INFO

Australia impulsa la enseñanza en lenguas aborígenes para evitar su desaparición

Tras décadas de marginación y persecución, Australia está empezando a impulsar la enseñanza en lenguas aborígenes para evitar su desaparición. Además, se quiere empoderar a las comunidades locales.

Una persona enarbola una bandera aborigen de Australia durante una marcha en Melbourne el 7 de julio. (James ROSS | AAP IMAGE-DPA-EUROPA PRESS)

«Makarrata» significa «unirse tras una lucha» en yolgnu, una de las más de 250 lenguas de los indígenas de Australia, donde ahora se impulsa la enseñanza en las escuelas de los idiomas de estas minorías para recuperarlas, evitar su desaparición y empoderar a sus niños y las comunidades locales.

«Al tener la oportunidad de estudiar su propia lengua, los estudiantes se interesan más en su educación», señala a Efe Jackelin Troy, lingüista de la Universidad de Sidney y una de las principales creadoras del primer plan nacional de estudios de idiomas centrado en la enseñanza de las lenguas de los pueblos aborígenes y del Estrecho de Torres.

Pero su enseñanza presenta muchos retos: desde la discriminación histórica de los indígenas a raíz de la colonización británica, la falta de financiación de estos programas y hasta el escaso número de personas con vida que hablan estos idiomas, entre otros.

Diversidad lingüística en comunidades remotas

Australia –un país con una de las tasas de pérdida de idiomas más rápidas del mundo, según un estudio de 2021 publicado por la Universidad Nacional Australiana– registró tras la colonización unas 250 lenguas indígenas y cientos de dialectos, según el Instituto Australiano de Estudios Aborígenes y del Estrecho de Torres.

Muchos de estos idiomas han muerto –aunque ahora los lingüistas tratan de recuperar decenas de ellos–, mientras alrededor de 40 se aferran aún a la esperanza de no desaparecer a través de las nuevas generaciones.

Sin embargo, la gran mayoría de jóvenes indígenas, especialmente en el norte de Australia, hablan kriol, también conocido como el «inglés aborigen», una lengua que tiene su propia gramática y vocabulario que surgió como producto de la colonización británica en el siglo XVII.

Australia «aún tiene un sistema en donde hay niños aborígenes que están obligados a aprender en inglés cuando no es su primera lengua», remarca Troy. La lingüista considera, apoyándose en el movimiento de la pedagogía crítica impulsada por el brasileño Paulo Freire en la década de 1960, que la enseñanza de las lenguas indígenas como primera lengua beneficia a los estudiantes y al «país en general».

Una opinión similar a la expresada por un grupo de expertos que aseguró, en un estudio publicado en 2022 por el portal académico The Conversation, que cuando la enseñanza bilingüe es «genuina» muchos de los niños indígenas logran alcanzar estudios universitarios y con ello cerrar las brechas de desigualdad.

Como ejemplo, citan el caso de una escuela de la remota localidad norteña de Yirrkala, donde los niños aprenden yolngu matha e inglés.

En busca de profesores

La falta de profesores con titulación universitaria que enseñen en lenguaje aborigen ha sido una de las piedras con las que se ha topado la educación.

Sin embargo, el actual gobierno ha aumentado los fondos –hasta los más de nueve millones de dólares estadounidenses (8,4 millones de euros) anuales– destinados a buscar nuevos educadores para paliar las carencias.

Estas aportaciones coinciden con un mayor interés de los padres de niños no indígenas a que sus hijos aprendan las lenguas nativas por encima de otros idiomas extranjeros, según una encuesta de 2022 en 650 escuelas de todo el país.

Con el objetivo de preservar las lenguas aborígenes y «despertar a aquellas que están dormidas», Troy diseñó, en la década del 2000, sílabos para la enseñanza de estas lenguas en la región de Nueva Gales del Sur, el más poblado de Australia.

Entonces, las escuelas privilegiaban la enseñanza del inglés y otros idiomas extranjeros, pero el aporte de Troy hizo que por primera vez se sistematizara y formalizara la enseñanza de las lenguas aborígenes, que hasta hace poco carecían de grafías escritas y de las cuales muchas de ellas tienen registros históricos incipientes.

«Si yo documentara mi propia lengua, lo haría desde el punto de vista aborigen, desde el punto de vista de mi propia lengua», ha precisado la lingüista aborigen, cuya lengua ngarigu, es una de las que está en peligro de extinción.

Los pueblos indígenas, quienes representan un 3,8 % de los más de 26 millones de habitantes que tiene Australia, fueron desposeídos de sus tierras y discriminados sistemáticamente desde la colonización británica a través de políticas que incluyó la separación de miles de niños de sus familias para educarlos en instituciones gubernamentales y religiosas.