La nueva Ley de Educación entra en su última fase entre reproches y con desenlace incierto
El Parlamento de Gasteiz ha rechazado las enmiendas a la totalidad a la Ley de Educación, un trámite que no ha impedido que hayan quedado de manifiesto las fuertes discrepancias existentes entre los socios de Gobierno y EH Bildu. El debate de las enmiendas parciales decidirá el futuro del proyecto.
El proyecto de Ley de Educación de la CAV ha superado una nueva etapa en sede parlamentaria, donde han sido rechazadas las enmiendas a la totalidad que se habían presentado, un desenlace anunciado, dado que los socios de Gobierno tienen mayoría en la Cámara y EH Bildu había anunciado el martes que iba a votar en contra de ellas «para no cerrar las puertas al debate» sobre esta materia.
Sin embargo, el pleno de este jueves ha puesto de manifiesto la enorme brecha que se ha abierto en las últimas semanas a raíz de que PNV y PSE incorporaran una enmienda para garantizar los modelos lingüísticos vigentes, algo que choca de frente con la filosofía y objetivos de la propia ley, y que ha sido criticado con dureza por la coalición independentista.
Desde el estrado, Ikoitz Arrese ha explicado la posición de su grupo señalando que «en EH Bildu queremos dar una nueva oportunidad al debate, a tener una buena ley y a la transformación de nuestro sistema educativo», pero ha advertido a renglón seguido: «Que nadie se equivoque, no de cualquier modo».
«Por responsabilidad, no apoyaremos ninguna ley que no responda a los retos que tiene la educación vasca, ninguna ley que responda a los equilibrios internos partidistas de este Gobierno», ha insistido el parlamentario soberanista. Ha añadido que «no vamos a aceptar ningún veto, ni ningún planteamiento partidista ajeno al Acuerdo Educativo, ni tampoco una ley que traiga inseguridad jurídica y pedagógica», algo que, a su juicio, lleva incorporada esta enmienda de última hora.
«Han cambiado las reglas de juego»
En un pleno caracterizado por el tono crítico de la mayoría de los portavoces, en contraste con el ambiente vivido en el de abril de 2022, cuando se aprobó el Acuerdo Educativo con una amplísima mayoría, Arrese ha indicado que «EH Bildu va a seguir actuando desde la lógica de un acuerdo de país para conseguir la ley que necesitamos para hacer posibles las transformaciones que precisa el sistema educativo», una lógica fuera de la cual ha dicho no entender la Ley de Educación. Precisamente por ello se ha mostrado «muy preocupado» por el escenario que PNV y PSE han abierto con sus enmiendas parciales.
«El PSE –ha lamentado–, el partido minoritario en el Gobierno, dice que EH Bildu sobra, que no pasa nada si se queda fuera del acuerdo final, y nadie le dice nada; nos preocupa que el PSE quiera a EH Bildu fuera de la ley y que el PNV parezca dispuesto a darle eso que le pide».
En esa misma línea, el representante de EH Bildu ha acusado a los socios de gobierno de «haber cambiado las reglas de juego, condicionar a peor el proceso y hacer una gestión equivocada del Acuerdo Educativo» y ha criticado, asimismo, su incapacidad para dar una explicación unívoca de sus enmiendas que ponen el foco en los modelos lingüísticos, sus explicaciones contradictorias y la desautorización del consejero de Educación por parte del PSE.
300 enmiendas parciales
Precisamente, con las enmiendas a la totalidad condenadas, y con las aguas revueltas desde hace dos semanas, cuando se registraron las enmiendas parciales, han sido las intervenciones de los tres principales grupos del Legislativo –los socios PNV-PSE y EH Bildu– el principal foco de atención.
A este respecto, la parlamentaria del PSE María Jesús San José ha respondido a Arrese afirmando que «llama la atención que se diga que recoger la realidad sociolingüística condiciona todo el proceso» y le ha reprochado que esta afirmación la haga un grupo que en una enmienda recoge «el derecho de Euskal Herria a ser nación». «Si van ustedes por ese camino, tienen un problema», ha señalado la representante de un grupo que entró a regañadientes en el Acuerdo Educativo y que ha logrado condicionar hasta el extremo el carácter de la ley.
En el turno de defensa de la misma, el titular de Educación, Jokin Bildarratz, que ha visto cómo un acuerdo secundado por el 90% del Parlamento va camino de reducirse a su mínima expresión, se ha mostrado convencido de que durante el debate de enmiendas los grupos «serán capaces de llegar a acuerdos» sobre esta cuestión. «Se debe priorizar aprobar la ley con el mayor consenso posible. Nuestra sociedad ha cambiado, los modelos también. A partir de ahí nos toca adaptarnos la nueva realidad», ha defendido.
En las próximas semanas se verá hasta qué punto esa disposición al acuerdo expresada por el consejero se traslada luego al debate de las enmiendas parciales. Son unas 300 las propuestas registradas por todos los grupos, que serán debatidas en ponencia, un proceso que el Ejecutivo autonómico desea que se desarrolle en dos meses para que la ley vea la luz no solo antes de que finalice esta legislatura, sino antes de que acabe este año.
Está por ver si es así, y con qué avales nace finalmente la nueva ley. Si es que acaba viendo la luz. Este jueves ha salvado el penúltimo escollo.