Satrustegi revive el partido inolvidable que hizo creer al equipo campeón en sus posibilidades
El navarro marcó los dos goles de la victoria de la Real ante el Inter en Atotxa (2-0) un 3 de octubre de 1979 en partido de UEFA que marcó la historia del club. El protagonista de aquella noche mágica destaca que «sirvió para darnos cuenta de que tendríamos capacidad si poníamos todo en el campo».
El primer partido de la Real en la fase de grupos de la Champions League de este miércoles (21.00) en el nuevo Anoeta contra el Inter de Milán lleva a recordar el ganado por 2-0 contra el mismo rival en la Copa de la UEFA en 1979 que llevó a los integrantes del equipo campeón a creerse que eran capaces de lograr grandes cosas.
Jesús Satrustegi fue el gran protagonista al marcar los dos goles en los minutos 22 y 78 de aquella noche mágica inolvidable para los que se acercaron a Atotxa, en la que Alberto Ormaetxea alineó ese equipo que todos los realistas recuerdan de memoria formado por Arconada; Zelaieta, Kortabarria (m. 57, Gaztelu), Gajate, Olaizola (m. 85, Iriarte); Diego, Alonso, Zamora; Idigoras, Satrustegi y López Ufarte.
El navarro, que a los 69 años disfruta en el tranquilo concejo navarro de Aldaba de una merecida jubilación tras triunfar no solo en los campos, también en los negocios con las bodegas Muga y un gimnasio, destaca a NAIZ de aquella eliminatoria que «en Milan nos ganaron 3-0 en un partido que nos dieron en las gradas y en el campo, en todos los lados. Nos cogieron de pardillos porque pensábamos que sería como un partido de Liga, como estábamos acostumbrados. Jugar allá fue algo mucho más intenso, más fuerte».
Añade que los jugadores del Inter «eran muy duros, en defensa muy agresivos. En mi vida profesional cuando he jugado con Italia con la selección eran defensas que te marcaban muy férreamente, mucho más intensos. Nos sirvió para darnos cuenta de que tendríamos capacidad si poníamos todas las armas en el campo. Nuestra calidad, pero además una actitud muy fuerte y darlo todo. Lo hicimos en la vuelta y demostramos que podíamos pasar, pero al árbitro no le interesó que pasara una Real que empezaba a conocerse en Europa. Ganamos 2-0, hubo un penalti clarísimo al final a favor nuestro cometido sobre Roberto López Ufarte, no quiso saber nada el árbitro y eso nos eliminó».
«El partido clave»
Jesús Satrustegi considera ese partido histórico «la referencia en nuestro futuro porque vimos que poniendo en el campo la calidad que teníamos, esa actitud y entrega en cada balón, con la afición nuestra acompañándonos, éramos un equipo que podía dar grandes alegrías. Fue una referencia de cómo hay que plantearse un partido internacional como los que jugamos luego en Europa. Nos valió para enfrentar el futuro de ese equipo que dio grandes alegrías a la afición y al fútbol guipuzcoano».
Entiende que «nos enseñó a tener otra actitud para afrontar un partido a la que nos presentamos en Milán. Porque cuando te enfrentas a un partido de estos tienes que darlo todo y más. Vimos que teníamos capacidad para dar tanto como ellos. Después de la experiencia de Milan vimos que hay que salir con el cuchillo en la boca, así salimos aquí y demostramos que si hubiese sido justo el árbitro, habríamos ganado 3-0. Fue el partido clave para hacernos ver que teníamos un gran equipo y que podíamos competir en Europa a un alto nivel».
Tras aquella victoria, en el siguiente partido la Real ganó 4-3 al Barcelona, al que luego eliminó en la Copa y empató en el Camp Nou, como ganó al Real Madrid 4-0 un mes después y solo un arbitraje infame permitió al equipo blanco empatar un partido que perdía 0-2 en el minuto 85.
Satrustegi todavía se enerva porque «nos pitó un penalti un metro fuera del área y nos anularon un gol que no se sabe por qué. Nos creó impotencia porque el Madrid tenía la ayuda de los árbitros. Ahora está el VAR». Eso unido a las primas al Sevilla y la baja de López Ufarte dejaron a la Real sin Liga en la penúltima jornada tras 32 partidos sin perder. Una espina que se quitó el equipo campeón al ganar las dos siguientes Ligas y llegar a las semifinales de la Copa de Europa contra el Hamburgo.
Primera clasificación para Europa
Satrustegi fue uno de los primeros campeones que subió desde el Sanse en la temporada 1973-74, la primera en la que la Real, cuarta, se clasificó para Europa con una mezcla del equipo del ascenso de 1967 y del campeón. También repitió puesto y plaza para la UEFA al año siguiente para vivir la primera lección europea ante el Liverpool de John Toshack, que eliminó a la Real por un global de 9-1 en una eliminatoria en la que debutó Luis Arconada.
De aquel duelo histórico contra el Liverpool, Satrustegi recuerda que «éramos unos pardillos. Kortabarria, Zamora, Arconada y yo fuimos los primeros que empezamos en ese equipo con Martínez, Ormaetxea, Gorriti, Lema, Arzak, Gaztelu, Boronat, que fueron nuestros maestros. Nosotros éramos jovencitos y ahí empezó la Real a dar sus primeros pasos en el fútbol internacional y a formar el equipo campeón».
El navarro subraya que «eran otros tiempos. Entonces viajábamos en autobús y en tren. Como el campo de fútbol. Llovía y se enfangaba, no había las técnicas de drenaje de ahora para que parezcan alfombras, aunque eso nos beneficiaba porque estábamos más acostumbrados. Los balones y las botas pesaban mucho más que ahora, sobre todo cuando cogían agua. Hoy nos pueden superar a aquel equipo en preparación física, técnica, calidad, juego, pero no en actitud y aquel partido con el Inter se demostró que echándole garra y dándolo todo se pueden alcanzar grandes logros».
Así ganó dos Ligas la Real y se plantó en semifinales de la máxima competición continental en la temporada 1982-83, donde además del gol de fuera de juego que les eliminó acusaron que «no teníamos una plantilla amplia. Si hubiésemos estado todo el equipo habría sido diferente. Nos lesionamos Zamora, yo y alguno más. Ahora todo está más programado, la Real puede presentar dos equipos a un alto nivel, pero entonces no teníamos más que tres o cuatro suplentes y si había un lesionado bajaba mucho el equipo».
Similitudes con la Real actual
A la hora de comparar aquella Real con la actual, Satrustegi encuentra similitudes: «Les pasó lo mismo que a nosotros en Milán cuando jugaron contra el Manchester United en Turín, que salieron muy alegres y nos metieron cuatro. Eso sirve de experiencia, como el partido contra la Roma del año pasado, que ellos salieron muy cerrados y a la contra nos hicieron daño y nos eliminaron. La experiencia te enseña a saber afrontar este tipo de encuentros».
También el ambiente del nuevo Anoeta le permite recordar lo que fue aquella noche en Atotxa con el Inter: «Hubo una comunión importante entre los jugadores y la afición, que siempre ha sido impresionante con la Real. Aquel día se unió todo, la gran afición con el gran equipo que teníamos. Ese partido lo recordamos mucho».
Ante el inicio de la Champions de este miércoles, Satrustegi comenta que «no sé si voy a poder verlo en Anoeta por cuestiones familiares, pero me hace mucha ilusión ir al campo, porque se me pone la piel de gallina con la comunión del equipo con la gente. Me recuerda a los tiempos de Atotxa. Si no puedo en el campo, lo veré seguro, y nos gustaría que la Real diera la vuelta a aquello. Sería una doble satisfacción que superen al Inter porque lo pasamos mal. Fue otra de las injusticias que tenemos en el recuerdo».
Añade que «la Real de ahora me ilusiona porque son chavales que tienen mucho nivel. Están empezando a tener experiencia, todos los realistas remamos en el mismo sentido y eso nos puede dar grandes alegrías. Todos los grupos de la Champions son duros. Ahí no se regala nada. Está lo mejor de Europa, pero soy positivo porque estos chavales han demostrado tener una buena mentalidad y que pueden competir muy bien en Europa como lo hacen en la Liga española. Pueden hacer un gran papel, estoy muy ilusionado».
El navarro también está agradecido porque casi 40 años después de su retirada en 1986 nota el cariño de una afición que no olvida a sus campeones: «El día que sales a la calle en Donostia te hacen recordar aquellos tiempos y ya puedes tener un mal día que te dan una alegría. Me sorprende que todavía me piden muchos autógrafos. Me hace ilusión que los pidan jóvenes a los que sus aitas les habrán contado esas temporadas tan bonitas».