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El derecho a decidir, ante la encrucijada del 23J

La victoria de la derecha española, beligerante con la autodeterminación de los pueblos, o un nuevo Gobierno del PSOE que necesitará apoyos externos, también de los partidos vascos y catalanes. El futuro del derecho a decidir de las naciones pasará el próximo 23J por uno de estos dos escenarios.

Acción de Gure Esku en el Bidasoa, el pasado 3 de julio, con el paso del Tour por Euskal Herria. (Gorka RUBIO | FOKU)

Ante el incierto panorama político que se avecina tras las elecciones españolas del 23 de julio y la posibilidad de que la derecha y la ultraderecha puedan formar gobierno, surgen dudas en muchos frentes. Uno de ellos es el relativo al derecho a decidir, tras una última legislatura marcada por una mesa de negociación en la que se sentaban cara a cara el Gobierno español y ERC. Sin embargo, los vientos centralizadores de Madrid también pueden alcanzar Euskal Herria, en un momento en el que una izquierda abertzale que cada vez cuenta con más apoyos pondrá el reclamo soberanista sobre la mesa.

Los partidos soberanistas tendrán en frente a las que, previsiblemente, serán las cuatro principales fuerzas a nivel estatal. Al menos, así se han expresado hasta ahora sus líderes en lo que se refiere, sobre todo, a la mesa de negociación entre Gobierno español y las instituciones catalanas, aunque durante los últimos años esta última parte se ha limitado al papel de ERC. En este sentido, el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, ya ha confirmado que «desactivará» dicha mesa de diálogo en la que se tratan «asuntos que afectan a los demás sin darles cuenta», en referencia al resto de comunidades autónomas españolas.

Si la posición de la derecha es contraria al derecho a decidir de las naciones del Estado español –por decirlo de una forma suave en el caso de Vox–, la «izquierda» patria no se queda atrás. Así se desprende de las declaraciones de los líderes de los principales partidos progresistas españoles, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, que en este caso coinciden en su discurso sobre la unidad de destino en lo universal de lo que llaman «España».

Incluso antes de comenzar la campaña electoral, en su visita a ‘El Hormiguero’ del 27 de junio, Sánchez negó que, en caso de volver a ser elegido presidente, se vaya a celebrar un referéndum en Catalunya porque «constitucionalmente no es posible» e iría en contra de «unir a la sociedad catalana».

Unos términos similares usó Díaz cuando afirmó que un referéndum en Catalunya «no está encima de la mesa». La otrora defensora del «derecho de autodeterminación de los pueblos», tal como declaraba en 2012 siendo coordinadora nacional de Esquerda Unida, ahora apuesta por alcanzar un «punto de encuentro» que logre «un mejor encaje de Catalunya» dentro del Estado español.

Mesa de negociación

A pesar de retomarse las conversaciones entre Gobierno y Govern, la mesa de negociación no ha aportado soluciones al conflicto catalán. De hecho, ERC ha liderado la parte catalana en solitario después de que Junts abandonara el Ejecutivo de Aragonès y apostara por abrir una etapa de «confrontación democrática» con el Estado español, para forzar «una negociación real».

ERC, en cambio, ha alargado el proceso de reuniones con los representantes españoles e incluso en plena campaña el president Aragonès ha insistido en que continuarán en la mesa de diálogo con el PSOE más allá del 23J. Una situación que en opinión de la candidata de Junts al Congreso, Míriam Nogueras, «solo ha servido para adormecer a la gente y blanquear al PSOE y al reino».

En Euskal Herria, PNV, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU acordaron el pasado mes de marzo una proposición no de ley en el Parlamento de Gasteiz con la que demandaban que la Constitución española incorporara el «reconocimiento del carácter plurinacional del Estado, y el consiguiente derecho a decidir de los Pueblos».

Más allá de este acuerdo, que hacía referencia también a la forma de Gobierno del Estado habilitando la opción de la República, los pasos en este sentido no han continuado en Gasteiz, donde el proceso de definición del nuevo estatus sigue en estado de hibernación absoluta.

De la Vía Pirenaica a ‘Izquierdas por la Independencia’

Gure Esku ha aprovechado el Gran Départ del Tour desde Euskal Herria para elevar su mensaje a cuotas internacionales. Llenar las carreteras de ikurriñas o celebrar un acto de unión ante el paso de la carrera por el Bidasoa fueron algunas de las iniciativa del movimiento ciudadano para proyectar internacionalmente la imagen de Euskal Herria.

Sin embargo, un año antes Gure Esku ya llevó a cabo un gran acto en los Pirineos de manera conjunta con la ANC. El 2 de julio de 2022, cientos de voluntarios de Euskal Herria y Catalunya alumbraron más de 300 picos pirenaicos, entre Jaizkibel y el Cap de Creus, en la denominada Vía Pirenaica, una gran movilización convocada por ambas organizaciones soberanistas y la la Federació d’Entitats Excursionistes de Catalunya (FECC).

La Vía Pirenaica marcó un antes y un después en el asociacionismo soberanista, al tratarse de la primera movilización ciudadana organizada conjuntamente por entidades sociales vascas y catalanas, en lo que aseguraron que sería «el inicio de una colaboración a largo plazo».

EH Bildu y ERC, en coalición

En ese mismo sentido han actuado EH Bildu y ERC, reeditando la candidatura conjunta al Senado español, en esta ocasión bajo el nombre de ‘Izquierdas por la independencia’. Esta no será la primera vez que ambas formaciones participan de forma conjunta en unas elecciones. En 2019, EH Bildu y ERC firmaron un acuerdo para formar grupo en la Cámara Alta. Cuatro años después, los objetivos de esa alianza seguirán siendo similares a los de entonces: «amplificar el trabajo y unir fuerzas para la defensa de Catalunya y Euskal Herria» y «ratificar y reforzar los lazos no solo entre nuestros partidos, sino entre nuestras naciones».

EH Bildu y ERC, que confirmaron esta unión el pasado 8 de junio, consideran que Catalunya y Euskal Herria comparten «no solo una historia de lucha conjunta por nuestro derecho a ser y existir, sino un futuro de construcción de sendas repúblicas que respondan a los anhelos y retos de la sociedades catalana y vasca».

Los dos escenarios que se plantean en el Estado español tras el 23J, tanto una victoria de las derechas como la repetición de un Gobierno progresista de coalición, tienen una cosa en común: el derecho a la autodeterminación en Euskal Herria y Catalunya volverá a centrar debates, bien sea para defender su ejercicio o para ponerlo en práctica.