INFO

Ruta literaria: un paseo por la Iruñea sanferminera que Hemingway plasmó con su pluma

En medio de la fiesta, también hay espacio para adentrarse en terrenos diferentes, como la ruta literaria sobre Ernest Hemingway que se está realizando estos días para conocer la Iruñea sanferminera que el escritor estadounidense plasmó con su pluma.

Imagen de uno de los grupos que ha realizado la ruta literaria sobre Hemingway. (Idoia ZABALETA/FOKU)

Un paseo por la Iruñea sanferminera que el escritor estadounidense plasmó con su pluma es lo que ofrece la ruta literaria ‘Tras la pista de Hemingway’, que estos días se viene celebrando en horario de mañana y tarde, tanto en euskara como en castellano.

El Hotel La Perla es el punto de encuentro del grupo que va a dar ese particular paseo por Iruñea en plenas fiestas, esas celebraciones que tanto encandilaron al Premio Nobel de Literatura.

Aitziber, la guía, se encarga de repartir un aparato con cascos a cada integrante para que pueda seguir sus explicaciones en medio del devenir festivo, ya que la ruta discurre por el centro de Alde Zamarra y hay un ruido ambiente bastante potente.

Antes de comenzar, recuerda que una experiencia de este estilo ya había sido organizada por el Ayuntamiento de Iruñea en años anteriores, pero que este, con el centenario de la primera visita de Hemingway a los sanfermines, está teniendo un tirón especial.

De hecho, las plazas ofertadas están ocupadas, pero no precisamente por extranjeros, que igual podía parecer el principal público que las coparía, sino que se trata principalmente de gente de Iruñea y de varias localidades de Nafarroa.

Entre esas personas figura la iruindarra Mapi, así le llaman, que se ha sumado al grupo a última hora y que está ansiosa por conocer más sobre la figura del escritor, a pesar de que ya atesora bastantes conocimientos sobre él, puesto que ha acudido al ciclo de conferencias que sobre su figura organizó hace unas semanas el Consistorio.

De lo que no hay duda es de que el escrito se hospedó en el hotel de Juanito Quintana, que acabó siendo su mejor amigo en la ciudad

Para iniciar la ruta, Aitziber detalla que a lo largo del recorrido se van a seguir «las huellas de Hemingway» para adentrarse en la Iruñea que él conoció y en la que se va a conjugar «historia, literatura y fiestas».

Para completar las explicaciones, lleva unas ampliaciones de fotografías del Archivo Municipal de Iruñea en las que se ve esa ciudad de los años 20 del siglo pasado a la que recaló el periodista procedente de París para escribir para el ‘Toronto Star’ sobre esas fiestas que ya tenían una proyección internacional.

Así comenzó un idilio con los sanfermines que se iba a prolongar a lo largo de su vida y que tuvo dos fases. La primera, en los años 20 y 30, y posteriormente en los 50, cuando las autoridades franquistas le permitieron regresar a esas fiestas que tanto quería a pesar de sus ideas políticas republicanas.

Con sus propias palabras

Fragmentos de sus artículos y de su novela ‘Fiesta’ van salpicando el recorrido para explicar con sus propias palabras esa primera Iruñea que conoció el escritor y que entonces tenía 35.000 habitantes, de los que, según Hemingway, más de la mitad participaba en el encierro. Unos corredores a los que denominaba «toreros aficionados» y una carrera que tanto le embrujó, pero que «no corrió nunca. Fue un mero espectador», a pesar de que sí que participó en la suelta de vaquillas.

La ruta comienza en la Plaza del Castillo porque ya entonces era el epicentro de la fiesta y porque en ese lugar estaban dos hoteles: La Perla y el Quintana. Sobre el primero, existe la polémica de si realmente se llegó a alojar en él durante las fiestas, aunque en el establecimiento se ofrece alojarse en la habitación que supuestamente ocupó.

En cambio, no hay ninguna duda de que se hospedó en el hotel de Juanito Quintana, experto en el mundo taurino, republicano como el escritor y que se convirtió en su mejor amigo en la ciudad.

La guía Aitziber, explicando detalles de la vida del escritor estadounidense. (Idoia ZABALETA/FOKU)



De esos primeros sanfermines surgió la novela ‘Fiesta’, que varios de los presentes en la ruta han leído, aunque Aitziber señala que en algunos previos nadie lo había hecho. La guía recuerda que Iruñea «le sirve de marco» para la historia que narra, lo que permite conocer de su pluma cómo eran esas fiestas de hace cien años y que supuso poner a la ciudad «en la literatura universal».

Sobre esa obra, señala que, contra lo que se ha llegado a afirmar, no la escribió en el café Iruña y que aunque ese establecimiento fue uno de los lugares donde más tiempo pasó durante sus primeras fiestas, cuando regresó en los años 50, no se acercó porque lo asociaba a los militares que se habían sublevado en el 36, por lo que se decantó más en esa época por el café Kutz y el Txoko.

La siguiente parada de la ruta es la Estafeta, donde la guía recuerda una costumbre, ya desaparecida, que era el llamado ‘paseo de los elegantes’ y que básicamente consistía en dar vueltas por la zona con las mejores galas, pero evidentemente aquellos que se podían permitir una vestimenta de nivel alto.

A Hemingway le encandiló el encierro pero nunca lo corrió. Y era un parrandero pero no dejaba de rezar en la capilla de San Fermín

Otro mojón del paseo es la catedral, para recordar que Hemingway procedía de una familia muy religiosa y que él también lo era, al menos durante una parte de su vida. Una fe que se vio multiplicada después de divorciarse de su primera mujer y en la que buscó refugio pasando del protestantismo al catolicismo, por lo que, en Iruñea, iba a rezar a la catedral y la capilla de San Fermín.

Sin embargo, «acabó frustrándose» con la religión, de tal manera que en una de sus últimas visitas, cuando se alojó en una casa particular, retiró los crucifijos de las habitaciones para escándalo de la propietaria, que pidió a un cura que bendijera de nuevo la casa tras el paso de tan particular Satanás.

Su pasión por la pesca en el río Irati y su afición al clarete de Las Campanas, que acompañaba con refrescos y whisky, también desfilan por la ruta, que en algunos puntos se desarrolla esquivando a gente echando el vermut, además de furgonetas de reparto e incluso un camión de la limpieza urbana.

La última parada tiene lugar en la parte trasera del Ayuntamiento de Iruñea, donde se encontraba Casa Marceliano, uno de los «refugios secretos» del escritor, tal y como lo denominaba él, y donde disfrutaba de su plato favorito por estos lares: el ajoarriero.

Casa Marceliano cerró sus puertas en 1993 para indignación de los fieles seguidores de Hemingway, aunque uno de ellos, un alemán, compró muebles, platos y demás enseres de ese establecimiento para fundar un restaurante con el mismo nombre en su país de origen.

Para entonces, Hemingway llevaba muerto más de 30 años, tras suicidarse el 2 de julio de 1961. Fue enterrado el 7, el día de San Fermín, y posteriormente el Ayuntamiento celebró un funeral en su honor en la capilla de la iglesia de San Lorenzo. En 1966 le otorgó el primer Pañuelo de Honor e incluso le dedicó un paseo junto a la plaza de toros.

Con estos últimos datos, termina una ruta de 75 minutos en la que los sanfermines han puesto el marco a la vida y obra a ese ‘guiri’ que tanto disfrutó de las fiestas.