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La lehendakari que se coló por las gateras de Ferraz

«Si Pedro pierde las elecciones y dimite, habrá que nombrar una gestora y eso lleva tiempo. Para entonces ya habremos formado el gobierno». Quiten las comillas, porque textual no es...

María Chivite en la primera sesión del pleno de investidura del lunes en el Parlamento navarro. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

... pero sí es lo que cuentan que afirmaba Chivite cuando las negociaciones navarras pararon en seco a causa de las elecciones del 23 de julio, aquel duro al aire que lanzó Sánchez. Hay quien añade al chismorreo el nombre de Lambán para la gestora, pero bórrenselo de la cabeza también, es ya política-ficción.

Chivite calcula, mide, tiene olfato, trabaja a largo y es prudente. Martxelo Díaz publicó en GARA que iba a ser la sustituta de Roberto Jiménez un año antes de su nombramiento. Esta anécdota muestra cómo la de Cintruénigo había ido atando todo para quedarse con el partido a finales de 2014. Roberto cayó como fruta madura. Solo se enfrentó a ella entonces Maite Esporrín, con quien la lehendakari sigue sin casar del todo.

Militar en el PSN y en la UGT fue la vía que buscó Chivite tras nacer, en 1978, en una localidad que no es un vergel en cuanto a oportunidades. Se afilió con 20 años al partido, pero su formación académica tiene más que ver con el sindicato para el que trabajó: sociología como carrera, másteres y cursos de especialización en relaciones laborales y prevención de riesgos.

Apenas tiene currículum fuera de estas estructuras. Un paso no muy largo por una ETT no demasiado conocida. Punto final. Esta falta de experiencia en la empresa privada suele achacarse como síntoma de vaguedad a los políticos. Sería un error terrible tildar a Chivite de poco trabajadora. Además de su innegable olfato político, es currela.

Calcula, mide, tiene olfato, trabaja a largo y es prudente. También es currela. Entendió el error del «agostazo» y ha aprendido a moverse en el campo minado del PSOE

Las dos mujeres que le han precedido en el cargo de presidenta, Barkos y Barcina, pertenecían a familias adineradas. Chivite es la primera que llega a la Presidencia desde una familia corriente. La mayor herencia que tuvo fue su apellido, que compartía con Carlos Chivite, antiguo secretario general del PSN y vecino de Cintruénigo, que sí era pariente suyo: tío segundo.

Carlos Chivite era el responsable del partido que tuvo que echarse atrás en el «agostazo», como se conoce en Nafarroa a la intervención de Ferraz para abortar un gobierno entre el PSN (con Fernando Puras como candidato) y Nafarroa Bai en el año 2007. Carlos Chivite fallecería un año después de un infarto cerebral en un mitin en Lizarra.

De algún modo, la lehendakari terminó la tarea que empezó su tío. Esquivó el férreo mandato de Ferraz para que el PSN se alineara con UPN ad eternum. Darle la vuelta a una orden así solo puede lograrse si se han interiorizado bien qué minas no pueden pisarse en un partido tan grande, tan complejo, como es el PSOE.

Todas esas parafernalias con las que Chivite rodea las negociaciones de investidura evitando el contacto directo con EH Bildu, llamando primero a Esparza para negociar, midiendo cada palabra, usando el Parlamento para sus encuentros... tienen mucho de eso, de eludir a los resortes reaccionarios internos del partido.

Capacidad de maniobra

Es como si Chivite se envolviera con tules y velos para poder eludir a los lambanes y los garcíapages, para así encontrar los huecos temporales entre dimisión y gestora para firmar un acuerdo, o tomarse una foto más comprometida. Chivite lleva todo esto inscrito en su propia biografía. Es, precisamente, la comprensión de esas dificultades el motivo último que hace que EH Bildu no la haya mandado a paseo.

Por otro lado, su capacidad de maniobra y de acercamiento hacia la izquierda abertzale no puede entenderse sin Santos Cerdán, hoy Secretario de Organización del PSOE, que antes de ser uno de los políticos más relevantes del país trabajaba de mantenimiento en unos invernaderos, se ganaba la vida con las manos.

En la entrevista que concedió a GARA en las últimas elecciones, Chivite soltó una frase que refleja bien su posición: «Cuando no eres alternativa a la derecha, otros lo son por ti». Con esta afirmación, responsabilizaba al momento en que Ferraz cortó las alas a Carlos Chivite del paulatino agostamiento del partido que tocó fondo en 2015, meses después de tomar ella las riendas; pero extendía también esta máxima al PSOE a nivel estatal, que hace no tanto estuvo a punto de ser rebasado por Podemos.