‘Clint Eastwood, la última leyenda de Hollywood’, la biografía de un outsider
Libros Cúpula ha publicado la nueva obra del prestigioso crítico y guionista de cine Ian Nathan, ‘Clint Eastwood, la última leyenda de Hollywood’. Es una obra que repasa, sobre todo, su faceta como director pero sin olvidar sus interpretaciones y a quienes ayudaron a forjar su leyenda.
Ian Nathan es un prestigioso crítico de cine, guionista, productor y presentador estadounidense. Ha sido editor ejecutivo de ‘Empire’, una de las revistas de cine más importantes del mundo.
Entre sus biografías más vendidas destacan las de directores de culto como Wes Anderson, Tim Burton y los hermanos Coen y, según él, ha tenido «la suerte de recorrer el mundo entrevistando a los buenos y a los mejores; he visto trabajar a Steven Spielberg, he compartido un helado con Peter Jackson y un montón de orcos, he invitado a desayunar a Sigourney Weaver y he podido abrazar a Oliver Stone y a Kate Winslet».
En el último año ha apostado por acercarnos las historias de dos grandes cineastas a través de ‘Quentin Tarantino’ (2022, Libros Cúpula) y ‘Guillermo del Toro’ (2022, Libros Cúpula) y su última obra es ‘Clint Eastwood, la última leyenda de Hollywood’ (Libros Cúpula).
El universo cinematográfico del gran actor, director, guionista y productor Clint Eastwood representa, a la vez, el Hollywood clásico y una presencia como director totalmente moderna, sin concesiones ni prejuicios. Ninguna figura de la industria se mueve con tanta libertad al margen de las restricciones de la presión comercial y, sin embargo –o tal vez por eso mismo–, consigue crear un éxito tras otro.
Separar al actor del director es casi imposible. Están íntimamente relacionados, pero en la segunda mitad de su carrera ha llegado a ser considerado uno de los artistas más grandes del cine de todos los tiempos.
Con suavidad, pero con determinación
Según explica Ian Nathan, «con este libro también he querido recordar su trabajo como actor y a aquellos que han influido en él, también quiere celebrar su identidad como uno de los mejores directores del medio. La voz, la presencia, el aura de mando y control totales, la sabiduría de años en la industria y la engañosa sencillez con la que trabaja, hacen de Eastwood un director singular».
«En 2023 cumplió noventa y tres años. Apenas ha dejado de trabajar durante más de setenta años, desafiando la gravedad de Hollywood. Además, Eastwood siempre lo ha hecho todo a su manera. Con suavidad, pero con determinación. Conoce su propia mente. Es la menos hollywoodiense de las figuras de Hollywood. No participa en proyecciones de prueba ni en ninguna otra memez de la industria. Como suele decir él, ‘si tanto les interesa la opinión de un dependiente de una tienda de comestibles de Reseda, que lo contraten para hacer la película’», añadió el autor.
Sobre su personalidad, Nathan subrayó que «no soporta las tonterías. Sí, ha habido matrimonios y cotilleos, los escándalos reglamentarios que acompañan a la fama, y es cierto que disfruta de su riqueza. Pero también de su aislamiento: vive principalmente en Carmel, lejos del furor de Los Ángeles. Eastwood es la conciencia de Hollywood, el patrón por el que se juzga a los demás cineastas. Aquel al que miran para recordarse a sí mismos que la industria aún tiene corazón, alma y columna vertebral. Tiene el mismo peso mitológico que Tim Burton, Quentin Tarantino o Martin Scorsese; es una figura de culto, pero se dirige a una base de fans más amplia, diversa y popular. Hay en él un susurro del Hollywood clásico y delante de la cámara es uno de los más grandes. De hecho, es una de las personas más famosas del planeta: el hombre sin nombre de la ‘Trilogía Dólar’, ‘Harry el Sucio’, William Munny de ‘Sin perdón’, Walt Kowalski de ‘Gran Torino’».
«Lo hemos adorado como enigmático vaquero, como policía gruñón o como cualquier cosa, es el rostro rudo, inflexible y, a la vez, introspectivo de la masculinidad estadounidense. El Clint más coloquial encarna el cine para legiones de fans. Pero también es un autor que crea películas intransigentes, fascinantes e intelectuales sobre su país, sobre la vida o sobre cualquier tema que se le antoje», explica.
Ironía y genialidad
El autor de la biografía recuerda que «Eastwood siempre se muestra irónico en las entrevistas, con los pies en la tierra, todavía un poco perplejo ante la atención, siempre lleno de cálidos detalles, incómodo con las lecturas psicológicas de su trabajo, pero consciente de ellas igualmente. Una vez me dijo: ‘si quieres seguir con toda esa cháchara psicológica, creo que ‘Sin perdón’ ya dijo algo sobre mi carrera’. Hoy en día sigue con la determinación de mirar hacia delante en lugar de hacia atrás. La jubilación, sencillamente, es algo que no entra en sus planes. Cuando hablamos, hizo una pausa en un momento dado para reflexionar que, si estuviéramos en Londres –en lugar de en California–, ‘estaríamos haciendo esto en un pub’. Lo decía en serio, pero la idea era una locura».
Finalmente, el crítico y escritor dice de Eastwood que «no es solamente famoso, es como un monumento viviente, tallado en la roca y curtido por el paso del tiempo. ‘Es el hombre más calmado que conozco’, dijo de él el escritor Tom Junod, ‘se toma su tiempo para ir al grano, no quiere asustar a los caballos’. Sin embargo, hace películas al galope. Cuarenta lleva haciéndolo».