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El PNV se solidariza con la población armenia y pide ayudar a los más de 100.000 refugiados

El PNV se ha solidarizado con el pueblo armenio afectado por el conflicto de Nagorno Karabaj y ha pedido a los gobiernos y organismos internacionales ayuda para Armenia con el fin de atender a esos refugiados.

Imagen de archivo de una protesta por la situación en Nagorno Karabaj. (Kenneth Martin | EUROPA PRESS)

El Euskadi Buru Batzar del PNV ha hecho pública este miércoles una declaración sobre la situación en Nagorno Karabaj, «con el resultado de éxodo de prácticamente de todo un pueblo, con más de un 95 % de la población obligada a abandonar traumáticamente sus hogares ancestrales y su comunidad nacional».

El pasado 19 de septiembre, las tropas de Azerbaiyán (ante la pasividad de Rusia, el hasta ahora valedor de los armenios) lanzaron una operación militar contra la autoproclamada República de Artsaj (llamada hasta 2017 la República de Nagorno Karabaj), lo que llevó al día siguiente a la capitulación de la entidad creada en 1991 por los armenios, que constituían la población mayoritaria de ese territorio.

La rendición de la república Artsaj, el nombre armenio de Nagorno Karabaj, llevó a sus líderes a anunciar el jueves pasado la disolución de la entidad, que se completará antes del 1 de enero de 2024. Para entonces, decenas de miles de armenios ya habían abandonado el enclave por el corredor de Lachín, que une el territorio con Armenia. Se estima que para finales de septiembre ya se habían desplazado 89.000 personas, un 74% de la población.

Ante la situación generada, la formación jeltzale insta a Naciones Unidas, la Unión Europea, la Presidencia española y a sus gobiernos a que destinen ayuda a Armenia para contribuir a cubrir las necesidades básicas de las más de 100.000 personas refugiadas.

En su declaración, el PNV expresa su solidaridad y cercanía con el pueblo armenio, al que considera «víctima del turbulento contexto geopolítico global y de su situación geográfica entre dos potencias mundiales como Rusia y Turquía, así como de su vecino y enemigo Azerbaiyán, que cuenta con grandes recursos petrolíferos y gasísticos», según explica.

De hecho, aunque el PNV, por cerrar filas con sus aliados europeos, no lo mencione, este último es uno de los factores que ha hecho que Europa -con la que comparte con Armenia más influencias culturales e históricas- no haya ni intentado mediar en el conflicto. En este momento en el que Europa quiere rebajar al mínimo su compra de gas a Rusia, y no tiene demasiadas alternativas, intenta ahora mejorar sus relaciones con Azerbaiyán, que pose grandes reservas de este recurso natural. Esto ha convertido al autócrata presidente azerí Ilham Aliev en un potencial aliado para Europa.

«Que no se imponga la arbitraria ley del fuerte sobre el débil»

Sin meterse a fondo en estas cuestiones geopolíticas y sin desacreditar directamente la estrategia de los mandatarios europeos, el PNV alerta también a las instituciones internacionales y europeas competentes de «la fragilidad de la seguridad en esta región del sur caucásico tras el éxodo masivo y la humillación infligida a Armenia».

Les insta, ante ello, a activar un proceso de negociaciones dirigido a evitar «más tentaciones anexionistas y lograr la paz definitiva» entre Armenia y Azerbaiyán bajo los auspicios de las Naciones Unidas y de la comunidad internacional.

Para el PNV, produce desazón «la incapacidad diplomática» mostrada por las instituciones multilaterales implicadas como Naciones Unidades, OSCE-Grupo de Minsk, Consejo de Europa o Unión Europea, según cita, «para lograr una solución civilizada y acordada entre las partes enfrentada».

Según señala, es preocupante que «se imponga la arbitraria ley del fuerte sobre el débil y prevalezca el interés económico sobre el respeto a los derechos humanos en un continente donde debiera primar el diálogo, la negociación, el acatamiento a la legislación internacional y el método democrático para encauzar los conflictos».