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Junto a Ayuso, un Feijóo trumpista embiste contra el «sanchismo vil»

Con una andanada de agravios como nunca en campaña, el candidato del PP ha acusado al líder del PSOE de «no tener límites en la bajeza» y hasta de haberlo «amenazado e insultado». Críticas a los soberanistas y llamamiento a «no confiarse», en el último acto ‘popular’ en Madrid.

Alberto Núñez Feijóo, flanqueado por Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. (Pierre-Philippe MARCOU | AFP)

El exconsejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, se secaba el sudor y abrazaba con mlitantes. El hombre que comandó Madrid cuando murieron siete mil mayores en las residencias con los llamados «protocolos de la vergüenza» ahora ha sido premiado con el cargo de senador autonómico y ha oficiado como animador de la militancia. Es el PP madrileño, con la impunidad que lo caracteriza, gracias al, también hay que decir, triunfo arrasador de las autonómicas de mayo.

Unos tres mil simpatizantes se han acercado este jueves a Puente del Rey, sobre el río Manzanares, en una de las entradas más bellas de ese parque nacional que es la Casa de Campo. Con dos pantallas gigantes y muchas bandeas españolas, se esperaba al candidato Alberto Núñez Feijóo.

A diferencia de lo que suelen hacer los cabezas de lista del PP, el expresidente de la Xunta no va a cerrar la campaña en Madrid, sino en A Coruña, previo paso por Málaga y acompañado por el presidente andaluz, Juanma Moreno Bonilla. Por la mañana lo espera un raid mediático por radio y televisión en una semana que ha sido marcada por su ausencia en el debate organizado por RTVE y que vieron cuatro millones de espectadores.

Este jueves ha sido el segundo y último mitin de Feijóo en la capital del Estado (en donde figurará por primera vez su nombre en la papeleta, ya fuera de Galiza), y su discurso ha estado precedido por el de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde, José Luis Martínez-Almeida.

El tono moderado que trató de imprimir Feijóo a su gestión al frente del partido alfa de la derecha española desde que sustituyó a Pablo Casado ha quedado en el pasado, como un viejo anhelo que ha sucumbido ante la tentación trumpista. La cascada de embestida verbal contra lo que llama «el sanchismo» ha sido brutal y dista de ser de un candidato que tiene garantizado el triunfo.

«Sánchez ha desprotegido el Estado despenalizando la sedición, ha pisoteado la imagen internacional de España y le da el beso de la vergüenza a (la ministra venezolana) Delcy Rodríguez», narraba mientras los simpatizantes hacían, a decir de verdad, poco caso y daban aplausos insípidos.

Observado desde abajo por el jefe de campaña, Borja Semper, Feijóo ha afirmado que el líder del PSOE «no ha tenido límites en la bajeza de su campaña» y que los ha «amenazado e insultado».

Cómo no, disparó contra los soberanistas: «Tampoco ha habido límites en la indignidad en las cesiones a Bildu y ERC», augurando que habrá un referéndum de autodeterminación en la CAV y Catalunya si Sánchez continua.

«Tenemos que votar, que la democracia salga reforzada ante tanta vileza. Propongo que los españoles volvamos a unirnos en torno a España», ha añadido, y ha dicho que si bien no busca «venganza», ha reiterado que va a «derogar» lo que haga falta.

También ha considerado que «ya está bien» con la costumbre del PSOE de no dejar gobernar al PP si no obtiene mayoría absoluta y que condene sus pactos con Vox «cuando ellos pactan con todos». Finalmente, se ha permitido una ironía y también ha pedido el voto «a los indignados del 15M que el PSOE traicionó».

Una diferencia sustancial con la campaña que suele hacer Feijóo en Galiza es la presencia de las banderas españolas y la cartelería que menciona al Partido Popular. Quien escribe estuvo presente en actos proselitistas en las autonómicas de Galiza en 2020 y allí no hay rojigualdas ni mucha referencia al partido. El discurso tiene un nivel de agresividad que tampoco coincide con el recuerdo de allí. La metamorfosis de Feijóo es notable.

«La economía es un desastre»

Previamente, Ayuso no ha defraudado y ha opinado que Sánchez «es un presidente que no respeta nada, ni al calor» y se ha preguntado «cuánto tiempo costará recuperar el prestigio de España, que ya no pinta nada en el mundo».

También se ha referido al debate de Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal, ha cuestionado «las mentiras» que dijeron y ha buscado poner sal en la herida de Sumar: «¿Dónde está la señora Montero? Díaz no dijo ni una palabra de la gente que la puso allí, porque ella es hija del matrimonio (en alusión a Montero y Pablo Iglesias)».

En tono revanchista, ha reclamado que Sánchez «no puede irse sin dar explicaciones» y ha reivindicado «la España real, la que no vocifera, la que no espera la subvención», por sobre los partidos de la mayoría de investidura que «son la antítesis de Madrid».

«La economía es un desastre, ya ha dicho el presidente Feijóo la deuda que hemos contraído», ha señalado la líder regional, obviando una vez más los datos del Estado español como una de las economías que más crece en la Unión Europea, la que más genera empleo y la de menor inflación.

Ayuso viene de recuperarse de un aborto espontáneo en el que perdió un embarazo de cuatro semanas, por lo que Feijóo le ha dedicado unas palabras en clave de mimos: «Quiero decir, y lo dicen todos, que Isabel está más guapa que nunca y la queremos más que nunca». La presidenta madrileña participará este viernes de algunos de los 30 pequeños actos que el PP regional tiene previsto para el cierre de campaña.

El alcalde, que ahora también gobierna con mayoría absoluta y ya tampoco depende de sus exaliados de ultraderecha, se ha atrevido a decir que el Estado español vive «el momento más crítico de la democracia desde la aprobación de la Constitución en 1978» y ha aupado a Feijóo sugiriendo que «ha tenido que hacer muchas renuncias difíciles» para aceptar una candidatura que vendrá «a unir todo lo que Pedro Sánchez ha roto».

En tono apocalíptico, en coherencia con todos los discursos, ha vaticinado que «hay un punto de no retorno para España» si el PSOE «vuelve a gobernar» y ha recalcado, imitando a Vox: «Estamos cansados de que las minorías se impongan a las mayorías».

Algunas banderas venezolanas y una boliviana han dado la nota entre todas las rojigualdas y las azules del PP, en un mitin que ha sido breve y que ha tenido la ‘suerte’ de transcurrir con 32 grados con un sol ya en ocaso, tras la abrasadora marca de 40 que agobió el día anterior a la capital del Estado.

«Estoy aquí porque no aguanto más a Sánchez y creo que Feijóo va a salvar a España de esta banda», responde ante la pregunta de NAIZ y GARA una mujer de 72 años llamada Gloria, que en una mano tiene la bandera del PP y en la otra sostiene a su nieta. A diez metros está José Luis, un comerciante de 52, quien se acerca a escuchar el diálogo y reivindica al líder gallego por encima de Pablo Casado. «Ahora tenemos un líder serio, la etapa anterior mejor olvidarla».

Este domingo se sabrá hasta dónde llega el éxito de la era Feijóo.