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Recuperan 14 obras de arte desaparecidas hace 20 años en la destrucción de Artozki

La Plataforma de vecinas amenazadas por Itoitz y Solidarios con Itoitz han recibido «de forma anónima» 14 obras de arte de las más de 30 que desaparecieron con la destrucción del pueblo de Artozki bajo el pantano de Itoitz. Se pueden visitar en Geltoki.

Más de la mitad de obras desaparecidas en Artozki siguen sin aparecer. (Iñigo URIZ | FOKU)

«Artozkira ez da gutunik heltzen», cantaba Berri Txarrak. Y así sigue. No recibe cartas, pero sigue emitiendo mensajes de los sucedido allí hace ahora dos décadas. Hace 20 años, el último día de septiembre de 2003, las máquinas entraron en Artozki e Itoitz para destruir los pueblos y hundirlos bajo el agua de un nuevo pantano. Aquel día la Policía Foral se llevó más de una treintena de obras de arte y, ahora, dos décadas después, 14 de ellas han sido devueltas de forma anónima.

A lo largo de septiembre de 2003 centenares de personas acudieron al llamamiento de Solidarias con Itoitz para defender los pueblos amenazados por el pantano. En el pueblo de Itoitz la resistencia duró tres días. En Artozki, 16. Durante estos días, antes de vaciarse y desaparecer, los pueblos se llenaron de solidaridad y actividad. Uno de estos proyectos fue Artozki-Artezki, convirtiendo el pueblo en espacio para la creación, la cultura y el arte.

Una de las obras de arte desparecidas tras la destrucción de Artozki. (Jagoba MANTEROLA / FOKU)

Murales, conciertos, diferentes actuaciones artísticas y más de una treintena de obras de arte llegaron al pueblo con una única condición, que aquellas obras se hundiesen con el pueblo. Sin embargo, el 30 de septiembre la Guardia Civil y la Policía Foral entraron y la Policía navarra se llevó las obras.

Tal y como han explicado la Plataforma de vecinas amenazadas por Itoitz y Solidarios con Itoitz este lunes en la rueda de prensa ofrecida en Geltoki (Iruñea), recientemente se les han devuelto 14 «de forma anónima». Concretamente, cuadros de Ane Mugeta Ripodas, José Luis Zumeta, Ander Hormazuri Alkiza, Txiki Agirre Garate ‘Keixeta’ y Faustino Aranzabal Salegi, así como esculturas de Anton Mendizabal, José Ramón Anda Goikoetxea, Juan Gorriti, Iñaki Olazabal Eceiza y Joseba Lekuona Yaben. También ha aparecido un platillo del grupo Hurto. Por contra, hay documentadas al menos obras de otras 22 personas que no han aparecido, junto a libros, discos, vídeos o material deportivo.

Lorena Beroiz (Plataforma de vecinas amenazadas por Itoitz) y Txiki Zamora (Solidarios con Itoitz) han denunciado «el trato» recibido por las obras durante estas dos décadas. «Es una cruel metáfora de la imposición, menosprecio, humillación y saqueo que sufrieron los habitantes de los valles de Irati y Urrobi».

Las máquinas, destruyendo el pueblo de Artozki. (Jagoba MANTEROLA / FOKU)

Han recuperado menos de la mitad de las obras que se encontraban en el proyecto Artezki, por lo que han criticado la «negligencia y falta de rigor» en el control de las mismas. «¿Dónde está el resto? ¿Qué ha pasado con ellas?». Vieron a la Policía navarra llevarse aquellas obras, y allí les perdieron la pista. Por ello exigen la devolución de todos los trabajos con el fin de «conformar el Museo de Arte, Memoria y Defensa de la Tierra que recuerde la memoria de unos valles y unos pueblos destruidos por el pantano de Itoitz». 

Exposición de las obras

Con motivo del 20 aniversario de la defensa de estos pueblos, ambas plataformas han organizado una serie de eventos para las próximas semanas. Las obras se pueden visitar desde hoy mismo y hasta el día 10 de octubre en Geltoki, en la taquilla de Rio Irati, donde los vecinos de Artozki compraban su billete para ir en autobús a casa. Esta exposición se cerrará el día 10 con una mesa redonda, a las 19:00.

Las obras se trasladarán después a la Casa de Cultura de Agoitz, donde se podrán visitar desde el 20 de octubre hasta el 4 de noviembre. Y el día 21 de octubre, a lo largo de todo el día, Agoitz acogerá un día de fiesta y reivindicación.

«Queremos recordar la dignidad de las vecinas defendiendo sus pueblos, la tenaz resistencia de los activistas, la destrucción de unos valles irrenunciables en la actual crisis ecosocial y la imposición de unas autoridades corruptas que no tuvieron reparos en pervertir su propia ley», han apuntado. Así, consideran esta serie de eventos como una actividad de memoria, pero «también en clave de futuro», por lo que han exigido la paralización de la segunda fase del Canal de Nafarroa y del recrecimiento del pantano de Esa.