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Cisma en la cooperativa Enargia con el cese de su director general como telón de fondo

Una descarga eléctrica golpea de lleno a Enargia. Su director general, Patxi Bergara, ha sido apartado por el consejo de administración, un cese al que los cuatro trabajadores con los que cuenta la cooperativa de Ipar Euskal Herria han respondido con una convocatoria de huelga.

El cesado director de Enargia, Patxi Bergara, en una imagen de archivo junto al presidente, Iban Lizarralde, y a la responsable de marketing, Laura Dubernet. (Bob EDME)

Todo un choque eléctrico ha sacudido a la suministradora local de electricidad procedente de energías renovables que funciona desde 2018 en Ipar Euskal Herria bajo el nombre de Enargia.

Por medio de un comunicado enviado a los medios de comunicación, el consejo de administración de Enargia anuncia su decisión de apartar al antiguo director general, Patxi Bergara, a quien los cuatro empleados de la cooperativa han dado su apoyo anunciando, a su vez, una huelga como protesta por su cese.

El pasado 13 de febrero, el consejo de administración de la cooperativa votó la revocación de su puesto de director general de Patxi Bergara en una decisión que «no cuestiona su contrato de trabajo y remuneración en calidad de director administrativo y financiero (Daf)», precisa el comunicado del que se hace eco ‘Mediabask’.

La decisión se basa en «la petición del antiguo director general de aplicarse a sí mismo un salario mensual superior a los 7.000 euros en una cooperativa con cuatro trabajadores».

Otro de los argumentos en contra del ya exdirector general apunta a que habría decidido por su cuenta, «y sin informar ni al consejo de administración ni al presidente de la sociedad», hacer una aportación de la cooperativa Enargia, por valor de 10.000 euros, al fondo de dotación Geroa, cuyo presidente es el propio Bergara.

El comunicado precisa que el consejo de administración supo a través de Pappers [web que ofrece información relativa a empresas] que el directivo de Enargia «aumentó de manera significativa las remuneraciones del conjunto de empleados de la cooperativa, incluida su propia remuneración, en calidad de director administrativo y financiero».

«Incompatibilidad con el modelo cooperativo»

El presidente de Enargia, Iban Lizarralde, hace patente su discrepancia profunda con esa subida de retribuciones que, según señala, «es del todo incompatible con el mundo cooperativo tal como lo conocemos en Euskal Herria, más si cabe en una cooperativa de este tamaño».

Extiende su muestra de incomprensión hacia una donación –la atribuida al fondo de dotación Geroa– que Lizarralde estima también contraria «a todo valor cooperativo».

«Enargia es ante todo un proyecto colectivo y este tipo de cuestiones deben de discutirse colectivamente, ya que no corresponde al director decidir, en solitario, a quién hace una donación, y más aún si lo hace en su propia estructura. Moralmente, esto es inaceptable», remarca.

Discrepancias entre los socios

Lo ocurrido en la reunión del consejo de administración en la que se oficializó el cese del exdirector general no pone, a priori, en peligro la actividad de la cooperativa, pero saca a la luz un cisma en su seno de Enargia.

De hecho, mientras los representantes de I-Ener, Euskal Moneta, Bizi y Fundación Manu Robles-Arangiz, al igual que dos miembros fundadores (entre ellos el ya citado presidente de Enargia, Iban Lizarralde) votaron a favor de revocar de su puesto al director general, Joseph Bergara, representante de Herkide y presidente de una cooperativa histórica como es Sokoa, y Thimothée Acheritogaray, director y representante de esa misma cooperativa hendaiarra además de gerente de Herrikoa, votaron en contra, al igual que la representante de los empleados.

Los cuatro trabajadores de la cooperativa con sede en Azkaine iniciaron el pasado lunes una huelga indefinida.

«Estamos abiertos al diálogo y deseamos conocer sus reivindicaciones, pero para ello debemos fijar un encuentro, algo que no hemos conseguido hasta la fecha», explica al respecto Lizarralde.

Por su parte, los representantes de Sokoa y de Herrikoa habrían dado a entender incluso que podrían retirar su capital de Enargia, según se reconoce en el comunicado difundido a raíz de la reunión del consejo de administración.

Sobre ese punto, Lizarralde señala que «la aportación de nuevo capital, de ser necesaria, partiría de un esfuerzo colectivo», dando a entender que una eventual salida de esos socios minoritarios no haría tambalear la continuidad del proyecto Enargia.