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Un joven primer ministro para pilotar un gabinete con aires de viejo mundo

Gabriel Attal ha elegido el grueso de un gabinete que, a la espera de conocer todas las secretarías de Estado, acusa un claro déficit de paridad. Mantiene a pesos pesados como Gérald Darmanin o Bruno Le Maire en un gobierno que recupera a la exministra sarkozysta Rachida Dati.

Gabriel Attal, acaricia a un perro policía durante su visita, junto al ministro de Interior, Gérald Darmanin, a una comisaría de la región parisina. (Bertrand GUAY | AFP)

Gabriel Attal ha mantenido este jueves tarde intensos contactos con el Palacio del Elíseo con vistas a la formación de su gobierno. Finalmente, se ha optado por un anuncio en dos tiempos.

Así, a las 19.50 se ha difundido la lista de once ministros (cuatro mujeres y siete hombres) y tres ministros delegados (todas ellas mujeres), lo que permite, a priori, celebrar este viernes la primera reunión del nuevo gabinete.

Para mañana se deja la tarea de completar la lista de miembros del Ejecutivo, poniendo nombre y apellido al resto de secretarios de Estado y a los ministros delegados.

Ese segundo cinturón del gabinete sirve a menudo para compensar las fallas de paridad. Y el primer ministro más joven de la V República (34 años) no será una excepción a la hora de utilizar ese atajo tan del viejo mundo. Sin embargo, hay un hecho claro: ninguna mujer ocupa alguno de los ministerios con dimensión de Estado.

Solo hombres en los ministerio de Estado

Attal, llamado a insuflar energía y dinamismo a la labor gubernamental, o lo que es lo mismo situar al macronismo en mejores condiciones para disputar las elecciones europeas del 9 de junio, ha optado por mantener en su sillón a los pesos pesados del ejecutivo precedente.

Para evitar malentendidos, el nuevo patrón de Matignon seguirá confiando Interior al inspirador de la legislación antimigración avalada por derecha republicana y ultraderecha.

Gérald Darmanin se queda como garante del programa securitario que abandera Attal, y con el que aspira a plantar cara al joven tenor de Rassemblement National (RN), Jordan Bardella.

Tampoco habrá cambios en Justicia. Tras salir vivo de su paso por los tribunales, Éric Dupond-Moretti seguirá siendo el patrón de las togas.

Y con el dinero, tampoco hay lugar para las aventuras. Bruno Le Maire se confirma como uno de los ministros de Economía más longevos. Con raíces familiares en Senpere (Lapurdi), el responsable de las Cuentas seguirá reinando en Bercy.

Además de esos tres mosqueteros, hay más ministros reincidentes, siempre hombres.

Es el caso de Sébastien Lecornu, que seguirá como ministro de Defensa. O de Marc Fesnau, centrista que conserva la cartera de Agricultura.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ejercerá una de las caras nuevas del gobierno, Stéphane Séjourné, considerado el ideólogo del macronismo.

Otro signo de esa vocación política, con alta dosis de endogamia, de esta remodelación.

Insistamos. Los hombres copan todos y cada uno de los ministerios con dimensión de Estado: Interior, Justicia, Asuntos Exteriores, Defensa. 

Son los que cuentan con más presupuesto, los que acaparan mayor atención mediática, lo que constituye una opción que no puede pasar desapercibida.

Tampoco es baladí que el macronismo se refugie a cada remodelación un poco más en las esferas de poder, más concretamente en las élites parisinas, olvidándose de buscar, como en sus inicios, la oxigenación de la sociedad civil.

Por citar a algunas mujeres con proyección en un Gabinete predominantemente masculino, Prisca Thevenot, ex ministra de Juventud, ejercerá a partir de ahora como portavoz del Gobierno.

Por su parte, Aurélie Bergé, hasta ahora ministra de Solidaridad y Familia, pasa a ser ministra delegada para la Igualdad.

Educación, Juventud y Deporte, ministerio olímpico

En el año de los Juegos Olímpicos de París, la hasta ahora titular de Deportes, Amélie Oudéa-Castera, alarga sus competencias, ya que Attal le ha confiado además Juventud y Educación.

Ello da a entender que, como dijo en su primer discurso como primer ministro, Attal cuenta con prestar una atención especial a Educación, su última misión antes de llegar a Matignon.

A la espera de los ajustes con los secretarios de Estado y ministros delegados, el equipo que rodeará al nuevo primer ministro mantiene un fuerte anclaje en las élites parisinas.

A partir de ahí, y por más que se evoque la adolescencia socialista de Attal y el origen progresista de otro ministro joven, caso de Séjourné (38 años), para tratar de dar un toque de «izquierda» al gabinete, a nadie se le oculta que con ciertas nominaciones el nuevo primer ministro ha lanzado toda una opa a la derecha republicana.

Dati, «fuera de la familia de la derecha republicana»

Dos ministras llegan directamente del campo conservador. Catherine Vautrin, exministra con Jacques Chirac, destacó por su rechazo a la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ejercerá como ministra de Salud y Trabajo.

Con todo, el fichaje más estruendoso es el de Rachid Dati, ministra con un expresidente condenado por la Justicia, Nicolas Sarkozy, y actual azote de Anne Hidalgo en el Ayuntamiento de París, Rachid Dati. Attal le ha confiado el Ministerio de Cultura.

Dos nombramientos que dejan claras las intenciones del tándem Macron-Attal en cuanto a la política de alianzas, ya con la vista puesta en las elecciones presidenciales de 2027.

Primera reacción, Éric Ciotti, patrón de la derecha republicana anunciaba esta noche que Dati «está fuera de la familia de la derecha republicana»