INFO

Tokarczuk: «La literatura es una herramienta fuerte que puede tener impacto en la sociedad»

La escritora polaca y Premio Nobel de Literatura 2019 Olga Tokarczuk recalará esta semana en Donostia y Bilbo tras publicar ‘Los libros de Jacob’, en la que mantiene su forma de contar historias a través de una nueva narrativa y teniendo presente el impacto de la literatura en la sociedad.

La Premio Nobel de Literatura Olga Tokaczuk recalará esta semana en Donostia y Bilbo. (Karpati & Zarewicz ZAiKS)

Donostia y Bilbo recibirán esta semana la visita de la escritora polaca Olga Tokarczuk, que acaba de publicar con Anagrama ‘Los libros de Jacob’ con su particular forma de contar historias a través de una nueva narrativa y siendo consciente de que «la literatura es una herramienta muy fuerte que puede tener impacto en la vida social».

Así lo ha señalado en una rueda de prensa que ha ofrecido en Barcelona, donde mañana miércoles participará en el ciclo ‘¡Europa!’, antes de desplazarse a Euskal Herria para ser la protagonista este viernes del segundo Literaktum Topaketak de 2023 en Donostia con un acto que tendrá lugar en Okendo Kultur Etxea a las 19.00 horas con entrada libre hasta completar aforo. Al día siguiente, el sábado 30, participará en el Festival Ja! de Bilbo a través de una conversación con el periodista Jesús García Calero que comenzará a las 20.30 horas con entrada gratuita con invitación que se puede conseguir en la web del certamen.

En la única comparecencia ante los medios en este periplo por Catalunya y Euskal Herria, la Premio Nobel de Literatura ha desgranado los entresijos de cómo se gestó su última novela, titulada ‘Los libros de Jacob’ y en la que recrea las peculiares andanzas del joven judío Jacob Frank, un personaje histórico que, en la segunda mitad del siglo XVIII, recorrió dos imperios y profesó tres religiones antes de autoproclamarse Mesías.

Según ha explicado Tokarczuk, dio con esta particular historia en una pequeña librería y le cautivó hasta tal punto que no se explicaba cómo «esta historia tan maravillosa no se ha contado, cómo ha quedado en el olvido».

En primer lugar pensó en escribir un ensayo breve sobre Jacob, pero «al empezar a trabajar en ello, me doy cuenta de que tengo poco conocimiento y tengo que documentarme». Y así comenzó una odisea que se ha prolongado durante ocho años para completar la información sobre el joven judío «escarbando, viajando, siguiendo el rastro de Jacob» para descubrir «desde el principio que la Europa de hace 200 años se parece bastante a la de hoy».

Porque, en el fondo, su historia habla de «personas que vienen de otra parte y que intentan estabilizar sus vidas, y la relación que se establece entre el recién llegado y el que ya está ahí». Pero ofreciéndola desde «el punto de vista de las personas que llegan y que tienen que negociar porque están en una situación nueva, que es lo que está pasando ahora» con las personas que terminan recalando en Europa.

La escritora polaca ha calificado su último libro de «reto, pero era un libro que había que escribirlo por mis compatriotas, por mi país, porque cambia la percepción de nuestra historia nacional».

«Parece que tenemos la cabeza en las nubes, pero somos luchadores, incluso sin ser conscientes de ello»

Así considera que queda en evidencia que «la literatura es una herramienta muy fuerte, muy potente, que puede tener un impacto en la vida social» y que puede «ejercer la comunicación entre pueblos y personas. Como artistas, parece que tenemos la cabeza en las nubes, pero somos luchadores, incluso sin ser conscientes de ello».

Al respecto, ha añadido que «la literatura nos abre, permite que estemos más abiertos, que haya más empatía con otros seres, más allá de los humanos, y comunicarse de manera no verbal. Los textos son una herramienta para trasladar algo más profundo, ideas más profundas. Lo más importante en la literatura no es curiosamente la lengua, sino las imágenes que estamos difundiendo».

Una nueva narrativa

Por ese motivo, le parece tan importante conseguir «una nueva narrativa, necesitamos algo nuevo para intentar contar la historia de otras maneras». Pero Tokarczuk va más allá y considera que esa nueva forma de narrar debe ir unida a otra concepción del tiempo en la literatura, de tal manera que «podemos trabajarlo como una herramienta. Toda historia necesita un tiempo, pero el tiempo tampoco es lo más importante, lo que pesa es la historia».

En este sentido, ha señalado que «no confío en la narrativa lineal. Como lectora, me aburría, no me resulta suficiente» y por ese motivo busca que el narrador de sus obras quede «liberado», de tal manera que «salta de un momento de la historia a otro, prescinde del tiempo, puede jugar con él, acelerarlo o ralentizarlo. Esa es la cuestión, si la literatura puede considerar el tiempo como una herramienta más y prescindir de él».

Siguiendo estos parámetros en ‘Los libros de Jacob’ ha abordado «las mismas cuestiones que en todo el corpus de mi obra. Hago lo mismo, pero utilizando distintas herramientas. Las cuestiones, los problemas, son los mismos, la forma es lo que cambia».

A lo que suma una ingente documentación, «porque siempre me preparo muy bien. Disfruto con la documentación y cada uno de mis libros está muy bien documentado. Aunque en el resultado final igual no se aprecia ese trabajo previo, entre bambalinas, buscando el mínimo detalle, todo eso está presente».

Mientras presenta su última novela, ya está trabajando en la siguiente obra, con la que se siente «obsesionada. Vivo, respiro en esas nuevas frases, en esas nuevas ideas». Está escribiendo una novela de corte histórico «muy compleja, con muchas tramas y muchos personajes. Va a ser una novela difícil y quizá será la última de este estilo».

En un momento dado ha confesado que «me voy haciendo mayor y estoy cansada. Es mucha tela escribir una novela de ese calibre. Pero me fascina el tema, recopilar historias, y es un placer dedicarme a un libro de esas características, que va a ser extenso y una novela que alguien tenía que escribir. No tengo otro remedio».

Europa, «la mejor idea del último siglo»

Aunque centrada especialmente en el mundo de la literatura, en su comparecencia ante los medios, no han faltado las referencias a la situación en su país de origen, Polonia, a Europa y al resurgir de los movimientos de ultraderecha.

Al respecto, Tokarczuk ha señalado que «Europa es la mejor idea que se ha inventado en el último siglo y estoy orgullosa de que siga existiendo. Hay que hacer todo lo que esté en nuestras manos para mantener ese sistema, para seguir juntos. Y lo digo desde mi perspectiva de ciudadana polaca, que tiene que enfrentarse a una situación con un Gobierno polaco que intenta marcar distancia con la UE. Tenemos miedo de a dónde nos puede llevar esa política».

Auge de la ultraderecha: «Sí, estamos en una crisis, pero eso también nos permite desarrollarnos. Evolucionaremos»

Sobre el auge de la ultraderecha y el resto de crisis que padece el viejo continente, la escritora ha querido poner un punto de optimismo, señalando que «sí, estamos inmersos en una crisis, pero eso también nos permite desarrollarnos. No hay desarrollo sin crisis, que es el lugar donde habrá nuevas ideas y de ahí, evolucionaremos».

En este sentido, ha añadido que «siempre hemos podido encontrar soluciones en las peores de las situaciones. Tenemos la oportunidad de pensar en el mundo de otra manera. Hay que intentar algo nuevo, porque hay esperanzas nuevas que nos van a llegar a través de nuevos filósofos, antropólogos...».