La irrupción de la izquierda opaca la victoria de Sandra Torres en Guatemala
La izquierda se coló como opción en Guatemala. Parecía que la ultraderecha iba a copar el poder, pero la ciudadanía dijo basta dando un voto de confianza a una persona que hizo una modesta campaña. Bernardo Arévalo de León se convirtió en la esperanza del cambio.
Guatemala vivió una noche histórica electoral con la irrupción de la socialdemocracia del Movimiento Semilla como segunda fuerza más votada. Bernardo Arévalo de León, hijo del expresidente Juan José Arévalo (1945-1951) logró lo que nadie esperaba: colocarse en liza para seguir los pasos de su padre en la segunda vuelta electoral que se celebrará el 20 de agosto. Su rival será la candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Sandra Torres, quien en los últimos años giró de la socialdemocracia a la ultraderecha al defender los postulados ideológicos de las religiones católica y evangélica: oposición frontal al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Con el 98,41% de los votos escrutados, Torres se alzó con la victoria al aglutinar el 15,7% de los sufragios.
Hasta ahí se cumplieron los sondeos que auguraban que el segundo lugar se lo iban a disputar el candidato del partido Cabal, Edmond Mulet y la candidata de la coalición Unionista Valor, Zury Ríos, hija del fallecido dictador Efraín Ríos Montt, ambos de ultraderecha. Con los primeros datos ya saltó la sorpresa de que Bernardo Arévalo de León se situaba en segunda posición, mientras se desinflaban las posibilidades de Ríos y Mulet de luchar por la Presidencia.
«Nunca creímos en las encuestas»
Según avanzaron las horas, se confirmó que el aspirante del Movimiento Semilla iba a pasar a la segunda vuelta, con un 11,8% de sufragios, algo imprevisible, salvo para el propio Arévalo de León: «Nunca creímos en las encuestas, porque contrastaban con lo que veíamos y sentíamos en las calles y en las redes sociales, de manera que sabíamos que no eran fidedignas». Reconoció que desconocía el alcance que tenía el apoyo recibido por parte de la población, por lo que dijo que había sido «una agradable sorpresa constatar que nos va a empujar a la segunda vuelta», subrayando su invitación para «recuperar la política para la gente decente».
Sandra Torres, por su parte, intentará romper la maldición de perder siempre en la segunda fase de los comicios, tal y como sucedió en los años 2015 y 2019, cuando fue derrotada por Jimmy Morales y por Alejandro Giammattei, respectivamente. Analistas apuntan a que la ex primera dama siempre acapara el «antivoto» en la segunda vuelta, lo que permite a sus rivales alzarse siempre con el poder. La candidata de la UNE pretende revertir esta tendencia de una vez por todas: «A quien pongan le vamos a ganar, porque yo voy a ser la primera mujer presidenta de Guatemala».
Arévalo de León confirmó que solicitarán asesoramiento para luchar contra la corrupción de todos aquellos que tuvieron que salir de país por combatirla.
Ambos candidatos tienen claro qué será lo primero que harán a partir del 14 de enero de 2024 en caso lograr la Presidencia. Torres anuncia que pretende «cambiar el sistema y acabar con toda la corrupción», mientras que Arévalo de León asegura que lo «urgente» es «sacar al país del pantano de la corrupción», teniendo en cuenta que las instituciones «no responden, porque han sido secuestradas por esta».
El Movimiento Semilla también logró buenos resultados en las elecciones al Congreso de Guatemala, donde ha pasado de tener cinco a tener 24 de los 160 diputados. En el listado nacional se situó como la tercera fuerza más votada, por detrás de la UNE y de Vamos. Pero arrasó en la elección de congresistas por el distrito central de Guatemala, convirtiéndose en el partido más votado.