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Max Brisson, un senador «pegado al territorio» que busca la reelección

Max Brisson ha oficializado su candidatura a las elecciones senatoriales parciales que tendrán lugar el 24 de setiembre, en las que buscará la reelección en base a un «compromiso con el territorio» que, sin embargo, no le lleva a demandar una institución con más competencias para Ipar Euskal Herria.

El senador saliente, Max Brisson (Les Républicains) durante la presentación de su candidatura, el 20 de junio, en Baiona. (Patxi BELTZAIZ)

Aunque su campaña, mirando a esas 546 entidades locales de que se compone el departamento de Pirineos Atlánticos, empezó de forma discreta meses atrás, Max Brisson ha esperado hasta el 20 de junio para presentar su candidatura en sendas comparecencias, por la mañana en Pau y por la tarde en Baiona.

Como en 2017, el segundo puesto de su lista lo ocupará la bearnesa Fabienne Costedoat-Diu, consejera departamental de Artix.

También escoltarán al senador saliente el alcalde de Iholdi, Beñat Cachenaut, y otros dos electos bearneses, Marie-Ange Cazala-Crouzet, primera edil de Bénéjacq, y Michaël Dessein, alcalde de Aste-Béon.

Una lista con la que Brisson aspira a realizar una campaña «en defensa de lo local», preocupado como está por que «a fuerza de reducir la autonomía fiscal, los recursos y las competencias, ello pueda derivar en una crisis de la democracia municipal».

De ahí que el lema que acompañará a su candidatura –«La fuerza de nuestras municipalidades»– quiera ser «un grito de alarma».

Sobre la Mancomunidad y el TAV

El electo conservador se define a sí mismo como «descentralizador y girondino», aunque hoy por hoy no cree que lo urgente sea dotar a los tres territorios vascos de una colectividad con estatus particular, caracterizada por la elección directa de sus representantes y un mayor techo competencial, sin ir más lejos en materia fiscal.

Dos condiciones que no reúne la Mancomunidad Vasca, creada en 2017, cuyo perfil político-administrativo es netamente inferior.

Asegura Brisson que sostuvo ese modelo de colectividad territorial específica, sobre el que se fraguó allá por 2013 un apoyo mayoritario en Ipar Euskal Herria, porque en ese momento todo apuntaba a que «los departamentos estaban llamados a desaparecer».

El senador saliente de Biarritz cree que ese tiempo ha pasado y opina que «la Mancomunidad Vasca es una institución reciente, con margen de desarrollo» sin descartar una evolución en la línea de asegurar «un mayor nivel de territorialización».

«Creo en los polos de proximidad y en que los proyectos partan de esa escala, porque si el eslabón de la interterritorialidad (mancomunidades) da la impresión de aspirar competencias, la crisis en ese espacio municipal puede ser más acusada», explicó Max Brisson en su presentación en la capital labortana, de la que da cuenta ‘Mediabask’.

Sobre otra materia sensible como es el proyecto de nueva línea de alta velocidad, el senador saliente mantiene una posición conocida. Es favorable a la extensión de la nueva línea de TGV desde Burdeos y hasta Akize (Dax), pero a partir de ahí ve preferible «una regeneración de las líneas ya existentes hasta Baiona y Pau».