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Un autor atrapado entre sus puntos suspensivos

‘MIRANDE, FILM BAT EGITEKO ZIRRIBORROA’
Euskal Herria, 2023. 69'. Dirección: Josu Martinez. Guion: Josu Martinez, Miguel Angel Elustondo. Producción: Ane Antoñanzas, Katti Pochelu. Fotografía: Hibai Castro. MontajeAmaia Merino. SonidoXanti Salvador. MúsicaJoserra Semperena.

Martinez ha realizado en su documental una investigación detectivesca sobre Jon Mirande. (ZINEMALDIA)

Partiendo de mi absoluto desconocimiento en torno a la obra de Jon Mirande y mucho menos de lo que encierra su compleja personalidad, me acojo a la misma postura adoptada con toda lógica por el director y guionista Josu Martinez a la hora de abordar un documental que se descubre como un excelente cuaderno de notas en el que asoman bocetos de toda índole relacionados con su protagonista.

Todo parte de una pregunta sencilla –¿Quién es Jon Mirande?– y lo único que consigue esta pregunta es que el desconocimiento aumente ante semejante figura caleidoscópica.

A medida que Martinez avanza en su investigación, recabando testimonios de diversas personalidades que lo conocieron o que admiraron su obra, llegando algunos a desechar su legado literario debido a la polémica que siempre le acompañó, ‘Mirande, film bat egiteko zirriborroa’ otorga voz al propio personaje con la ayuda de un actor que asume su identidad ficticia dentro de las coordenadas de un proyecto documental.

Una opción de alto riesgo, que el director ha sabido eludir con coherencia e ingenio, sirviéndose de dichas manifestaciones para ampliar los puntos suspensivos que siempre penden del autor de ‘Haur besoetakoa’, una novela que en el caso del autor del documental, le provoca en igual medida atracción e inquietud.

Nazi, pedófilo, racista, misógino e inmoral, esto último tal vez sea el menor de sus pecados, pero dentro de un contexto social vasco de mediados del siglo XX, que sirvió de motivo más que suficiente para que su escueta obra fuera objeto de censura y olvido.

El documental nos habla de todo ello, pero también añade muchos atractivos a lo largo de su viaje, incluyendo fotografías del poeta que no eran tales y otras que sí lo son, o el hallazgo de un poema inédito que asoma desde el otro lado de un teléfono.

A todo ello cabría sumar la propia personalidad abierta a múltiples lecturas de Mirande, el cual supo subvertir los códigos del euskara, revelándose como un autor que abrió nuevas y enriquecedoras vías. Pero incluso en dicho esfuerzo, vuelve a asomar la polémica que siempre le acompañará.