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Los barrios que votan por Asiron son los mismos que apoyan a Sánchez

Los barrios humildes de Iruñea se volcaron hace dos meses en favor de Asiron. En las elecciones del domingo, salvo Txantrea y Alde Zaharra, el PSN emergió como fuerza más votada. Este es el patrón habitual en la ciudad. A pesar de ello, está gobernada por la preferida de los barrios más pudientes. 

Chivite, en la negociación con Aznal, Araiz y Zabaleta. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Hubo un alcalde elegido con notable claridad por los barrios humildes de Iruñea. Y una alcaldesa escogida, con total o más rotundidad, por los barrios pudientes. Ocurrió hace dos meses. Hace seis semanas, el empate técnico se resolvió. La falta de entendimiento entre los partidos progresistas, que contaban con la mayoría más holgada jamás alcanzada en la ciudad acabó entregando la vara de mando a la actual alcaldesa, Cristina Ibarrola.

Al revisitar los resultados, barrio a barrio, de la capital navarra tras las generales, se observa que en los barrios con el metro cuadrado más caro poco ha cambiado. Hay detalles menores, como cuál de las dos fuerzas de derecha se impone en cada calle. El PP ganó en las zonas más cercanas a la universidad del Opus, pero fue un reparto salomónico: 18.559 para el PP y 18.183 para UPN. Como resultado de esta división, el PSOE les sobrepasó en barrios donde, unidos, PP y UPN eran hegemónicos.

El salto se da en los barrios humildes, los que apoyaron de forma masiva a Joseba Asiron, y que el domingo se tiñeron de rojo PSN. Ocurrió en Arrotxapea (el más poblado), en Arrosadia, en Mendillorri, en Buztintxuri y Sanduzelai.

Una comprensión profunda del fenómeno se hace trascendente en el corto y medio plazo. El PSN puede argüir –y lo hará– que el cambio responde al desacierto de EH Bildu al no cederle la alcaldía a Elma Saiz, pese a que EH Bildu alcanzó hace dos meses su techo histórico, mientras que Saiz cayó por debajo de la cota de su predecesora, Maite Esporrín. No obstante, esta lectura tiene un sesgo tan interesado que no resulta razonable.

Préstamos de voto

En las generales de cuatro años atrás, los resultados del PSN fueron algo peores. Se quedó en 23.619 frente a los 26.290 del domingo. A falta de un análisis más minucioso, pudo haber mejorado a costa de Podemos o de Geroa Bai, pues ambos han caído. EH Bildu, por su parte, mejoró: de 18.179 a 18.809. Son, con todo,  precisiones menores. En líneas generales puede decirse que el comportamiento del voto en la ciudad, para unos comicios estatales, resultó muy similar.

A falta de determinar los motivos últimos que hacen que la ciudad, y particularmente sus barrios humildes, cambien tanto sus preferencias de voto (sea por el candidato, por el miedo a la llegada de Vox, por su sentimiento identitario…), sí cabe extraer algunas conclusiones simples e importantes.

La primera es que hay un gran número de votantes (hay movimientos de más del 30% en esos barrios) que adapta su voto al contexto electoral, fluyendo entre Geroa Bai, Sumar, PSN y EH Bildu. Esto implica necesariamente la percepción de nexos comunes entre los cuatro partidos, así como un enorme peso de la idea del voto útil, y de la utilidad del voto. De este modo, en función de los efectos que el votante prevé que tendrá su papeleta según el contexto, salta de un partido a otro.

Las negociaciones que habrán de mantenerse para formar el Gobierno de Nafarroa tratarán de tener muy en cuenta estas afinidades, así como los puntos clave que hacen a los votantes cambiar su opción. Un error, o una desconexión con el sentir de ciertas personas al negociar, puede modificar la hegemonía.

La segunda idea inapelable es que los barrios que querían la continuidad de Sánchez en La Moncloa son los mismos que querían a Asiron como alcalde de Iruñea. Por las prisas que imprime la ley, había que elegir al alcalde quince días después de las municipales. Pero eso ya pasó y, esos mismos  barrios saben que existen mecanismos para corregir esta decisión.

La negociación en Nafarroa

Un tercer elemento pasa por la dilución de la importancia de terceros actores en la negociación, en favor de PSN y EH Bildu. En estos cuatro años los espacios de Sumar y de Uxue Barkos han caído. En el caso de Geroa Bai, tras varios intentos sin sacar diputado, parece haber cundido en el electorado la idea de que ya no volverá a conseguirlo.

El desplome da pie a Chivite para intentar negarles el senador autonómico que otorga el Gobierno, y que el PSN reclama para sí.

En el Senado ya hay mayoría absoluta del PP. De los cuatro senadores en liza en Nafarroa, tres fueron para el PSN y el cuarto para UPN. EH Bildu se quedó a pocos votos de arrebatarle el cuarto a UPN.

En cuanto a Contigo-Zurekin, su principal baza en la negociación del Gobierno foral era permitir una investidura de Chivite sin necesidad del voto favorable de EH Bildu. Esta formalidad pierde ahora relevancia, toda vez que Sánchez sí va a requerir el voto favorable de la coalición abertzale.

Así pues, toca el turno de  PSN y EH Bildu de negociar el Gobierno foral en calidad de segundo y tercer partido más votados en Nafarroa. Y, con menos prisa pero en paralelo y en la misma dirección, también la investidura de Pedro Sánchez en Madrid.