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El Ayuntamiento de Bilbo da tímidos pasos hacia la implantación de la Zona de Bajas Emisiones

El Consistorio bilbaino ha comenzado a dar tímidos pasos hacia la implantación de la Zona de Bajas Emisiones. «El fin no es restringir la circulación de vehículos», ha asegurado Nora Abete, concejala de Movilidad y Sostenibilidad.

La nueva regulación impedirá a muchos vehículos circular por el centro de Bilbo. (Aritz Loiola | FOKU)

El Ayuntamiento de Bilbo trabaja ya en el diseño y regulación de la futura Zona de Bajas Emisiones que está obligado a implantar por la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de la Unión Europea para todas las ciudades de más de 50.000 habitantes y que, en la villa, se incorporará de forma progresiva.

Así lo ha dado a conocer la concejala de Movilidad y Sostenibilidad y segunda teniente alcalde, Nora Abete, en el transcurso de una mesa redonda celebrada este lunes en el marco de la Semana de la Movilidad que lleva a cabo el Consistorio bilbaino, en la que se ha debatido sobre Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y los beneficios de su implantación.

Abete ha explicado en su intervención que el objetivo no es restringir el tráfico sino «mejorar la calidad del aire y por tanto la salud de las personas», y que la implantación de la ZBE se hará de forma progresiva. A pesar de ello, ha reconocido que «casi la mitad de los coches no serían aptos para circular» en la ciudad cuando se ponga en marcha esta regulación.

«Parece razonable que actuemos con los vehículos que más contaminan, que serían los etiquetas B y los sin etiqueta, que suman casi la mitad de los coches que circulan por la ciudad», ha señalado.

Nora Abete ha recordado que «el objetivo de la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones, una iniciativa europea contra el Cambio Climático, es que los ciudadanos tengamos una mayor calidad de vida, frenando el cambio climático mejorando la calidad del aire».

Fase inicial

La edil ha explicado que actualmente se trabaja en la fase inicial de diseño de lo que será la futura zona de bajas emisiones de Bilbo, mediante la recogida de toda la información posible sobre caracterización de los vehículos que circulan o realizando el mapa de la calidad del aire de la ciudad, así como en la ordenanza municipal que la regulará.

«El fin no es restringir la circulación de vehículos –ha precisado–; por eso, la medida de implantación de la ZBE tiene que ir acompañada de otras medidas complementarias como son la promoción del vehículo eléctrico, la peatonalización de espacios, la renaturalización de los mismos o el impulso a los cambios de combustibles fósiles en las calderas de las viviendas».