El acuerdo DUP-Londres será aprobado pese a las críticas unionistas y «tories»
La aprobación en el Parlamento británico del acuerdo alcanzado por el DUP y Londres, que promete el libre movimiento de mercancías entre el norte de Irlanda y Gran Bretaña y refuerza los vínculos entre ambas regiones, se da por hecho. Se espera un nuevo Ejecutivo en Belfast mañana.
El pacto entre el DUP y el Gobierno británico, que revisa algunos aspectos de la relación comercial entre el norte de Irlanda y Gran Bretaña, será aprobado sin problemas hoy en el Parlamento de Londres, ya que los laboristas, el principal partido de la oposición, han manifestado su apoyo al documento resultante de las negociaciones.
Lo que si ha destapado el debate en la Cámara de los Comunes es que los principales enemigos del unionista Jeffrey Donaldson y el conservador Rishi Sunak no se encuentran en la bancada de la oposición, sino en las filas de sus propias formaciones políticas.
Donaldson, que ya tuvo que soportar la filtración de la reunión secreta de la Ejecutiva del DUP, tuvo que sufrir también las voces críticas de algunos representantes de su partido en Westminster, como Sammy Wilson y Carla Lockhart, ambos partidarios de un Brexit duro, incapaces de aceptar la permanencia del norte de Irlanda en el mercado único europeo a pesar de las claras ventajas para la economía norirlandesa.
Por su parte, Sunak no debió sorprenderse con las intervenciones de varios tories partidarios del Brexit y leales a Boris Johnson, como Priti Patel y Jacob Rees-Mogg, quienes plantearon una cuestión también sugerida por Wilson: «¿Qué ocurrirá si, en el futuro, el Ejecutivo británico quiere aprobar una ley divergente con la legislación de la UE y que podría requerir la reimposición de controles sobre las mercancías que van de Gran Bretaña a Irlanda del Norte?».
La respuesta la dio el secretario de Estado para el norte de Irlanda, Chris Heaton-Harris, encargado de presentar el acuerdo ante el Parlamento. Explicó que el nuevo documento incluye cláusulas que se refieren específicamente a situaciones de posible divergencia legislativa entre la UE y Gran Bretaña.
«Nos aseguraremos de que siempre que el Parlamento estudie una nueva legislación, disponga de la información necesaria sobre las posibles repercusiones en el mercado interior y las medidas necesarias para proteger el lugar de Irlanda del Norte en el mercado interior, a fin de decidir cómo proceder», aseguró Heaton-Harris, que quiso tranquilizar a quienes ven en el acuerdo una concesión a Bruselas al afirmar que «este paquete de medidas acordado no cambiará las libertades y poderes que hemos asegurado a través del Brexit o a través del Marco de Windsor».
«Estatus constitucional» El nuevo paquete introduce algunas modificaciones sobre la revisión del protocolo para el norte de Irlanda que formaba parte del Acuerdo de Salida de la UE firmado por Bruselas y Londres. A este pacto revisado, denominado Marco de Windsor, se le añadirán los aspectos ahora negociados por unionistas y británicos, y que requieren la aprobación de Bruselas. Sin embargo, se espera que estas modificaciones sean discutidas en el marco de la comisión mixta Unión Europea-Gran Bretaña.
El nuevo texto también incluye medidas destinadas a asegurar «el estatus constitucional de Irlanda del Norte sustentado, entre otras disposiciones, por las Actas de Unión», como el hecho de que las leyes de la UE no sean automáticamente aplicables al norte de Irlanda y que estas deban ser aprobadas por la Asamblea de Belfast. El Marco de Windsor ya preveía un mecanismo de veto –el llamdo «freno de Stormont»– por el que la oposición de 30 diputados a leyes europeas forzaba al Parlamento británico a analizar el impacto que esas podrían tener en las relaciones entre el norte de Irlanda y Gran Bretaña antes de su aplicación.
Batallas
El líder del DUP, Jeffrey Donaldson reconoció que no ha ganado «todas la batallas» y que están al comienzo de un proceso, en un mensaje dirigido a las voces críticas dentro de su propio partido y del unionismo radical, que aún sostienen que el futuro de la unión con la Corona está en peligro