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Milei enciende su «motosierra» de recortes y promete más ajustes

El Gobierno argentino anunció la quita de subvenciones a las familias al consumo eléctrico, un frenazo a las obras de infraestructura y lleva a cero la publicidad institucional, además de la megadevaluación del peso. Por temor a la inestabilidad social también aumentará subsidios a hogares pobres.

El presidente argentino, Javier Milei, con su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. (Juan MABROMATA | AFP)

Lo había avisado en campaña y lo ha empezado a cumplir. Cuando Javier Milei se dejaba fotografiar con una motosierra y prometía unos tijeretazos masivos al gasto público, acompañado de un giro neoliberal a la dirección del Estado, no mentía. Insólitamente, así logró ganar las elecciones.

«Esto es el puntapié inicial de lo que viene en la Argentina», dijo ayer el nuevo portavoz de la Casa Rosada, Manuel Adorni, en una rueda de prensa. Intentó darle una narrativa política a las diez primeras medidas del paquete económico global que está preparando el Gobierno, las cuales había anunciado la noche anterior en un vídeo grabado el ministro de Economía, Luis Caputo.

Según Adorni, un periodista económico devenido portavoz que se hizo famoso por defender posiciones ultras por televisión, se trata de unas «medidas urgentes e inevitables para evitar la catástrofe» y no escatimó recursos ni metáforas con su retórica pesimista: «Encontramos a un paciente en terapia intensiva (en UCI), a punto de morirse (en alusión a Argentina)».

Además, desde la Casa Rosada informó de que el objetivo central es «dejar de subsidiar la oferta y comenzar a atender la demanda que es fundamental y nos permite cortar con la inequidad».

La que se viene

«Las medidas son el telón para la obra que se viene, que es el plan de reformas estructurales que en las próximas semanas va a ser de conocimiento público y que será gran parte de la nueva Argentina«, dijo en tono fundacional. Desde el Gobierno insisten una y otra vez con «la nueva era» y la «nueva etapa».

«Nos apena a todos tener que tomar medidas por el desastre, la irresponsabilidad y el desinterés por la cosa pública del Gobierno anterior», enfatizó, pero advirtió: «Den por hecho que Argentina va a cambiar, lo vamos a lograr».

La narrativa va absolutamente en contra de lo que hizo Mauricio Macri hace exactamente ocho años al asumir su Gobierno. En aquel momento, Cambiemos creía que las expectativas podían impactar negativamente en la economía si se enfatizaba en la mala herencia recibida. Además, se impuso el intento de un gradualismo escalonado.

Hoy es todo lo contrario. Ajuste radical y con estrategia de «shock», explicando  sin vaselina discursiva lo que, al entender de La Libertad Avanza, es un estado lamentable del país. De hecho, auguran un año muy duro y un aumento de la inflación, de la pobreza y recesión económica para el primer semestre de 2024.

El ajuste en marcha

En lo primero que se hará evidente el paquete de medidas es con la megadevaluación del peso. El cambio legal estaba en 395 pesos por dólar cuando el martes anunciaba Caputo que sería fijado, de momento, en 800. Pero el llamado«dólar blu» sigue orillando los mil pesos.

Según Adorni, esta fuerte devaluación busca una «corrección de los incentivos para quien exporta y un reacomodamiento del tipo de cambio llevándolo a un valor acorde con la realidad». Además, Caputo en su anuncio informó de que se paralizarán todos los proyectos de infraestructura durante un año, salvo los que ya estén en marcha o aprobados, y que se reducirán a mínimos las llamadas «transferencias discrecionales» a los gobiernos provinciales (giros de dinero en efectivo por fuera de los presupuestos generales). Sorpresivamente también se decidió cancelar toda la publicidad institucional del Gobierno central, algo que se prevé asfixiará a muchos de los medios más pequeños (que en su mayoría eran cercanos al peronismo, cabe señalar).

Otra de las iniciativas que más impacto tendrá en los bolsillos de las familias será la reducción drástica de las subvenciones al consumo de gas y electricidad y al transporte público en el área metropolitana de Buenos Aires (el interior se rige por otras tarifas). Tampoco se renovarán los contratos de empleados públicos «que tengan menos de un año de antigüedad».

Todo ajuste tiene un impacto en la desigualdad y la pobreza y Milei, por más anarcocapitalista que sea, sabe que no le conviene que las calles se incendien, por lo cual el paquete también incluye el aumento de la Asignación por hijo (un ingreso mínimo vital para los hijos de familias pobres) y ayudas para comprar comida a familias numerosas.

Varios economistas, incluso liberales y cercanos al PRO (aliado de Milei) han salido a criticar el paquete por «improvisado» y por el impulso inflacionario que tendrá la devaluación. Un enigma hasta dónde los argentinos soportarán mansamente un hachazo que recién comienza.