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Relacionan con siete muertes al acusado del intento de homicidio tras contactar por app

La Ertzaintza relaciona al hombre que está siendo juzgado en la Audiencia de Bizkaia acusado de intentar matar en Bilbo en 2021 a otro varón, con el que contactó a través de una aplicación de citas, con hasta siete homicidios y otros dos en grado de tentativa, todos ellos con el robo de tarjetas.

Vista de la sala en la que se celebtra el juicio. (EUROPA PRESS)

El nombre del joven juzgado en la Audiencia de Bizkaia por intentar matar a un hombre con quien contactó a través de una aplicación de citas para homosexuales aparece en las investigaciones de siete muertes de otros hombres, que inicialmente parecían naturales, así como de otro intento de homicidio.

Así lo han indicado dos ertzainas de la Unidad Central de Investigación Criminal de Delitos contra la Personas que han testificado este martes en la segunda sesión de la vista oral por el intento de crimen cometido el 17 de diciembre de 2021 en el domicilio de la víctima, en el Casco Viejo de Bilbo.

Según han explicado los agentes, su unidad recibió el encargo de investigar este intento de homicidio el 29 de abril de 2022 ya que el acusado, N.M.B., de 25 años y nacido en Colombia, «podría ser un posible asesino serial».

«Existen muchos indicios de la posible relación del acusado con las siete muertes porque tienen características comunes: la condición homosexual de las víctimas; aparecieron recostados en el sofá sin evidencias de violencia... y días después de estas muertes, el acusado sacaba dinero y compraba diferentes efectos con sus tarjetas bancarias», según han relatado.

Investigaciones «en curso»

Tras precisar que las investigaciones por dichas fallecimientos «siguen en curso», han mantenido que el acusado se entregó en la comisaría de Irun en mayo de 2022 porque se publicaron en los medios noticias, con su foto, sobre un posible asesino en serie y «se vio acorralado».

«En la habitación en la que residía en Irun encontramos documentación bancaria sobre compras con las tarjetas de los fallecidos, y bizums realizados minutos después de sus muertes», han relatado, y han indicado que solo encontraron los teléfonos móviles de algunos fallecidos –el resto se cree que fueron robados– y «todos usaban la misma aplicación de citas».

La hipótesis de la Ertzaintza es que estas personas pudieron ser atacadas con «la técnica del abrazo o mataleón», que produce asfixia.

En la sesión del lunes, el acusado reconoció que era «tarjetero» y que se dedicaba con otras tres personas –que no han sido localizadas– a robar tarjetas bancarias y claves para extraer dinero, y «salir de fiesta».

Sobre el caso concreto que se juzga ahora, también reconoció que había contactado con la víctima para mantener relaciones sexuales porque era «bisexual», pese a tener novia, y que «en un primer impulso» le atacó abrazándolo desde atrás, presuntamente para robarle, pero enseguida «paró y salió huyendo».

Declaración de la novia

En la sesión de este martes también ha testificado la novia eel acusado, con la que mantiene una relación desde el verano de 2021 y que en aquel momento vivía en Murcia con su padre porque «estaba terminando el Bachiller».

Esta joven, protegida por un biombo, ha asegurado que hasta el momento en que se publicó la noticia en los medios desconocía la «orientación sexual» de su novio, y que tampoco sabía que consumía drogas ya que delante de ella «nunca lo hizo».

Sobre el manejo de dinero del acusado ha manifestado que no le extrañó porque le había dicho que se dedicaba a «hacer chapuzas» y «la gente que trabaja 'en negro' y en la obra gana muy bien».

También ha testificado el psiquiatra que atiende a la víctima del intento de homicidio que se está juzgando y ha relatado que tras lo sucedido padeció un estrés agudo post-traumático de ansiedad y angustia del que «está evolucionando de forma satisfactoria».

La Fiscalía pide 9 años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, y la acción popular, en nombre de la asociación de Gehitu, eleva la pena hasta más de 17 años al considerar los hechos una tentativa de asesinato, con la agravante de haber cometido el delito por motivos de discriminación de sexo, orientación o identidad sexual.