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De Manuel Méndez a Manolo Kabezabolo: la cara oculta tras la guitarra y la cresta

La historia de Manolo Kabezabolo es de sobras conocida por todos los amantes de la música punk. Sin embargo, su otra cara, la de Manuel Méndez, siempre ha quedado oculta tras la guitarra, la cresta y la chupa de cuero. Un documental ha descubierto ahora algunos aspectos desconocidos de su vida.

Manolo Kabezabolo ha acudido a Bilbo para presentar su documental en Zinebi. (ZINEBI)

Conflictos familiares, el Ejército, problemas de salud mental, activismo antimilitarista y, sobre todo, la música protagonizan la historia vital de Manuel Méndez, más conocido en la escena punk como Manolo Kabezabolo. Una vida que ahora ha quedado plasmada en el documental ‘Si todavía te kedan dientes es ke no estuviste ahí’, que podrá verse este miércoles en Bilbo dentro de la programación de Zinebi.

A lo largo de la hora y media que dura el filme vamos descubriendo algunos episodios de la vida de Manolo, que, no por conocidos, dejan de sorprender. Si bien a día hoy es un icono contracultural, ligado a ideas contestatarias, Manuel Méndez no siempre estuvo destinado a convertirse en Manolo Kabezabolo. Criado en una familia «católica y conservadora», con «un padre militar y franquista y abuelos falangistas», Manolo llegó a ingresar en el Ejército, donde alcanzó el grado de cabo primero.

Sin embargo, es en esa época cuando comienza a padecer los primeros problemas de salud mental, que lo llevan a ingresar en el hospital militar y que más tarde lo incapacitan para trabajar. Para entonces, Manolo ya había decidido que no quería regresar al Ejército. «Me decanté por el lado malo, para ellos. En el lado de la anarquía, en la izquierda», explica en el documental. De hecho, y siempre acompañado de su guitarra, Manolo Kabezabolo se convirtió en un habitual de las concentraciones antimilitaristas y proinsumisión de Zaragoza. Desde ese descontento nacen canciones como ‘Militares subnormales’ o ‘Mata a tu viejo’.

Desde años antes, la música y la composición de letras ya ocupaba gran parte del tiempo libre de Manolo. De hecho, la primera canción que escribió fue la de ‘Viva yo y mi caballo’, cuyo objetivo era cabrear a un profesor de Lengua en el instituto cometiendo todos los errores ortográficos posibles y que nada tenía que ver con las drogas, leitmotiv de su obra posterior. «En aquella época, dudo que supiera que a la heroína se le llamara caballo», confiesa.

Precisamente, el documental también analiza el papel de las drogas en la carrera de Manolo, recordando aquella primera raya de speed en el Bar Berlín de Zaragoza. Aquello, el consumo de sustancias estupefacientes, fue uno de los salvavidas a los que el artista se agarró para superar la depresión. El otro, la música.

«Manolo solo era feliz cuando salía para dar conciertos», rememora Manolo Monzón, exmánager a quien Kabezabolo se muestra muy agradecido. «Si no hubiera sido por la música, me hubiera podrido en un psiquiátrico», destaca el músico.

Un ejercicio para «romper con todo»

‘Si todavía te kedan dientes es ke no estuviste ahí’ no solo es un documental que retrata la trayectoria de Manolo Kabezabolo; también es un ejercicio de introspección para Manuel Méndez, la cara que siempre ha quedado oculta tras la guitarra, la cresta y la chupa de cuero del cantautor punk zaragozano. Tal fue así que, a mitad de la grabación del documental, Manolo decidió «romper con todo».

«Decidí romper con la banda que tenía [Los ke no dan pie kon bolo], decidí romper con mi familia, decidí romper con la medicación y con los psiquiatras. Eso me llevó a una explosión que no he sabido digerir, que todavía estoy digiriendo», ha explicado este martes en rueda de prensa. Un proceso que, según ha aclarado, le ha ayudado a la hora de «elegir las compañías». «Si miras a las personas por fuera y por dentro, aprendes en quién puedes confiar y en quién no. Eso es lo que da fuerza de verdad. En estos momentos a lo mejor no estoy totalmente fuerte, pero me voy a poner. Y no de drogas», ha explicado Manolo, con misterio e ironía, sobre el nuevo proceso vital que ha iniciado a raíz del documental.

Lacasta, Manolo, Vanesa Fernández (directora de Zinebi) e Ibarrola, este martes en Bilbo. (ZINEBI)

Un camino cuyo norte va a seguir siendo la música. «No puedo dejar de cantar», ha explicado Manolo, antes de dar a conocer, de nuevo con un halo de misterio, que está preparando su vuelta a los escenarios con una nueva formación de cara a los próximos meses. «Va a ser una cosa distinta, no va a ser una banda de punk a lo usual. Pero vamos a seguir siendo más punkis que la madre que nos parió», ha anunciado.

Doble objetivo

Por todo ello, este no es solo un documental autobiográfico, al estilo de los que se dedican a muchos músicos últimamente. José Alberto Andrés Lacasta, director del audiovisual, ha detallado el reto que ha supuesto para él abordar el tema de la enfermedad mental, «sin caer en estereotipos y sin banalizar». Para ello, se ha ayudado de una potente parte de animación con la que pretendía representar «los procesos de demolición interior que sufría Manolo» a través de la metáfora y, a su vez, marcar la línea editorial.

El encargado de llevar a la realidad el mundo interior del artista ha sido Naiel Ibarrola, que además de la animación, también ha participado en la elaboración de la banda sonora del largometraje. Tal como ha explicado, su trabajo ha consistido en plasmar «la diferencia entre Manuel y Manolo». Para ello, ha recurrido a imágenes de destrucción, siguiendo una estética post-punk inspirada en cómics de los 80. Una especie de escenario postapocalíptico en el que Manolo aparece como único superviviente, pero que en realidad no es más que una mirada atrás en su vida: la confrontación del Manolo actual con su leyenda.

Su historia está compuesta de episodios verídicos, pero también de otros totalmente inventados. Sobre ellos ha reflexionado Manolo, quien ha admitido que la mayoría le hacen gracia. «Me he reído mucho. Con el tiempo, te cuentan la misma historia mil veces, y cada uno a su manera», ha subrayado sobre las «leyendas urbanas» que ha protagonizado. Una de ellas, a razón de sus problemas de salud mental, lo daba por ingresado «en un monasterio en Japón», calando ampliamente en algunos espacios de Zaragoza. «En realidad, estaba en el barrio de la Magdalena tocando la guitarra», ha comentado Lacasta.

Con todo ello, el objetivo del documental no era «desdecir» estas leyendas, sino darle voz a su protagonista para que explicara qué había ocurrido realmente. «Entonces llegan estos señores y me proponen hacer un documental que me deja en paz conmigo mismo, por lo menos. Yo tenía que contar mi historia. Es lo que me llevó a acabarlo, si no, no lo hubiera hecho», ha confesado Manolo Kabezabolo.

Estreno en Bilbo

Tras el pase para periodistas que ha tenido lugar este martes, el documental ‘Si todavía te kedan dientes es ke no estuviste ahí’ se podrá ver este miércoles, 15 de noviembre, a las 20.00, en la Sala BBK de Bilbo, como parte de la sección Bertoko Begiradak de Zinebi. El acceso es gratuito hasta completar el aforo. Previamente, ya se estrenó en el marco de la 21ª edición del Festival In-Edit de Barcelona.

Además de la participación de Manolo Kabezabolo, la cinta también ha contado con la presencia de importantes voces de la escena musical estatal como Albert Pla, Evaristo Páramos, Kutxi Romero o Fernando Madina, entre otros, además de personas que han acompañado al músico zaragozano durante su trayectoria, con figuras como la de Santi Ric (exapoderado) o Manolo Monzón (exmánager).

El filme, producido por Du Cardelin Studio, ha contado con el apoyo de la Diputación Provincial de Zaragoza, el Ayuntamiento de la capital aragonesa y Aragón TV.