repartida.

Tyson Carter saca el MVP

El Barça ha logrado voltear fugazmente el marcador en los primeros compases del tercer asalto, pero Unicaja ha hallado un solista dentro de su bastante bien afinado coro. Nada menos que el MVP de la Copa Tyson Carter ha aparecido cuando más calentaba el sol y más apretaba el Palau Blaugrana.

Con los creadores de juego Brizuela y Kendrick Perry bastante desaparecidos ante la defensa blaugrana, Carter ha asumido tiros y asistencias para que sus puntos y los de jugadores como Yankuba Sima, Kravish o Ejim hayan podido sumar.

Luego ha estado la titçanica labor en el rebote, donde Melvin Ejim y Kravish han mantenido a raya a los de Jasikevicius. Una genialidad de Kendrick Perry para acabar el tercer cuarto ha supuesto enfilar el cuarto final con 57-63 en el marcador.

Ahí han llegado los mejores minutos de Unicaja. Un «dos más uno» de Brizuela ha sido el único rastro de vida que ha dado el donostiarra, pero Kalinoski ha encontrado el acierto en el triple y Kravish, tras su amago de pelea con Vesely –que ha terminado con los dos jugadores haciendo las paces y comiendo perdices– ha disparado la renta andaluza hasta un 65-82 que ya ha supuesto la sentencia, por más que Laprovittola y Kuric hayan maquillado el resultado final.

Con el factor cancha volcado en favor de los de Ibon Navarro, el Carpena promete ser una olla a presión en los dos próximos partidos. Lo más probable es que se repitan nuevas escenas rayanas a la lucha libre, como en el Palau. Que nadie se haga daño, al menos.