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Israel mata a tres rehenes en la masacre que ni EEUU ni la UE frenan

Ni un Estados Unidos comprensivo con la matanza en Gaza ni una UE incapaz de alcanzar una postura común son capaces de frenar las masacres del Ejército israelí, que siguen aumentando y en las que incluso ha matado al menos a tres de los rehenes que Israel decía querer liberar.

Una vivienda destruida por los bombardeos en Rafah. (Said JATIB | AFP)

La visita del asesor de Seguridad Nacional de EEUU, Jake Sullivan, a Israel no sirvió para frenar las matanzas en Gaza ni tenía ese objetivo. El mismo día en el que el presidente de EEUU, Joe Biden, pedía a Israel que «tuviera más cuidado» con las muertes de civiles, Sullivan discutió con el gabinete de guerra israelí una nueva fase que se centre en la «eliminación selectiva» de los líderes de Hamas.

«Ahora mismo estamos en medio de una fase de alta intensidad, caracterizada por bombardeos e incursiones por tierra en el norte y el sur de Gaza, pero va a tener lugar una transición a una próxima fase dirigida a la cúpula (de Hamas), más centrada en el uso de datos de Inteligencia», afirmó Sullivan. Evitó poner fecha a esta nueva fase, lo que avala aún semanas o meses de bombardeos indiscriminados con los que Washington sigue mostrándose comprensivo, aunque dijo haber discutido «plazos y condiciones»  con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el gabinete de guerra de Israel y el Estado Mayor del Ejército.

El Gobierno de EEUU e Israel han fijado al líder de Hamas en Gaza, Yahya Sinwar, como su principal objetivo, pero las acciones se dirigen contra toda la población.

Han arrasado la Franja hasta matar a 18.800 personas, el 70% de ellas mujeres y niños, varios miles más se pudren bajo los escombros y decenas de miles de heridos no pueden ser atendidos en los hospitales asediados o destruidos. 1,9 millones de personas son desplazadas en un territorio ya inhabitable donde reina el hambre y la desesperación. También la inacción de la UE, incapaz incluso de adoptar una postura común, sigue dando alas a la sangría. Entre los Veintisiete, todavía Bulgaria, Alemania, Hungría, Italia, Lituania, Países Bajos, Rumanía y Eslovaquia se abstuvieron en la última votación en la ONU sobre un alto el fuego, y Austria y la República Checa votaron en contra asumiendo sin crítica alguna las justificaciones de Israel. 

En la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que concluyó ayer, Alemania, Austria y República Checa vetaron otro texto en un debate tenso, lo que frustra el endurecimiento de la posición europea que reclamaban el Estado español, Irlanda o Bélgica para  demandar un alto el fuego. La falta de acuerdo, más allá de las «pausas humanitarias», hizo a los líderes desistir de redactar un texto de compromiso.

Netanyahu ha reafirmado que Israel continuará con las operaciones militares a pesar de la presión internacional para un alto el fuego y su ministro de Defensa afirma que todavía continuará «algo más que unos meses».

El Ejército israelí mata a tres rehenes

En esa falta de límites a las matanzas, el Ejército israelí mató en un barrio a las afuerzas de la ciudad de Gaza a tres israelíes que estaban cautivos. «Durante combates en Shujaiya, las Fuerzas de Defensa de Israel identificaron erróneamente a tres rehenes israelíes como una amenaza. Como resultado, las tropas dispararon contra ellos y los mataron», indicó un comunicado militar, que no especifica cuándo ocurrió.

«Este es un incidente trágico, el Ejército es responsable», afirmó su portavoz, Daniel Hagari, que expresó el «profundo remordimiento» del Ejército y explicó lo ocurrido por la presencia de «terroristas suicidas» e «intentos de emboscadas».

El suceso evoca la muerte por «fuego amigo» de varios militares reconocida por el Ejército y los fallecidos en el ataque de las milicias palestinas del 7 de octubre por las propias tropas israelíes. Según medios israelíes, parte los casi 700 civiles muertos ese día fue víctima de los disparos desde helicópteros israelíes en momentos en los que no los distinguieron de los milicianos palestinos y atacaron de forma generalizada en el festival de música electrónica y en los kibutz. De hecho, según las propias autoridades, muchos de los cuerpos quemados eran miembros de Hamas que primero fueron identificados como israelíes, lo que supone que el resto también puso ser víctima de la artillería israelí.

De las más de 240 personas que las milicias capturaron en el ataque del 7 de octubre, todavía quedan en la Franja 129 rehenes, de los Israel da por muertos a una veintena. Ayer anunció haber recuperado los cadáveres de tres de ellos.

Estos bombardeos con aviones de combate, drones, tanques y artillería israelí, que arrasan con todo, ayer destruyeron un mercado y viviendas en Beit lahia, Jan Yunis y Rafah. Mataron a 63 personas  muchos de ellos niños. En Rafah fue bombardeada una zona residencial cerca del Hospital Kuwaití y en Yabalia, una escuela de la Unrwa.

Periodistas

Un ataque en una escuela de Jan Yunis mató al cámara de Al Jazeera Samer Abudaqa, cuya familia también fue víctima en octubre de un ataque israelí. La cadena denunció que Abudaqa se desangró durante horas ya que las tropas israelíes impidieron llevar asistencia médica, y señaló que la cifra de periodistas muertos ya llega a 90.

La gente llora ante el cuerpo del camarógrafo de Al Jazeera, Samer Abudaqa, muerto por bombardeos israelís en Gaza. (Mahmud HAMS | AFP)

Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la Asociación de la Prensa Extranjera (FPA) han denunciado lo ocurrido y han pedido una investigación. «Es el primer miembro de la FPA que muere en la guerra de Gaza. Consideramos que es un grave revés en la ya grave situación de la libertad de prensa en Gaza», han añadido.

La propia familia del periodista ha anunciado su intención de denunciar lo ocurrido ante el Tribunal Penal Internacional (TPI). Su hijo, Yazán AbuDaqa, ha afirmado en ‘Al Yazira’ que va a «reivindicar el derecho de su padre y a presentar una denuncia ante el TPI y necesito vuestro apoyo para ello».